El 2020 ha sido un año complicado para todos; sin vida social, sin viajes, sin ideas, sin la ilusión de lo que vendrá y con frenos a cualquier atisbo de vida normal que se nos ocurriese. Para entendernos, el 2020 ha sido un año de mierda porque, además, todo esto se ha visto suspendido por un motivo triste y doloroso como es -y lo sigue siendo- esta pandemia.
Pero no estoy escribiendo estas líneas para hablar del virus, de sus repercusiones o de lo que todavía nos queda por recorrer en esta dura batalla. Eso ya lo hacen cada día, desde hace casi un año, en cualquier informativo, redes sociales, la radio y cualquier otro medio. La pandemia ha copado titulares y tiempo en nuestras vidas hasta tal punto que, por momentos, parecía que no existía absolutamente nada más.
Pero como os decía, yo he venido aquí a hablar de mi libro.
Adiós y gracias, maldito 2020
Sí, adiós y gracias, maldito 2020. Y eso que a mí, el 2020 me permitió hacer un viaje a India en el que, además de conocer algunos de los sitios más emblemáticos del país, también iba a asistir a la boda de un amigo. Aquella experiencia fue inolvidable, pero en aquel lejano mes de enero, jamás hubiese pensado que aquellos días de safari en el mítico Parque Nacional Jim Corbett o recorriendo los interiores del sagrado Templo Dorado de Amritsar, iban a ser mi único viaje del año.
Como mínimo, el 2020 me ha permitido la licencia de conocer el Taj Mahal. Algo es algo.
En verano, con la tregua entre las dos olas, aprovechamos también para improvisar y lanzarnos a la carretera con nuestra mascota y recorrer las carreteras de Francia desde Barcelona hasta Alsacia en un viaje del que guardaremos un gran recuerdo, pues fue el primero con Erna, nuestra compañera vital, pero a la que siempre dejamos en casa a la hora de viajar. ¡Se lo pasó igual o mejor que nosotros! Se bañó en ríos con el Pont du Gard de fondo, en lagos de los Alpes Franceses y hasta en el maravilloso Lago de Annecy, ¡Quién se lo iba a decir cuándo la rescatamos de una protectora en la que estaba porque unos malditos cazadores la habían abandonado! Todavía le queda algo de aquel miedo que sufrió en el cuerpo, pero ha sido tan feliz como nosotros viajando juntos.
Aquel viaje, además de sitios que teníamos tan cerca pero que todavía no conocíamos como Nimes o Avignon, también nos permitió conocer a una pareja viajera con la que hemos entablado una bonita relación. Otro motivo más de alegría para este 2020, que escasean.
También hemos aprovechado para conocer un buen puñado de sitios del territorio nacional, para los que a veces cuesta sacar algo de tiempo. Sigo alucinado con paisajes como el de la Muralla China de Finestres, un sitio que yo mismo reconozco que, si estuviese en cualquier país remoto, ya me hubiese obsesionado conocer y que. sin embargo, teniéndolo a un par de horas de casa, no me corría prisa. ¡Menudo error!
También improvisamos un viaje a Menorca, otra de las joyas que todavía desconocía y que me ha enamorado. No tengo ninguna duda de que pronto volveré a este paraíso balear.
Pero este 2020 era un año de grandes planes y se cayeron viajes a Dublin, Colonia, el Mar Rojo, El Hierro, Cabo Verde o Santo Tomé y Príncipe, especialmente doloroso porque era para septiembre y al principio de todo esto, tuvimos esperanzas en que se pudiese viajar para esas fechas. Conforme se acercaba la fecha ya vimos que aquello era más un deseo que una realidad.
Hola 2021
De entrada, al 2021 le voy a pedir bien poquito, creo que como casi todos. Hemos aprendido a crear muy pocas expectativas a principio de año. Por lo menos, yo…
Estamos de acuerdo en que la salud es lo primero y más importante, pero teniendo esto, ¿por qué no mirar también hacia otros horizontes?
Hago planes en mi cabeza, pero materializo poco o más bien nada, aunque eso no me impide soñar, porque si algo me ha enseñado este 2021 sobre mi pasión viajera, de la que en ocasiones había llegado a dudar por ese ritmo frenético que a veces seguimos en la vida es que, de verdad, el viaje lo siento como necesario y lo echo de menos.
Necesito explorar, conocer lugares nuevos, probar comidas desconocidas, perderme en caminos que no aparecen en los mapas, planear locuras, rutas y visitas.
Este año me encantaría conocer algún país del norte de África (Marruecos, Egipto, Túnez, Argelia; me da igual, el que sea), disfrutar de su desorden, de sus mercados, sentarme a fumar alguna de esas shishas grandes que crean la atmósfera perfecta para apreciar la puesta de sol, que imagino tan intensa en esta parte del mundo. Y de paso, intentar saldar la primera cuenta pendiente que me ha dejado el 2020 y conocer el Mar Rojo y su apasionante fondo marino.
Este 2021 también había puesto la mira en Nueva Zelanda y algunas islas del Pacífico en un viaje que podía alargar algunas semanas más de lo habitual. El Monte Yasur de Vanuatu, la Polinesia Francesa o Tonga estaban en una lista que no veía por donde acabar. Lo sé, esto probablemente tenga que quedar aplazado para el 2022 (como mínimo), aunque necesito ser optimista y pensar que este 2021 va a ser un poco más amable con todos nosotros que el pasado año.
Y por supuesto, también intentaré remediar en algún momento la cuenta pendiente con Santo Tomé y Príncipe.
Los planes se reducen a eso: planes, que de hecho, están más diluidos que nunca antes toda la incertidumbre. Con todo esto, hoy más que nunca, es probable que los planes acaben quedando simplemente en planes, así que mejor no esperar gran cosa y acoger con entusiasmo lo que pueda venir.
Aquella máxima del gran viajero y escritor Javier Reverte, que decía que «el mejor viaje siempre es el próximo», se ha quebrado porque, de momento, no hay siguiente ni parece que lo habrá en una temporada. Lamentablemente, este 2020 también ha sido el último viaje para él.
El 2021 tiene que ser mejor que el 2020, de eso estoy seguro. O al menos, yo voy a ponerle mejor cara.
Estimado coincido en lo que escribas , yo también estoy enloqueciendo al no poder viajar. pero crees que se podra ir a nusa Lambomgam o por alli . qué tal ves el panorama. ? tal vez con la vacunación la cosa fumcione..Yo ya estuve y la pase muy bien que piensaas hacer.
Hola Marta,
Ojalá que sí, pero me temo que todavía queda un tiempo para poder viajar con cierta normalidad.
Un saludo