Qué ver en Líbano: ¡22 visitas imprescindibles!

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Tomàs Garcia

Después de un viaje apasionante por el país, toca hacer repaso de todos los lugares que ver en Líbano, una lista de imprescindibles que abarca desde majestuosas ruinas romanas hasta frenéticos zocos, pasando por sorprendentes maravillas naturales.

Líbano es un país variado y con paisajes muy diferentes hasta el punto que puedes estar a 25 grados paseando por la Corniche de Beirut y en apenas dos horas estar caminando sobre la nieve de valles como los de Bekaa o de Qadisha. Entre ambos extremos, todo lo que el viajero puede hacer en Líbano contiene numerosos matices y detalles que lo convierten en un país extraordinario.

Qué ver en Líbano: 22 visitas imprescindibles

Nuestro viaje por Líbano en coche nos permitió llegar a rincones mucho más inhóspitos de lo que teníamos pensado, una suerte que acompañamos también de las visitas más comunes (aunque no menos espectaculares) y de la que ha salido una lista con todos los lugares que he pensado que son imprescindibles si visitas el país. ¿Me acompañas?

Beirut, una capital marcada por la guerra

La capital es el puerto de entrada habitual de cualquier viaje a Líbano y resulta ser una ciudad que sorprende a casi todos, entre los que me incluyo.

Beirut es una ciudad con aires liberales y una gran mezcla que hoy convive en armonía. Sin embargo, tiene un pasado oscuro que todavía se mantiene en la memoria de los libanese.

Este puede verse en zonas como la Calle Damasco, donde se ubicada la Línea Verde que separada a cristianos y musulmanes, o enormes edificios bombardeados como el antiguo Holiday Inn, que se ha mantenido en pie de manera expresa para que perdure el recuerdo de lo que no puede volver a suceder.

Puesta de sol en Beirut
Las Pigeon Rocks, el gran emblema de la capital de Líbano

Por suerte, hoy musulmanes y cristianos (y otras muchas creencias) conviven en Beirut de manera tranquila. Comparten paseos por la Corniche, disfrutan de la elegancia de Zaitunay Bay y callejean por el barrio de Hamra. Todo esto forma parte de lo que ver en Beirut y es la nueva realidad de Beirut, una ciudad occidentalizada y abierta en la que el viajero se siente cómodo desde el primer paso.

Para quienes han visitado algunas zonas de Oriente Medio, poco o nada tiene que ver Beirut con otras capitales como la omaní Muscat, cuyo encanto es completamente diferente.

La mejor manera de cerrar tu visita a Beirut es con una de las estampas más características y una de esas cosas que tienes que hacer obligatoriamente en Líbano: disfrutar de la puesta de sol sobre la Pigeon Rocks, una escena que puedes acompañar con una cerveza, porque Líbano, con gran parte de población cristiana, es también uno de los países más fáciles de esta zona del mundo donde encontrar alcohol.

Baatara George (Balaa Sinkhole)

Esta es una de las maravillas naturales más sublimes que ver en Líbano, un verdadero milagro de la naturaleza que nos dejó sin palabras pese a haber visto previamente algunos fotos de lugar.

Se encuentra en las montañas libanesas, cerca de Tannourine (donde también puedes ver un bosque de cedros) y tras sobrepasar la diminuta caseta donde se compra la entrada (20.000 LBP | 0,50 euros) hay que caminar unos 10 minutos hasta la garganta.

Una vez allí, aparece una majestuosa cascada en el interior de una cueva de piedra calcárea que cae 250 metros hasta el fondo de la enorme grieta en el terreno y con un puente de piedra caliza. Una imagen sencillamente espectacular.

La cascada de Baatara, el paraje natural más espectacular que ver en Líbano
La cascada de Baatara es una de las joyas naturales de las montañas de Líbano

Se puede cruzar el puente y caminar alrededor de la grieta hasta llegar al otro extremo donde hay un mirador directo a la Baatara George, pero id con cuidado porque el camino es estrecho y no hay más seguridad que un cable metálico al que agarrarse.

Como curiosidad, entre los locales conocen a este lugar como Balaa Sinkhole y fue descubierto en 1952, hace realmente muy poco tiempo.

Para visitar esta parte de las montañas libaneses, nosotros nos alojamos en el My Stone Cellar, un alojamiento con mucho encanto cuyas habitaciones se encuentran en el interior de antiguos depósitos de aceite y que da un valor añadido al viaje.

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Sidón, una ciudad de zocos y Cruzados

Esta pequeña localidad a 40 kilómetros al sur de Beirut es una joya en la que conviven recuerdos del paso de los Cruzados y uno los zocos (souqs) más llamativos y animados de Líbano.

Sidón -o Saida en su nombre árabe- es de tendencia musulmana y de hecho, está considerada una de las ciudades más conservadoras de Líbano. Justo por eso, adentrarse en su zoco y perderse por esas callejuelas llenas de tiendas, cafés y niños expectantes ante nuestra presencia, fue una magnífica experiencia de la que te hablo en mi post sobre lo mejor que ver en Sidón.

El Castillo de Sidón y su pasarela que se adentra en el mar Mediterráneo
Sidón fue uno de los puertos más importantes de Líbano

Pero también hay un enorme legado del paso de los Cruzados, con las ruinas del que fuera un deslumbrante castillo del siglo XII que estos construyeron en una isla que sobresale 80 metros de la costa y a la que se accede por una pasarela de piedra. Allí se citan jóvenes que ríen y pescadores en busca de su presa del día.

También puede observarse el pasado de una importante ciudad de paso en rutas comerciales como la mítica Ruta de la Seda, una historia todavía viva en sus Khans, como el Khan Al Franj, muy cerca del castillo.

En definitiva, Saida es una de las ciudades más intensas de Líbano y una excursión perfecta que puedes hacer desde Beirut.

Byblos, la ciudad más bonita que ver en Líbano

No tengo ninguna duda cuando afirmo que Byblos es la ciudad más bonita de Líbano. Esta es una de las paradas absolutamente imprescindibles de cualquier viaje por el país. Puedes conocer más con mi artículo sobre Byblos y la visita a su zona arqueológica.

Las ruinas de Byblos son fascinantes y destapan una de las ciudades habitadas de manera ininterrumpida más antiguas del mundo (hay teorías que indican que es la más antigua) cuya historia se remonta más de 7.000 años atrás y por donde han pasado Fenicios, egipcios, griegos y otomanos entre otros.

De los fenicios precisamente se encontraron unas inscripciones que sacaron a relucir un descubrimiento único, el primer alfabeto moderno que se conoce y origen del que conocemos, mientras que de aquí también surgió la palabra Biblia, ya que fue de Byblos de donde salió el papiro que sirvió para elaborar el libro sagrado, un papiro que llegaba como parte del comercio fenicio con los egipcios.

Yacimiento arqueológico de Byblos en Líbano
Recorrer Byblos es un verdadero viaje al pasado

Mucha historia en muy poco espacio, a lo que hay que sumar un encantador zoco lleno de tiendas y restaurantes, pequeñas mezquitas o frescos en mitad de la calle; una combinación que históricamente ha llamado la atención incluso de multimillonarios que llegan al puerto medieval de Byblos con sus yates a disfrutar de sus bonitos restaurantes frente al mar.

Recomiendo pasar al menos una noche en Byblos para poder disfrutar de la puesta de sol sobre las ruinas y el Mediterráneo desde la terraza del Aleph Hotel (¡qué maravilla de vistas, por favor! Si puedes alojarte en él, ni lo dudes, nosotros lo hicimos y fue genial), salir a pasear por las callejuelas del centro y sentarte en cualquier restaurante del zoco o del puerto, pero si no es posible por tiempo, puedes al menos visitar Byblos desde Beirut en una excursión y volver a la capital libanesa. Sea como sea, ¡no puedes perdértela!

¡INFO! Si estás preparando tu viaje, no te pierdas ningún detalle con mi guía y consejos para viajar a Líbano, donde encontrarás todo lo que necesitas para tus preparativos.

Teleférico de Harissa, la mejor puesta de sol que ver en Líbano

Unos kilómetros al norte de Beirut, en la localidad costera de Jounieh, encontramos la que fue una de las imágenes que quedará grabada en nuestras retinas, la del Teleférico de Harissa.

Muy cerca del acceso al teleférico, pegado a la costa, hay un aparcamiento en el que dejar el coche por apenas un par de euros y desde allí, caminando se llega a la taquilla, en la que hay que pagar las 200.000 LBP (unos 5 euros) y subir las escalaras hasta el acceso a las cabinas.

Son cabinas pequeñas (máximo 4 personas) y de apariencia antigua, de colores vistosos y en ocasiones luciendo banderas de Líbano, que suben a través de un cable hasta lo más alto de la colina de Harissa, donde aguarda una enorme estatua de bronce elaborada en Francia en 1908 y 15 toneladas de la Virgen de Nuestra Señora de Líbano.

El teleférico de Harissa brinda una de las mejores puestas de sol que ver en Líbano
El teleférico de Harissa es un atractivo muy popular entre los libaneses

Lo mejor de todo, sin duda, es el propio trayecto, nueve minutos de subida desde Jounieh hasta Harissa en las que vas dejando todo a tus pies, una visión casi irreal de la costa que alcanza su mejor momento si lo haces coincidir con la puesta de sol.

Se puede llegar hasta lo más alto en coche, pero la experiencia no tiene nada que ver, subir al teleférico de Harissa es una de las mejores cosas que pudimos hacer en Líbano y te recomiendo que te escapes una tarde de Beirut para vivirla.

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Tiro y su importante legado romano

Ubicada al sur de Beirut, suele ser conjuntamente con la ciudad de Sidón una de las excursiones de un día más famosas desde la capital, aunque nosotros decidimos pasar exprimir al máximo la visita a uno de los yacimientos arqueológicos más famosos que se pueden ver en Líbano.

La historia de Tiro (Tyre en árabe) es un poco oscura, ya que fue una de las ciudades más castigadas durante la Guerra con Israel en 2006 y no era fácil llegar hasta ella sin poner en riesgo la vida, sin embargo, menos de dos décadas después es una ciudad tranquila y encantadora, una parada obligatoria.

Las ruinas de Tiro son unas de las más importantes que ver en Líbano
Las ruinas de Tiro junto al Mediterráneo son una imagen espectacular

Aquí puedes encontrar una de las imágenes más evocadoras del viaje, con la columnata romana frente al Mediterráneo; retales de una antigua ciudad fenicia conquistada más tarde por el poderoso Alejandro Magno y clave en el comercio marítimo de Oriente Medio.

A apenas un par de kilómetros de distancia, la inmensa necrópolis y el hipódromo romano mejor conservado del mundo completan un conjunto arqueológico de un valor incalculable y que ha sido reconocido como uno de los elementos Patrimonio de la Humanidad en el país.

Para los amantes de la playa, en Tiro también se encuentran algunas de las mejor consideradas del país y junto a ellas, un buen número de restaurantes con pescado y marisco fresco, y precios para turistas (locales o extranjeros).

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Palacio de Beiteddine y el pueblo de Deir el Qamar

A poco más de 40 kilómetros de Beirut, nos adentramos en tierra de drusos y lo hicimos para visitar el Palacio de Beiteddine y la pintoresca aldea de Deir el Qamar, dos lugares muy interesantes y que pasan desapercibidos en la mayoría de viajes a Líbano.

El Palacio de Beiteddine fue construido entre los siglos XVIII y XIX por el Emir Bashir II en las montañas libanesas al sur de la capital y sirvió como residencia de personajes importantes.

Su apariencia es colorida y singular, una especie de palacio sacado de una película al que puedes acceder para visitar sus estancias y sentir que te trasladas en el tiempo.

Los exteriores del Palacio de Beiteddine
El Palacio de Beiteddine está reconocido como pieza importantes del patrimonio libanés

Por otro lado está el pueblo de Deir el Qamar, a poca distancia del palacio y que ha conseguido conservar su esencia tradicional, es un enclave de calles empinadas y empedradas donde se respira tradición.

Su nombre significa “Monasterio de la Luna” y fue residencia de varios gobernadores locales durante años, motivo por el que está protegido desde el año 1945 como uno de los símbolos más característicos del territorio druso libanés.

Este conjunto formó parte de la lista indicativa que presentaron las autoridades locales como candidatas a patrimonio mundial, pero finalmente fue descartada. Pese a eso, es uno de los lugares más interesantes que ver en Líbano, ya que su relevancia es mayúscula en el panorama histórico nacional.

Mleeta Landmark, el museo de la Resistencia de Hezbollah

¿Cómo? ¿Que se puede visitar un museo creado por el grupo armado de Hezbollah en el lugar que fue su guarida durante la guerra con Israel? Imposible no hacerle un hueco en nuestra ruta por Líbano a este llamativo lugar que seguro nos iba a enseñar mucho sobre la reciente historia bélica del país.

Hezbollah (o Hezbolá) es una milicia chiita surgida en Líbano para combatir al que denominan como enemigo común, Israel, y que todavía sigue activa en la actualidad.

La zona sur de Líbano es territorio de Hezbollah, este autodenominado grupo de resistencia cuyo símbolo es la bandera amarilla con una ametralladora verde que empezamos a vislumbrar repetidamente conforme nos adentrábamos en la zona de Mleeta y sus montañas, su bastión durante mucho tiempo y donde hoy han abierto un museo.

Interior del Museo de Mleeta de Hezbolah con varios tanques y armamento utilizado en Líbano
El Museo de Mleeta es un lugar curioso y que ayuda a entender la historia libanesa

El camino nos va creando expectativas al mismo tiempo que nos mantiene atentos, ya que antaño aquella zona no era segura (hoy lo es totalmente) hasta que llegamos al museo al aire libre.

Allí, deberás pagar la entrada que cuesta 80.000 LBP (unos 2 euros) e incluye un guía que te acompañará y explicará todos los detalles de aquella guerra y de este grupo armado. Puedes encontrar toda la información para la visita en la página oficial del museo.

Visitamos túneles subterráneos, vimos armamento real, tanques y todo tipo de elementos utilizados y capturados durante la guerra contra Israel en una experiencia poco común que pudimos hacer en Líbano, pero de las que más nos impactaron.

Gruta de Jeita

Este conjunto de cuevas ubicado a 20 kilómetros al norte de la capital es una de las maravillas naturales que se pueden ver en Líbano.

Tienen una profundidad de 9 kilómetros y se han habilitado una serie de pasarelas para los visitantes con el objetivo de no alterar un paisaje natural de gran valor.

Interior de la Gruta de Jeita
Interior de la Gruta de Jeita

Vale la pena la visita para recorrer este enorme laberinto subterráneo, su río navegable y llegar hasta el premio final, la estalactita más grande del mundo, una obra maestra de la naturaleza que mide nada menos que 8.2 metros.

La importancia de la Gruta de Jeita es tal, que fue una de las candidatas finalistas para ser una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo, aunque finalmente no consiguió el galardón.

Trípoli, la ciudad árabe más importante que ver en Líbano

La segunda ciudad de Líbano se encuentra al norte del país y aquí sí, encontrarás esa parte de Oriente Medio que algunos esperan del país y es que, Trípoli (cuidado, no hay que confundirla con la capital de Libia) es la ciudad con mayor número de árabes del país.

No hay mejor manera de conocer la ciudad que dejarse llevar y perderse por su vibrante zoco, que está ordenado por gremios y es un hervidero a cualquier hora del día, especialmente a primera, como casi todos los zocos libaneses.

La ciudad de Trípoli está vigilada por su gran fortaleza
Trípoli es la segunda ciudad más grande de Líbano

En él podrás seguir el aroma de sus panes o deleitarte con los famosos dulces que se elaboran en la ciudad. No es fácil aguantar ante la tentación continua de algunas partes del zoco.

Saliendo del zoco, las calles están salpicadas por mezquitas, comercios y gente por todas partes destapan a una de las ciudades más vivas del país. Puedes leer más sobre la ciudad en mi artículo con todo lo que ver en Trípoli, una visita diferente.

Si buscas algo de calma, puede que la encuentres en la parte costera de Trípoli, en el barrio de Al Mina, con numerosos restaurantes con vistas al mar y a la Reserva Natural de las Palm Islands; un buen lugar para detenerse y saborear la ciudad.

Qasr al Ahlam (El Palacio de los Sueños), el lugar más pintoresco que ver en Líbano

Encontramos muy poca información sobre este pintoresco lugar ubicado en la localidad de Bakhoun, cerca de Trípoli, pero decidimos ir a visitarlo porque las imágenes que habíamos visto llamaron mucho nuestra atención.

Es una especie de palacete construido por el arquitecto Mohamad Hawchar, al que muchos veían como un visionario, que decidió dejar su huella en forma de colores y sinuosas formas.

El Qasr al Ahlam, con sus colores y formas recuerda a piezas modernistas occidentales
El Qasr al Ahlam y su semblanza modernista le han dado a conocer coloquialmente como el Palacio de los Sueños

Su influencia más cercana fue la del arquitecto catalán Antoni Gaudí y se fijó en obras como el Park Güell o la Casa Batlló para dar forma a esta mansión que tardó 25 años en construir.

Es un lugar muy curioso, puede que de los más curiosos que ver en Líbano, aunque lo tienen cerrado al público, por lo que solo es posible ver su exterior. 

Está un poco alejado de casi todo, pero si llegas hasta Trípoli vale la pena acercarse hasta aquí (hay unos 30 minutos) porque es un lugar único en el país. De hecho, esta es una de las muchas curiosidades de Líbano que hacen de este un país muy singular.

Baalbek, la grandeza del imperio romano en territorio libanés

Baalbek es el sitio más bello, espectacular y fascinante del país, un lugar que no admite comparaciones con ningún otro y que debe estar en lo más alto de tu lista de prioridades.

Este es el yacimiento arqueológico más importante de Oriente Medio y una de las ruinas romanas más grandes y mejor conservadas del mundo, un absoluto deleite para los amantes de la historia y la arqueología.

En el interior del complejo podrás caminar por el Gran Patio, admirar el Templo de Júpiter y las columnas romanas más altas del planeta o flipar con el increíble Templo de Baco, una de las imágenes que difícilmente olvidar.

Templo de Baco en Baalbek
El Templo de Baco es uno de los grandes iconos de Líbano

Se encuentra en el Valle de Beeka, a 1,5 horas de Beirut, por lo que hay mucha gente que hace la visita en un día desde la capital. Nosotros preferimos explorar Baalbek al máximo y dormir en la ciudad de Anjar. Al fin y al cabo, estábamos ante el que posiblemente sea el lugar más espectacular que íbamos a ver en Líbano y no queríamos perdernos nada.

Baalbek fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984 y la entrada cuesta 300.000 (unos 7,5 euros). Si quieres guía local para la visita, puedes contratarlo en la entrada por 20 USD.

Valle de Qadisa y los monasterios tallados en roca

El término ‘kadisha’ significa literalmente ‘sagrado’ y ese sería el mejor apelativo para describir a este valle, ya que ha sido el hogar de las comunidades cristianas maronitas más antiguas de todo Oriente Medio, motivo por el cual se reconoció como Patrimonio de la Humanidad.

Es un paraje al que pocas rutas por el país llegan y en el que prima la calma, por lo que visitarlo nos permitió conocer una cara de Líbano muy diferente a las otras. Y claro, lo hicimos en completa soledad.

El monasterio Deir Mar Antonius enclavado entre las rocas del Valle de Qadisha
Los monasterios en la roca de Qadisha son uno de los atractivos menos conocidos de Líbano

Estas comunidades se establecieron en el Valle de Qadisha siglos a atrás y crearon un entramado de pequeños monasterios excavados en las rocas y en los que servían a Dios en completo aislamiento.

Monasterios como el Deir Mar Antonio, Deir Saydet Hawqa o el lejano Deir Qannoubin son algunos de los más destacados, pero hay muchos más y lo mejor es dedicarle al menos un día completo para descubrir algunos de ellos.

A algunos puedes llegar en coche, pero hay otros a los que se accede a través de caminos de montaña de mayor o menos longitud, pero siempre acompañados por paisajes fascinantes, cascadas y bosques.

Zahlé y las bodegas más antiguas que puedes ver en Líbano

¿Sabías que una de las cosas más interesantes que hacer en Líbano es visitar una bodega y acompañarla con una cata de vinos? Así es, en la localidad de Zahle hay una gran tradición vinícola y nosotros decidimos visitar las bodegas más antiguas del país.

Las bodegas Chateau Ksara fueron fundadas en 1857 por comunidades cristianas de la región y hacen los mejores vinos del país desde entonces, exportando parte de su producción a decenas de países entre los que está España.

Interior de la bodega Chateau Ksara
Los túneles subterráneos de las bodegas Chateau Ksara albergan algunos de los mejores vinos del país

En su interior han encontrado una red de túneles subterráneos y allí guardan algunos de sus mejores vinos, aunque el mejor momento llegó probando algunas de sus mejores creaciones de la mano de una guía de la bodega.

En Zahle hay otras bodegas y algunos de los mejores restaurantes (principalmente en la zona de Berdawini), por lo que si buscas una experiencia diferente, esta puede ser la que buscas y es que, el vino es también una parte de la cultura y tradición libanesas.

Monasterio de Saydet el Qarn y los lagos de Akoura 

Adentrándonos en las montañas hacia la población de Laklouk, se llega a un paisaje muy singular, el que brindan los lagos de Akoura, una serie de lagos artificiales con una curiosa forma redondeada.

Puedes conducir hasta la parte más alta donde se encuentra el Monasterio Saydet el Qarn, que encontramos en obras y vacío, y dejar allí el coche para subir hasta el mirador de la Cruz de Jesús, un fabuloso punto panorámico de la zona al que se llega en 10 minutos.

Qué ver en Líbano: los Lagos de Akoura
Los Lagos de Akoura entre las montañas, ¡vaya momentazo!

Desde lo más alto verás los lagos y también los pequeños pueblos y aldeas que se nutren de su agua; lugares muy rurales y en los que la vida tradicional sigue siendo perdurando.

Esta parte de Líbano es muy poco visitada por lo que, probablemente puedas conocer los lagos de Akoura totalmente solo igual que hicimos nosotros, lo que da un valor añadido a la experiencia.

Para los amantes del senderismo, desde aquí parten algunas rutas alrededor de los lagos para conocerlos más de cerca y no son nada complicadas.

El monumento ‘Hope for Peace’ de Yarzé

El Monumento “Esperanza de Paz” es otra de esas imágenes que sorprende durante la organización del viaje y simboliza mucho de lo que el pueblo de Líbano siente en su corazón.

Este peculiar monumento se construyó en 1995 por el artista de origen francés Armand Fernández para homenajear el final de la Guerra Civil Libanesa que arrasó el país entre 1975 y 1990.

Monumento de cemento con con tanques y cañones insertados en la ciudad de Yarzé
El ‘Hope for Peace’ se suma a los monumentos post-guerra de Líbano

Simula un edificio bombardeado con enormes agujeros en los que han introducido vehículos militares, armas y cañones reales donados por el gobierno de Líbano y que sobresalen de la fachada apuntando principalmente en una dirección. ¿Adivináis hacia dónde?

Esta enorme mole de 30 metros de altura se encuentra en Yarzé, a las afueras de Beirut, junto a la entrada del Ministerio de la Defensa Nacional, por lo que deberás pasar varios controles militares antes de llegar a la rotonda en el que se encuentra y hacer una parada rápida para verlo, porque si estás demasiado tiempo, van a empezar a mirarte raro (os lo digo por experiencia).

Bosque de los Cedros de Dios 

Antiguamente se podían ver en Líbano inmensos bosques de cedros que copaban el paisaje, erigiéndose en el árbol nacional y uno de los grandes símbolos de Líbano, hasta el punto de que aparece dibujado en su bandera.

El misticismo del cedro de Líbano viene de muy atrás, ya que su madera fue objeto de deseo por parte de todas las civilizaciones que han pasado por aquí (fenicios, persas, romanos…), que la utilizaron para construir desde barcos hasta los primeros templos de Jerusalén e incluso su nombre aparece numerosas ocasiones en la Biblia, por lo que se considera el árbol bíblico por excelencia.

Pero la tala masiva y su deforestación empezó a ser un problema desde el siglo VI y empezaron a desaparecer gran parte de estos bosques, lo que conllevó finalmente a su protección.

Bosque de los Cedros de Dios en el norte de Líbano
El Bosque de los Cedros de Dios es un pequeño recuerdo de los bosque que cubrían gran parte de Líbano

El gran representante hoy día de aquellos bosques de cedros es el Bosque de los Cedros de Dios, ubicado en el Valle de Qadisha, que se puede visitar y caminar por los senderos que transcurren entre estos altos árboles.

Algunos de los ejemplares de este bosque miden más de 30 metros de altura y tienen más de 3000 años de antigüedad, motivo por el que fueron también nombrados como patrimonio mundial por la UNESCO.

Otros bosques de cedros que puedes visitar son el bosque Al- Souf, al sur y el bosque de Tannourine, de camino al Valle de Qadisha.

Ruinas de Anjar, el gran legado Omeya que ver en Líbano

Tras las ruinas romanas de Baalbek, Anjar es posiblemente es yacimiento arqueológico más interesante de Líbano y, de hecho, también forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad del país.

Anjar es resultado del periodo en el que dominó la zona el califato omeya, que fijó aquí a principios del siglo VIII uno de sus asentamientos más importantes en mitad de la ruta comercial que unía la capital del califato, Damasco, con el Mar Mediterráneo.

Lo más interesante es que, a diferencia de casi todas las ruinas que habrás visto, en Anjar solo se han descubierto restos de los Omeyas. Ninguna civilización más pasó o se estableció en esta zona, algo realmente único.

El interior de las ruinas de Anjar muestra el enorme legado Omeya
Las ruinas de Anjar fueron una de las mejores visitas del viaje

Pasear por las ruinas de Anjar, es hacerlo por uno de los mejores ejemplos de urbanismo Omeya que se conservan en el mundo y recorrer sus estancias, hammans y palacios a escasos 10 kilómetros de la frontera con Siria, fue una sensación emocionante.

Además, los nexos con España son estrechos, porque tras Anjar, el califato omeya se trasladó a Córdoba, donde podemos ver también una parte muy importante de su legado.

Fuerte de Mseilha

Ubicado a orillas del río Nahr el-Jaouz, a la altura de la ciudad de Batroun, junto a la carretera que conduce a Trípoli, se encuentra este fuerte que destaca en el paisaje.

El Fuerte de Mseilha es una pequeña fortificación defensiva del siglo XII que se presume construida por los Cruzados y que pretendía mantener segura la ruta entre Beirut y Trípoli.

Uno de los fuertes más espectaculares que pudimos ver en Líbano
El Fuerte de Mseilha se erige junto a la carretera que une Byblos y Trípoli

Lo más impactante es su imagen, ya que se construyó sobre un enorme promontorio rocoso que lo hace casi inexpugnable y hoy deja una escena extraordinaria.

Es una visita rápida, de apenas unos minutos, por lo que me parece un lugar muy interesante que ver en Líbano si estás de camino al norte.

Se puede visitar su interior (entrada gratuita) accediendo por un camino estrecho y subiendo las escaleras de piedra sobre la roca, que da acceso al fuerte y brinda buenas vistas del terreno.

Gruta y cascada de Afqa

La gruta de Afqa fue otra de esas sorpresas que no esperábamos encontrar en Líbano, pero que no dudo en recomendar tras conocerla, por su espectacularidad a nivel visual y por las historias que la rodean.

Esta enorme gruta se encuentra en un acantilado de 180 metros de altura y se adentra en las entrañas de la montaña a través de una pasarela que solo cubre una pequeña parte de los más de tres kilómetros de túneles y caminos que se calcula que tiene.

De la enorme cueva aparecen de repente un curso de agua almacenada del deshielo y de este río (al que llaman río Adonis) surge una preciosa cascada formando una escena deliciosa.

La gruta de Afqa se adentra en las entrañas de Líbano
La gruta de Afqa es un pequeño viaje a las entrañas libanesas

Pero no solo de belleza viven la gruta y la cascada de Afqa, ya que este enclave está relacionado por la mitología griega con el culto a los dioses Adonis y Afrodita.

Se dice que aquí fue donde nació Adonis, dios de la belleza, conoció a la diosa Afrodita y también donde fue asesinado, lo que da lugar a una última leyenda que toma forma en la primavera, momento en el que se da un curioso efecto en el río, ya que el agua arrastra grandes cantidades de barro que lo tiñen de rojo y que dicen que es la sangre de Adonis.

Creas o no estos mitos, lo cierto es que muchos califican a la cascada de Afqa como una de las más bonitas de Oriente Medio y, aunque yo me quedo con otra, no van tan desencaminados.

Olivos de Noah

Si los cedros son el árbol nacional libanés, no menos importante son los Olivos de Noah, una de los lugares más curiosos que ver en Líbano, ya que se trata de los olivos más antiguos del mundo.

Se encuentran en la población de Bchealeh y la primera rareza es que estos crezcan a más de 1.300 metros sobre el nivel del mar, una altura poco habitual para el cultivo de olivos.

Junto a los olivos más antiguos del mundo, los olivos de Noah
Los Olivos de Noah fueron un curioso descubrimiento

Este conjunto de 16 olivos tiene más de 6.000 años de antigüedad y algunas teorías dicen que no solo son los olivos más antiguos del mundo, sino que son los árboles de más edad del planeta y que se trataría de los olivos que aparecen mencionados en el libro del Génesis del Antiguo Testamento. ¡Y nosotros estamos aquí, frente a ellos como si nada!

A mí me pareció alucinante, no solo que todavía se mantengan en pie, sino que se sigan explotando de manera normal y se extraigan aceitunas con las que se produce un excelente aceite. Y claro, con ese cartel de presentación, no le hace falta mucha publicidad..

Si buscas en google maps, hazlo como ‘The Sisters Olive Trees of Noah’ y te llevará hasta ellos, a un lado de una carretera.

Cascada de Kfarhelda, el salto de agua más espectacular que ver en Líbano

Para mí, esta maravilla que nace del río Jaouz es la cascada más espectacular que pudimos ver en Líbano, una gran sorpresa ante la que quedé deslumbrado.

Se encuentra en la localidad de Kfarhelda, en el distrito de Batroun, cerca de otras maravillas naturales del país y el acceso más sencillo que vimos fue desde el camino que empieza junto al restaurante Chez Georges, donde puedes dejar el coche sin problemas.

Cascada de Kfarhelda, una de las más altas que ver en Líbano
La belleza de la Cascada de Kfarhelda nos dejó parados

Desde allí parte una pista que baja drásticamente (cuidado, que luego hay que subirla…) hasta la cascada; son solo 10 minutos de camino para llegar hasta ella.

Una vez allí, aparece la deslumbrante cascada de Kfarhelda, una de las más altas de Líbano y cuyo volumen de agua nos sorprende porque ni siquiera había empezado el deshielo. De aquí nos llevamos una de las imágenes más inolvidables del viaje.

Otros lugares interesantes que ver en Líbano

¿Pensabas que ya había acabado esta lista? Pues no, todavía quedan algunos lugares que quería mencionaros pese a que son visitas que en muchos casos son rápidas y os ocuparán poco tiempo, pero que podéis hacer como nosotros y si os quedan de paso, podéis valorar hacer una parada.

El primero de ellos es el yacimiento de Faqra, un conjunto de ruinas romanas y bizantinas situadas en el Monte Líbano y que resulta imprescindible para cualquier aficionado a las piedras.

Siguiendo con las piedras, no podía faltar Nahr el Kalb, un conjunto de estelas a lo largo del río que incluyen jeroglíficos e inscripciones en roca que incluyen algunas piezas de antiguos faraones de hace más de 4000 años. Para ser sinceros, nos faltó algo de tiempo para visitarlo tranquilamente porque nos dimos cuenta de que era mucho más de lo que pensábamos.

Uno de los múltiples templos romanos que puedes ver en Líbano
Hay varios templos romanos menores en el terreno cercano a Baalbek

A las afueras de la ciudad de Sidón, justo antes de llegar desde el norte, se encuentra el Templo de Eshmun, un antiguo lugar de culto a este dios, que era el dios fenicio de la curación, y del que hoy quedan apenas un amasijo de piedras enormes. Aunque me gustó ver los relieves que se conservan en algunas de sus piedras, que es lo que realmente da valor a la visita.

Estos tres lugares que os he mencionado formaron parte de la lista indicativa que Líbano presentó como candidatas a Patrimonio de la Humanidad, por lo que no son poca cosa.

Como retales de la guerra quedan algunos edificios y construcciones en ruinas que se sitúan en la carretera que va desde Chtoura hasta Beirut (la número 30), como la estación de tren abandona de Dahr el Baydar, que brinda la oportunidad de caminar por sus antiguas vías y túneles. Da un poco de cosa, no os voy a engañar.

A la altura de la localidad de Saoufar se encuentran dos edificios que muestran la grandeza de la que un día gozó Líbano, como son el Grand Sofar Hotel y los Jardines/Hotel Donna Maria Sursock, dos enormes construcciones que sirvieron como centros turísticos y de eventos, pero que fueron abandonados durante la guerra y nunca más se recuperaron.

Uno de los numerosos templos romanos que se pueden ver en Líbano
Hay templos romanos dispersos por todo el Valle de Bekaa

Entre Zahle y Baalbek también se encuentra un conjunto de templos romanos que pasan completamente desapercibidos y me cuesta entenderlo.

Están en la localidad de Niha y se dividen en dos partes a las que se accede de manera independiente. Han quedado a la sombra de Baalbek, pero la visita ocupa apenas unos minutos y permite hacerse una idea de la grandeza de la que gozó aquí el Imperio Romano.

Por último, en esta lista de lugares que ver en Líbano no podía faltar una de las bodegas más famosas del Monte Líbano, Chateau Musar, que se encuentra al norte de Beirut y hace visitas guiadas y catas. En este caso, nosotros no tuvimos tiempo de visitarla y además ya habíamos cubierto nuestra dosis vinícola con la visita a las bodegas de Chateau Ksara, pero para los amantes del vino, esta es la segunda más importante del país.

Alquilar coche en Líbano

Como ya habréis deducido si habéis llegado hasta esta parte del post, nosotros decidimos que la mejor manera de moverse en Líbano era alquilando un coche y yendo totalmente por nuestra cuenta.

Algunos viajeros que habían estado previamente en el país me habían dicho que conducir en Líbano era peligroso, pero  movernos en coche de alquiler nos daba una libertad a la que personalmente me costaba renunciar, por lo que tras meditarlo mucho, decidimos viajar de esta manera.

Ahora, después de mi experiencia conduciendo cerca de 1.000 kilómetros en Líbano, te voy a resumir los que para mí son pros y contras para que tú mismo puedas elegir.

Nuestro coche de alquiler para viajar por Líbano
Este fue nuestro coche de alquiler durante el viaje a Líbano

A favor de alquilar coche

  • La libertad de movimientos y horarios. Llegas donde y cuando quieres y sales desde donde y cuando quieres.
  • Alquilar un coche en Líbano es barato. Nos costó 17 euros por día. Ese precio es a dividir entre los que viajéis. Nosotros viajábamos cuatro personas, por lo que por 4,25 euros al día por persona tuvimos transporte todo el viaje. Si me conocéis de otros artículos, alquilamos los coches habitualmente a través del comparador de Auto Europe, donde solemos encontrar los mejores precios con diferencia. Puedes consultar tú mismo el precio de alquilar un coche en Líbano y valorarlo.
  • Permite llegar a rincones remotos y solitarios sin problemas, incluso en partes del país como el Valle de Qadisha o Mleeta, entre otros. Pudimos llegar fácilmente a todos los lugares que queríamos ver en Líbano de una manera rápida y directa.
  • La conducción fuera de las grandes ciudades (Beirut y Trípoli principalmente) es muy cómoda y las carreteras están todas en muy buen estado.
  • No hace falta un coche especial para el viaje, las carreteras están perfectas, incluso las de montaña, y con un vehículo normal es suficiente.

En contra del alquiler

  • La experiencia es menos auténtica porque el transporte público permite mezclarte con los locales de una manera más profunda e intensa.
  • El peligro de tener un accidente (como en todos los países). Para eso, nosotros siempre cogemos un seguro con cobertura completa del vehículo y también un buen seguro de viaje por si alguno de nosotros sufriese algún daño.
  • El tráfico en horas punta en Beirut o Trípoli es un caos y hay que tener paciencia.

Respecto al precio de la gasolina, está similar al precio de España y hay gasolineras por todas partes, por lo que esto no supone una gran diferencia.

Estos serían para mí los puntos a favor y en contra que pude observar y también los que valoré antes del viaje para tomar mi decisión.

Si te decides por el alquiler de coche, simplemente te digo que si yo pude conducir en Líbano sin problema alguno, tú también puedes hacerlo porque no comporta mayor dificultad que otros países. No soy ningún bicho raro con súper poderes, ni ningún piloto experimentado.

Ahora que ya conoces algunos de los mejores lugares que ver en Líbano, ¿te animas a descubrir este país de Oriente tan curioso y fascinante? Bastan unos pocos días para conocer algunos de sus grandes atractivos así que, ¡no lo dudes!

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