Guadalupe
La isla de Guadalupe siempre la consideraré como una de las mayores sorpresas viajeras que me he llevado jamás.
Llegué a esta isla caribeña que pertenece a los territorios franceses de ultramar (sí, se puede viajar únicamente con el DNI) sin ninguna expectativa y salí completamente enamorado de su ambiente, sus playas y su deliciosa gastronomía, una de las que más hemos disfrutado en nuestros viajes.
La isla mariposa; así se conoce a la isla de Guadalupe y es que su forma recuerda perfectamente a esto. Nosotros recorrimos las dos alas en un coche alquilado y aunque son bastante diferentes, nos costaría elegir con cuál quedarnos.
No hay que perderse la localidad de Saint-Anne y sus playas, con las aguas más cristalinas que hemos visto, ni tampoco la gran Playa de l’Anse Caraïbe, aunque lo cierto es que hay muchas y casi todas son sorprendentes.
Apartando las playas, la naturaleza que se puede encontrar en la isla de Guadalupe es una verdadera maravilla: el volcán La Soufrière permite un trekking genial y la ruta de Les Chutes du Carbet, uno de los conjuntos de cascadas más impresionantes del Caribe.
Pero la naturaleza no acaba sobre tierra en un viaje a la isla de Guadalupe y aquí se encuentra la increíble Reserva Cousteu, uno de los mejores lugares del planeta para practicar submarinismo y famosa por haber sido lugar de investigación submarina del famoso Cousteu.
Guadalupe fue y se mantendrá en mi memoria como una sorpresa descomunal y uno de los rincones que más adoro.