Llegaba por fin la parada más ansiada de nuestro viaje. Estábamos en Baalbek, las ruinas romanas más famosas de Líbano y uno de los yacimientos romanos más grandes y mejor conservados del mundo.
Pocos conocen que en Líbano se encuentra uno de los complejos de templos romanos más grandes que construyó el imperio y es que en Baalbek se rendía homenaje a tres dioses, Júpiter, Venus y Mercurio, motivo por el que este yacimiento es sencillamente único.
Índice
Historia de Baalbek
Llegamos aquí tras descubrir la ciudad de Trípoli, cuna musulmana en el país, y el intenso y solitario Valle de Qadisha, un lugar sagrado para el cristianismo y en el que pudimos visitar varios monasterios maronitas tallados en la misma roca. Ahora tocaba Baalbek y estábamos seguros que cumpliría nuestras alturas expectativas.
Días antes habíamos conocidos otras huellas romanas en la ciudad de Byblos y nos habían parecido impresionantes. ¿Sería tan espectacular Baalbek? Creíamos que sí, pero íbamos a comprobarlo.
Si nos remontamos a los orígenes de Baalbek, todo empezó entre el año 2.900 – 2.300 a.C, cuando se establecieron en esta parte de Líbano algunos asentamientos cananeos, de orígenes fenicios y que datan la antigüedad de Baalbek en más de 5.000 años.

Este era un importante cruce de varias rutas comerciales que unían el territorio que ahora ocupa Siria con el Mediterráneo y el norte de la propia Siria con Palestina. Hubo comunidades de manera ininterrumpida que habitaron esta zona desde la Edad de Bronce y se cree que pudo ser el motivo por el que el Imperio Romano construyó aquí uno de los complejos más grandes.
Durante las excavaciones se encontraron también algunos vestigios de construcciones de la época Helenística que se remontan al siglo III a.C. y de las que se deduce que los griegos identificaron al dios de Baalbek con el Sol, lo que condujo a que se denominase a la ciudad como Heliópolis, “la Ciudad del Sol”.
Tras fenicios y griegos, llegaron aquí los romanos, que conquistaron la ciudad en el 64 a.C. y dio comienzo a la época más importante de Baalbek, que inicialmente al dios de Baalbek como Júpiter y fue el punto de partida de la construcción de la gran ciudad que fue.

Emperadores como Augusto o Constantino alimentaron la ciudad construyendo varios templos durante tres siglos. Más tardes, con la llegada de bizantinos y árabes, estos convirtieron a Baalbek en una ciudad fortificada.
Después de mucho tiempo en el olvido, en el siglo XVIII un grupo de exploradores europeos llegó hasta Baalbek y descubrió un complejo al que no dudaron en enviar varias expediciones, entre las que destaca la del mismísimo Káiser Guillermo II de Alemania en el año 1898 en un viaje en el que también visitó la ciudad de Jerusalén.
Tras ver el descubrimiento, no dudó en mandar una misión arqueológica alemana para dar inicio a las excavaciones de Baalbek, que rápidamente dieron los primeros resultados valiosos.

Tras un largo periodo de excavaciones con la participación de otros países, en el año 1922 arqueólogos libaneses y franceses empezaron los trabajos de restauración de los templos y resto de hallazgos de Baalbek.
Tras sacar a relucir uno de los complejos de templos romanos más importantes del mundo, en el año 1984 Baalbek fue reconocida como Patrimonio Mundial de la UNESCO por ser uno de los mejores ejemplos de santuario que construyó el Imperio Romano.
Desde aquel momento Baalbek ha vivido varios periodos de guerra e incluso las milicias de Hezbollah utilizaron el complejo como base para resguardarse durante la guerra de 2006 con Israel, cuando el complejo sufrió algunos bombardeos.
Algunas hipótesis extrañas sobre su creación…
Más allá de la larga historia que exhibe Baalbek, también ha dado lugar a numerosas teorías sobre su creación basadas en el misterio.
La primera de las teorías tiene su sustento en las enormes piedras que se han encontrado y que fueron utilizadas para la construcción de Baalbek.
Estas piedras fueron halladas en 2014 por los arqueólogos libaneses y franceses que trabajaban conjuntamente en el yacimiento, se denominan Trilithon o trilitones, y serían las piedras talladas más grandes que existen.
Estas rocas se utilizaron para la construcción de templos como el de Júpiter o el templo de Baco y son de dimensiones enormes, con 25 metros de largo, 4 de alto y 12 de anchura, además de un peso que supera las 1.000 toneladas.

Entre estas rocas, en las canteras de Baalbek se descubrió el que hasta hoy es el bloque de piedra tallado más grande de la Antigüedad, otro gran descubrimiento de este fascinante complejo libanés.
La historia cuenta que las pirámides de Egipto se construyeron con piedras de 50-60 toneladas, por lo este hito ha dado lugar a todo tipo de especulaciones ya que resulta inexplicable que fenicios, griegos o romanos las moviesen.
Una de esas locas teorías habla de que pudieron ser alienígenas quienes moviesen esas piedras llegando desde el espacio exterior para aterrizar su nave en la gran explanada que ocupa la Gran Terraza. Si quieres, también puedes saber más curiosidades sobre Líbano, un país con muchos datos interesantes.
Obviamente, esto parece más descabellado que intentar pensar que algunas de aquellas civilizaciones consiguieron algún mecanismo para mover esos inmensos bloques de piedra.
Fuesen los fenicios o los extraterrestres, mover aquellos trilitones parece igualmente una enorme hazaña.
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Visita a las ruinas de Baalbek
Muchos viajeros llegan a Líbano con la única empresa de visitar Baalbek, una de las grandes maravillas de Imperio Romano y que justifican de sobras un viaje al país.
De hecho, muchas personas visitan el complejo desde la propia capital Beirut en excursiones de un día (al final del artículo puedes ver algunas) y luego bajan a zonas costeras como Sidón o Tiro, donde la temperatura y el ambiente son más amables y divertidos.
Nosotros estábamos por fin aquí, a las puertas de las ruinas romanas de Baalbek, a punto de pisar uno de los complejos mejor conservador del mundo.
El complejo está dividido en 5 secciones:
- Propileos
- Patio hexagonal
- Gran explanada o Gran Patio, que alberga el Templo de Júpiter
- Templo de Baco
- Templo de Venus
Una vez conocéis las secciones, voy a intentar ir por partes para que tengáis todos los detalles de la que fue nuestra visita a las ruinas de Baalbek.
SABÍAS QUE…? Baalbek no es solo uno de los lugares más interesantes que ver en Líbano. También es uno de los 100 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad más populares en la red social Instagram. ¡Busca sus fotos y alucina con ellas!
El Propileos
Este es el acceso propiamente dicho a Baalbek y está formado por unas grandes escaleras y una fachada que tuvo 12 columnas de granito, de las que hoy quedan completamente en pie cuatro y partes de otras.


El Propileos fue construido a principios del siglo III d.C. y no podemos evitar perder el tiempo con las primeras fotos. Tras subir las escaleras, se encuentra el acceso al Patio Hexagonal.
El Patio Hexagonal
Cruzamos los enormes muros y accedemos al Patio Hexagonal, el lugar donde los peregrinos que llegaban hasta aquí utilizaban como preparación para la entrada al Templo.

Hoy se ven numerosas ruinas y vestigios, entre los que se intuyen las columnas (30 en total) de gratino que aguantaban la estructura en la que se situaban varias estancias como algunos almacenes o establos.
El Gran Patio o Gran Explanada
Seguimos adelante y tras unas puertas soportadas por columnas, vislumbramos el Gran Patio, con unas dimensiones de 135×113 metros y construido entre los años 98-117 d.C. por el emperador Trajano.

Aquí había numerosos edificios religiosos, piscinas para abluciones y estancias rodeadas por una gran columnata de 84 piezas de granito rosa procedente de Egipto y con más de 20 metros de altura.


En el centro de esta gran explanada se ve alzado un altar con la torre restaurado en el que tenían lugar los sacrificios y rituales.
Como curiosidad, alrededor del Gran Patio pueden verse también las aspilleras medievales que servían para vigilar y defenderse de los enemigos.

Desde aquí accedemos a uno de los grandes elementos de Baalbek, el Templo de Júpiter.
El Templo de Júpiter o Templo de Baal
El primer gran momentazo de la visita a Baalbek llega cuando pisamos por fin el que fuese suelo del Templo de Júpiter, construido en una parte elevada por encima del Gran Patio durante el periodo en el que gobernó Augusto a principios del siglo I d.C.
Hoy no es mucho lo que queda en pie, pero puede intuirse la inmensidad del que fuese el mayor templo religioso individual construido por los romanos, que estaba rodeado por 84 columnas de 22 metros de altura y 2 metros de diámetro, de las que todavía quedan seis columnas en pie.

El entablamento que las unías estaba decorado con las cabezas de un toro y un león y en la actualidad, esa serie de seis columnas es uno de los iconos más importantes de Baalbek. Por cierto, ocho de estas columnas fueron trasladadas a Constantinopla para adornar a la mítica Santa Sofía.
Bajamos las escaleras instaladas en uno de los laterales y nuestro guía se detiene ante el que es uno de los grandes misterios de Baalbek.

Estamos junto a los cimientos del Templo de Júpiter y nos muestra las inmensas rocas de una sola pieza que forman parte de la estructura.
Es el Trilithon, tres enormes piedras de 800 toneladas que constituyen, junto a las que se encontraron en una cantera cercana a Baalbek y que pesan 1.000 toneladas, los bloques de piedra más grandes que se han descubierto hasta el momento.

El Templo de Baco, la imagen más reconocible de Baalbek
Después de unos pocos pasos más, asomamos la cabeza tras un muro y ahí está el colosal Templo de Baco, la gran joya de Baalbek y considerado como el templo romano mejor conservado del mundo.
Se encuentra en la parte sur del Templo de Júpiter, bajo las grandes columnas, y es la imagen que soñábamos ver desde hace tiempo. El Templo de Baco es la imagen de Baalbek que todos conocemos.

Su construcción data de los años 120-125 d.C. y la estructura sigue en pie prácticamente al completo, con 42 columnas corintias de 19 metros de altura que flanquean el templo al completo.
Observamos que el templo se encuentra elevado sobre una plataforma de cinco metro de altura en la que hay tres estancias, el vestíbulo (pronaos), la cámara interior (Cela) y una última sala interior a la que tenían acceso los sacerdotes (ádyton).

La entrada al Templo también es espectacular, con once metros de altura y seis metros de ancho, se observan relieves con diferentes elementos de la tierra del Valle de Bekaa como el trigo o las uvas.
En el interior, al que accedemos completamente solos y podemos disfrutar en privado, se presume que se realizaban sacrificios y rituales que incluían las ofrendas de animales y humanos a los dioses.

Nos hubiésemos quedado allí todo el día, no exagero, Baalbek en general y el Templo de Baco concretamente, es uno de los lugares que más me han impresionado como viajero y no me extraña que siga siendo fuente de inspiración para los arquitectos modernos.
Templo de Venus
Este templo está fuera del complejo principal y se accede a través de una pasarela subterránea que parte desde cerca de la taquilla para acceder a Baalbek.
Se observan dos estructuras principales. Una muy deteriorada que sería el Templo de las 9 Musas, construida en el siglo I d.C., un lugar pagano que según nos explican podría tener una naturaleza sexual, con fines placenteros y entre los que se dice que estaría la prostitución sacra.

Justo al lado encontramos la estructura más grande de esta parte del complejo, se trata del Templo de Venus, datada en el siglo III d.C., una construcción semicircular rodeada de columnas, una enorme cúpula y varios frisos en los que se observan palomas y otros motivos.
Se dice que este templo rendía culto a la Fortuna de Baalbek, la que fuese divinidad protectora de la ciudad.
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Otros elementos interesantes en el yacimiento de Baalbek
Hay también algunos vestigios destacados que pueden verse en Baalbek además de las grandes construcciones, empezando por la Torre del Siglo XV, un añadido de la época medieval junto al Templo de Baco y que alberga un pequeño museo con piezas como el Sarcófago Douris, donde se descubrió el cuerpo de una mujer al completo con todas las joyas y complementos con los que fue enterrada, siendo clave para analizar los rituales funerarios de la época.
También junto al Templo de Baco, aunque por la parte trasera, se encuentran los restos de una ciudadela medieval del siglo XII que construyeron los árabes.

De camino a la salida, bajo el Gran Patio hay un pequeño museo con algunas piezas que se han encontrado en Baalbek, planos del complejo y otros detalles, mientras que también es posible visitar el Museo Arqueológico de Baalbek, ubicado junto al Templo de Júpiter, aunque nosotros lo encontramos cerrado el día de nuestra visita.
Por último, algo más alejado del complejo se encuentran las ruinas del Templo de Mercurio, aunque en este caso queda muy poco en pie, apenas unas escaleras y poco más del que se supone que era el templo dedicado al dios del comercio.
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Información y datos útiles para visitar las ruinas de Baalbek
Baalbek se encuentra a 90 kilómetros de Beirut, que en tiempo es aproximadamente entre 1h30’ y 1h45’, por lo que muchos viajeros hacen esta visita en un día volviendo a la dormir a la capital.
Nosotros hicimos el viaje en coche de alquiler, por lo que estuvimos de ruta por el país. En esta etapa decidimos juntar la visita a Baalbek con las ruinas de Anjar, a 30 minutos de camino, muy cerca ya de la frontera con Siria. También combinamos la jornada con la visita a una de las bodegas más famosas de Líbano, que justamente cae por esa zona.

Es muy fácil moverse por el país en coche, lo hicimos usando google maps, una de las aplicaciones que usamos durante nuestros viajes, y por supuesto, llevando un seguro de viaje que nos cubriese cualquier contratiempo por unos pocos euros.
Si viajas sin vehículo propio, también puedes visitar Baalbek junto con las bodegas de Chateau Ksara, las más antiguas del país, en una excursión organizada desde Beirut y con guía en español.
Nos alojamos en la propia Anjar, donde encontramos un hotel con mucho encanto en el que pasar la noche, el Layali Al Shams Hotel, a menos de 10 kilómetros de Siria.

Un dato curioso es que Baalbek recibe apenas 80.000 visitantes al año, una cifra ridícula teniendo en cuenta que se trata de uno de los grandes templos del Imperio Romano. Si este mismo complejo estuviese en Europa, serían millones los que lo visitarían. Nosotros sencillamente vimos una oportunidad única de tener para nosotros solos un lugar de este calibre.
Por último, voy con algunos datos cien por cien prácticos que va bien conocer antes de la visita:
- El precio de la entrada a Baalbek es de 300.000 LBP (unos 7,5 euros).
- El horario de apertura es desde las 8:30h hasta el atardecer.
- Calcula un tiempo de entre 2 y 2,5 horas para visitar detenidamente todo el complejo (un poco más arriba encuentra un plano de las ruinas).
- En la entrada puedes contratar guías para la visita (inglés o francés comúnmente) por un precio de 20 USD por grupo. No es imprescindible, pero nosotros cogimos uno y aprendimos muchas cosas y vimos detalles que seguramente no hubiésemos percibido.
Mi Nono Tufí Balac nació en Baalbek. Él tenia hermanos mellizos Haseem y Hossem y una hermana Zeinab Balac de la que heredé su nombre y la pasión por el arte de coser y bordar. Me encantaría conocer Líbano .