En un país todavía desconocido para el gran público, sorprende lo larga y variada que es la lista de lugares que ver en Omán, que incluye desde antiguos fuertes defensivos hasta paradisíacos wadis en los que bañarse.
Índice
Qué ver en Omán, el reino del desierto
Sí, Omán es el reino del desierto, ya que el 80% de su territorio es territorio desértico y quizás por eso me sorprendió la cantidad de lugares que había que ver, aglutinados en gran parte en la región norte del país.
Sobre todo, antes de tu viaje lee mi guía básica para viajar a Omán y no te olvides que para viajar al país es necesario un visado si vas a estar más de 14 días en el país, por lo que también te será útil este artículo en el que te explico paso a paso cómo pedir el visado para Omán.
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1. Gran Mezquita del Sultán Qaboos, el legado de un líder
Situada a las afueras de Mascate, esta mega construcción debe su nombre al sultán que gobernó el país desde 1970 hasta 2020, cuando falleció, el Sultán Qaboos.
La figura del Sultán Qaboos es un icono en Omán y a cualquier omaní al que le preguntes, tendrá buenas palabras para el líder que renovó y abrió el país al mundo exterior.

Es la mezquita más grande del país y la 33ª más grande del mundo, con capacidad para 20.000 fieles, como te cuento en este artículo sobre algunas de las curiosidades sobre Omán.
Todo lo que rodea a la Gran Mezquita del Sultán Qaboos es inmenso, como por ejemplo, los 416.000 metros cuadrados que ocupa el complejo, la gigantesca lámpara de 8 toneladas de cristal de swarovski de la sala de oración o la alfombra más grande del mundo de una pieza, en la misma sala de oración y que ocupa 4.300 metros cuadrados, pesa 21 toneladas y llevó 27 meses de elaboración.

Si vas a visitarla, hazlo vestido adecuadamente, cubriendo hombros y rodillas y, en el caso de las mujeres, también la cabeza.
- Horario: Abierta a los no musulmanes todos los días, excepto los viernes, de 8:30 a 11:00.
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2. Zoco de Mutrah, el gran bazar de Mascate
Oriente Medio es sinónimo de zocos y no quisimos perdernos uno de los más antiguos que se pueden ver en Omán, el Zoco de Mutrah.
Adentrarse en el zoco de Mutrah es hacerlo en la vida cotidiana de los omanís, en su frenética puesta en escena diaria que, por momentos, te aturde.
Decenas de tiendas se atisban entre el humo del incienso y es difícil resistirse a la tentación de pararse a comprar unos dulces o un puñado de dátiles, el fruto por excelencia de Omán.
Nos alucinó ver la gran parte del zoco dedicada a las frutas y verduras, un sinfín de colores en el no soportamos la tentación y compramos plátanos y mandarinas para nuestros próximos días en Mascate.

Si buscáis algún recuerdo de vuestro viaje a Omán, este también es el lugar perfecto; aquí encontrarás multitud de tiendas dedicadas exclusivamente al turista.
Pero Omán también es diferente a muchos países de Oriente aquí, porque en los zocos omanís difícilmente agobian al viajero y en ningún momento nos sentimos objetivo de los vendedores. Pasamos desapercibidos y husmeamos en cada rincón para empaparnos de ese fascinante día a día del gran mercado capitalino, el gran Zoco de Mutrah.
Es fácil recorrer la capital por libre y conocer todos los imprescindibles de Mascate, pero es necesario un coche dada su extensión, por lo que, si no quieres alquilar un coche, puede ser interesante contratar alguna excursión organizada en la ciudad.
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Los free tours son todavía una rareza en Omán, pero puedes encontrar buenas excursiones guiadas en español. Te dejo estas dos opciones:
1. Excursión guiada por Mascate (en español)
2. Excursión de medio día por Muscat (en español)
3. Una ruta por los fuertes más interesantes que ver en Omán
Omán tiene un sistema de más de 500 construcciones defensivas que en su momento sirvieron para defender la libertad del país de los ataques foráneos y nosotros tuvimos claro desde el principio que esta tenía que ser una de las paradas en nuestro itinerario de viaje por Omán.
Cerca de Mascate se pueden visitar en un mismo día los fuertes de Nakhal y Rustaq, dos de las fortalezas más interesantes que ver en Omán.
El de Nakhal fue levantado sobre los cimientos de una construcción preislámica y fue construido en 1834, mientras que el de Rustaq tuvo una relevante importancia en la defensa de la que fue capital de Omán.
Por otro lado, el fuerte de Nakhal está bastante cerca de la capital y es posible visitarlo en coche de alquiler o si prefieres hay excursiones organizadas con transporte desde el hotel que puedes contratar aquí.
La visita a ambos fuerte puede hacerse en una mañana desde Mascate y estar para comer en la capital y presenciar la puesta de sol desde el fuerte de Mutrah, desde donde se obtiene una de las mejores panorámicas del país.

La ruta por los fuerte omanís nos llevó unos días después hasta Nizwa, donde su imponente fuerte te traslada siglos atrás, cuando se hacían importantes recepciones y se defendía la ciudad desde sus torres.
Otra de las imágenes más impresionantes que ver en Omán es la puesta de sol desde la gran torre del fuerte de Nizwa, con toda la población a sus pies y los enormes palmerales datileras alrededor.
Muy cerca de Nizwa se encuentra otra de las construcciones defensivas más importantes del país, el Fuerte de Bahla, declarado Patrimonio de la Humanidad por su relación con la tribu de los Banu Nebhan, dominadora de la región desde los siglos XII hasta el XV y uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar en Omán.
4. Nizwa, la ciudad entre palmeras
La ciudad de Nizwa es una delicia, con su vida y su encantador zoco, donde todo transcurre a una velocidad rápida pero que, gracias a su buena organización transmite incluso una especie de sensación de calma.
Los dulces omanís a base de azúcar negro copan las tiendas de una de las partes del zoco, mientras que los dátiles, las frutas y verduras dan color a una pequeño recinto cerrado en el que el aroma a té y café es cautivador.
Cuando cae el sol, las piezas de pescado empiezan a llegar a la parte dedicada al mar. El olor es fuerte y pasamos un poco de largo, pero los gritos de las subastas denotan que todavía les queda por llegar a un acuerdo en el precio.

En parte antigua de la ciudad también se encuentra el fuerte de Nizwa, uno de los más bonitos que ver en Omán y desde cuya gran torre circular obtuvimos una de las mejores puestas de sol del viaje.
Ya de noche, el centro de Nizwa es un hervidero de puestos de shawarma y pequeños locales de zumos de fruta frescos.
Nos sentamos en uno cualquiera, frente a la fachada del zoco, iluminada con los colores de la bandera omaní, y presenciamos uno de los espectáculos más curiosos del viaje, cuando decenas de locales se acercan con sus coches a pedir la cena a los restaurantes de alrededor, que se la sirven con celeridad en bolsas de plástico, que recogen a través de la ventanilla y salen pitando de allí esquivando la pequeña marabunta motorizada que se mantiene a la espera.
Nizwa es una ciudad agradable y bonita, desde la que además, se puede acceder a varios puntos cercanos en jornadas de un día y volver a cenar a la ciudad.
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Si quieres conocer más a fondo Nizwa, puedes optar por una excursión organizada en español, una alternativa genial para disfrutar de la segunda ciudad más importante de Omán.
5. Wahiba Sands, entre dunas y estrellas en Omán
Pasar una jornada en el desierto es una de las cosas más apasionantes que se pueden hacer en Omán y para ello, el de Wahiba Sands es ideal.
En inglés se conoce a este desierto como Wahiba Sands por la tribu ‘wahiba‘ que habitaba en las arenas, aunque el nombre oficial ha pasado a ser el de Sharqiya en el afán por dar cabida a todas los grupos beduinos que habitaban en los desiertos omanís.

Teniendo en cuenta que casi el 80% del territorio del país es desértico, parecía obligado conocer uno de los signos de identidad, tanto de Omán, como de la Península Arábiga.
Dejamos nuestro coche en la última gasolinera de Al Wasil antes de adentrarnos al desierto y allí nos vino a buscar con su todoterreno el dueño del campamento donde íbamos a pasar la noche.
Después de salvar dunas y un terreno en el que solo aparecían algunos campamentos salpicados por el camino, llegamos por fin al Desert Retreat Camp, uno de los alojamientos de tiendas más remotos de Wahiba Sands.

En un campamento con doce tiendas típicas beduinas en las que solo íbamos a alojarnos nosotros, pasamos una jornada apasionante entre charlas con nuestro anfitrión, paseos entre dunas, una puesta de sol inolvidable y una noche bajo un manto de estrellas en el que se sucedían las estrellas fugaces a las que les pedíamos que jamás acabase aquella noche.
Hay excursiones al desierto que hace alguna parada en otros puntos de interés y que son muy completas para quienes no quieran darse la paliza de coche. Es otra manera óptima de conocer varias joyas de Omán de una manera cómoda.
Si quieres saber más, puedes leer mi artículo con la experiencia al completo y algunos consejos para visitar el desierto de Omán.
6. Castillo de Jabreen, viviendo como un Sultán
Más allá del inmenso sistema de fuertes, Omán también tiene algunos castillos como el de Jabreen, donde residían los sultanes y se rodeaban de lujos.
La diferencia entre los fuertes y los castillos es que los primeros estaban dedicados exclusivamente a tareas defensivas y en ellos vivían los soldados, mientras que en los castillos como el de Jabreen, vivían los sultanes y bueno, digamos que el nivel de comodidades era un poco diferente, aunque también tenía un amplio y pensado sistema defensivo, tanto en su exterior como en el interior.
Fue construido en 1675 y tiene cinco plantas, 55 salas y una inmensa terraza desde donde se obtienes unas geniales vistas de los palmerales cercanos y de la ciudad de Bahla.

El de Jabreen también fue un importante centro de aprendizaje de materias como la astrología o la medicina y recorriendo sus salas, uno siente que ha viajado varios siglos atrás.
Me gustó ver las salas donde almacenaban los dátiles y el sistema de recogida del jugo que se desprendía de ellos, que luego utilizaban para dos funciones: la cocina o la defensa del castillo mediante el lanzamiento de este líquido hirviendo a través de las aperturas en las puertas.
La ‘sala del sol y la luna‘ y su sistema de siete ventanas para mantener la temperatura constante durante todo el año es otra de las estrellas de la visita.
Después de recorrer sus salas, patios y pasillos, solo puedo afirmar que el Castillo de Jabreen es una de las construcciones más interesantes que ver en Omán.
- Horario: Abierto todos los días del año de 7:30am – 10pm
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7. Sumidero de Bimmah (Bimmah Sinkhole), el cenote omaní
Si después de ver fortalezas, wadis o montañas, piensas que ya lo has visto todo en Omán, te sorprenderá toparte con el Sinkhole o Sumidero de Bimmah, un enorme agujero en la roca donde aparece una laguna de agua salobre completamente cristalina.
Su nombre oficial es el de Parque Nacional de Hawijata Najm y nos recordó mucho a los cenotes que vimos en Riviera Maya.
El enorme agujero tiene unos 40 metros de diámetro y aparece de la nada en el camino entre Mascate y Sur, una parada que marcamos en el camino el día que no dirigíamos hacia la reserva de Ras Al Jinz.

Hay algunos atrevidos que saltan desde arriba (son unos 20 metros de caída), pero ese no es nuestro caso, que preferimos bajar las escaleras y entrar por donde toca.
El agua es de un reluciente color verdoso y totalmente cristalina, dejando entrever diferentes profundidades que se intuyen por los distintos tonos de verde.
Estuvimos allí cerca de una hora disfrutando de un fabuloso baño y entonces empezó a llegar más gente, aunque en total no superábamos las diez personas.
En el agua verás los típicos pececillos que se acercan a mordisquear las pieles muertas de los pies y piernas, no te asustes, es divertido y anima incluso el baño en un paraje como pocos en Omán.
- Horario: Abierto todos los días del año de 8am – 8pm.
- Precio: Entrada libre.
- Recomendaciones: Intenta llegar antes de las 9:30am y disfruta de un baño en solitario.
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Es posible visitar el Bimmah Sinkhole y el Wadi Shab en una excursión de un día desde Mascate. Puedes ver los precios y contratarla aquí.
8. Reserva de Tortugas de Ras Al Jinz, el paraíso tortuguero de Omán
La experiencia de ver desovar y nacer tortugas marinas en la playa es una de las más impactantes que he vivido jamás y Ras Al Jinz es uno de los mejores lugares del mundo para vivirla.
Llegamos entrada la tarde, dejamos las mochilas en nuestra tienda y después de un rato, nos dirigimos al tour de las 8:30pm, al que suele acudir bastante gente desde Sur.
Éramos dos grupos de 12-15 personas, cada uno con su propio guía, que se encarga de explicarnos las medidas de seguridad y respecto hacia las tortugas, que durante el desove entran en una especie de trance debido al esfuerzo y ante el que hay que ser muy comedidos y no molestarlas lo más mínimo para no afectar a su rutina.

Son miles las tortugas que van a desovar, de hecho, nos explica el guía que suele haber al menos una tortuga desovando en Ras Al Jinz durante todos los días del año, por lo que, incluso en temporada baja es muy probable que las veáis.
La escena es impactante, de las que se quedan grabadas en la retina (que no en la cámara, porque las fotos a oscuras salen fatal…xD).
Esa noche vemos una tortuga y nos emplazamos para el tour al amanecer, para el que tenemos que estar listos a las 4:50am.
En el tour de la «mañana», que en realidad empieza de noche, somos solo 6 personas (aquí ya no viene nadie desde fuera de la reserva) y la experiencia es todavía mejor que durante la noche.

Vemos dos tortugas acabando el proceso y volviendo hacia el mar, pero lo mejor está por llegar, cuando el sol empieza a aparecer y son centenares los huevos que eclosionan, dejando paso a una pequeña marabunta de tortugas recién nacidas que buscan abrirse paso hacia el mar para iniciar su ciclo vital. La imagen es memorable y nos vamos a desayunar la mar de felices, pese al madrugón, igual de memorable.
Ver a las tortugas en la reserva de Ras Al Jinz fue una de las mejores experiencias que vivimos en nuestro viaje a Omán, una de esas cosas que no se olvidan y que ojalá podamos repetir alguna vez.
- Precio: 7 OMR por el tour. Si te alojas en la reserva, está incluido en el precio.
- Recomendaciones: Alojarse en el interior de la reserva, que incluye los tours de la noche y la mañana, dos experiencias brutales.
- Página oficial de la reserva de Ras Al Jinz
9. Jebel Shams, las montañas más altas de Omán
Quién nos iba a decir que en un país tan desértico, una de las cosas más interesantes que se pueden ver en Omán son sus montañas, con picos que superan los 3.000 metros.
Y ahí es donde Jebel Shams se erige como el paraíso para los amantes de las montañas, los trekkings y la escalada, con grandes rutas que van desde varios días de recorrido hasta trekkings de varias horas como el que hicimos nosotros.
Muchos lo conocen como el Gran Cañón de Oriente, en algunos puntos llega a tener más profundidad incluso que el mismísimo Gran Cañón del Colorado, un dato al alcance de muy pocos lugares en el planeta.
Uno de esos trekkings, el que nosotros hicimos, es el del Balcony Trail (conocido como W6 – Balcony Trail), una ruta de ida y vuelta a través de las paredes del cañón y que llega a un increíble punto panorámico.

En total, la ruta por las montañas de Jebel Shams son cerca de 11 kilómetros y 4 horas entre paisajes de vértigo, acantilados de centenares de metros, pueblos abandonados y hasta un pequeño lago al final del camino.
Para llegar al punto de inicio del trekking hace falta un todoterreno para recorrer los últimos kilómetros, que no están asfaltados y la carretera es bastante mala. Nosotros intentamos llegar en nuestro turismo normal y no os lo recomiendo.
Si no alquiláis todoterreno, tampoco os preocupéis mucho, podéis dejar el coche en varios puntos antes del inicio de la pista sin asfaltar y allí encontraréis a gente con todoterrenos esperando a subir turistas. A nosotros nos cobró 20 OMR por el viaje de ida y vuelta.
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10. Wadi Bani Khalid, un espejismo en el desierto
Los wadis son una de las atracciones más famosas que ver en Omán; cursos de ríos secos en los que de repente, emana agua y se forman una especie de pozas que ascienden por parte de ese curso seco.
En un país tan árido como Omán, estos fenómenos naturales que son tan comunes, son en realidad oasis y el Wadi Bani Khalid es uno de los que se forma a las puertas del desierto, un verdadero espejismo.
Para llegar al Wadi Bani Khalid hay que recorrer una carretera de curvas con una subida muy pronunciada que lleva hasta el aparcamiento y una vez allí, encontramos una señal muy explícita al inicio del camino a pie que marca el ‘código de vestimenta’.

Hay que vestir apropiadamente, tapando el cuerpo incluso para el baño, tanto mujeres como hombres. Puedes ir con bañador y camiseta, mientras tapes los hombros no te llamarán la atención.
Seguimos el cauce seco del río que conduce hasta el inicio del oasis, una gran piscina natural en la que han montado un restaurante. Lo mejor es seguir el camino río arriba a través de las rocas, donde se encuentran las pozas más bonitas.
Hay varias pozas, pequeñas cascadas y salientes desde donde saltar al agua, el Wadi Bani Khalid es un pequeño paraíso a las puertas del desierto.
También puedes seguir hasta el final del cauce, donde se vuelve a secar y aparece una gran cueva a la que se puede entrar, aunque cuidado, el espacio es diminuto y hay que ir prácticamente reptando.
Pese a tener que hacerlo con camiseta, disfrutamos muchísimo con nuestra visita al Wadi Bani Khalid y estuvimos todo el día a remojo en las aguas de uno de los wadis más bonitos que pudimos ver en Omán.
11. Wadi Shab, un oasis entre las montañas
En el mismo día visitamos el Bimmah Sinkhole y el Wadi Shab, dos lugares espectaculares y que se encuentran en el camino entre Mascate y Sur.
Para llegar hasta el Wadi Shab solo hay que seguir las indicaciones en la carretera, que conducen hasta el aparcamiento y dejar allí el coche, a un lado del río. Justo al otro lado, empieza la ruta.
¿Y qué hay que hacer para llegar al otro lado del río? Pues solo se puede cruzar en una de las barcas que tienen y que cuestan 1 OMR por persona (ida y vuelta). Son dos minutos para cruzar, pero es la única manera, no se lo han montado mal.

Una vez en el otro lado, la ruta a pie hsata el Wadi Shab es de unos 30-40 minutos a través de unos paisajes preciosos, llenos de palmerales y altas montañas que llevan a la primera poza.
Por el camino se ven los aflajs, canales de regadío tradicionales que hacen llegar el agua a los lugares más remotos del país y que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La primera imagen del Wadi Shab es paradisíaca, la de un auténtico oasis, de una belleza natural que pocas veces me había encontrado durante mis viajes.
Te puedes bañar allí mismo o nadar cauce arriba a través de pozas cristalinas hasta llegar a una pequeña cueva y una cascada. El recorrido es alucinante, una de las mejores experiencias que podéis hacer en Omán.

Los paisajes durante el recorrido son de los mejores del país, con paredes de roca que se levantan hasta donde llega la vista y que forman un valle de proporciones, colores y belleza insuperables.
Si quieres visitar el Wadi Shab desde Mascate, puedes hacerlo en coche de alquiler o con una excursión organizada desde la puerta del hotel y en español, donde te dan a conocer todo sobre los aflajs y acabarás con baño muy placentero.
Los aflajs y la importancia en la historia de Omán
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.Los aflajs son sistemas de irrigación tradiconales cuyo uso en Omán se remonta al año 2500 a.C. según varios estudios arqueológicos.
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La particularidad de los afjlajs es que, haciéndose valer de la fuerza de la gravedad y mediante estudiados sistemas de aducción del agua, hacen que el agua de capas subterráneas o manantiales circule a través de esta serie de canales y sirva para el regadío de los cultivos en el país y para el uso doméstico. Esto, en un país como Omán, dónde el 80% del territorio es desértico, fue toda una hazaña y un descubrimiento histórico que marcó el porvernir de la nación.
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Hoy, los aflajs se encuentran en peligro debido al descenso del nivel de las aguas subterráneas, aunque siguen siendo de vital importancia para muchas comunidades.
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La innovación y la importancia para muchas comunidades omanís que sin ellos tendrían casi imposible el acceso al agua corriente, le han valido para ser declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
12. Ruta por los pueblos de montaña más bonitos que ver en Omán
Partiendo desde Nizwa, donde la cordillera de Jebel Shams toma protagonismo, es posible hacer una de las rutas más pintorescas de Omán, a través de algunos pueblos de montaña que han mantenido su esencia a lo largo de los siglos.
El primero de ellos, muy cerca de Nizwa, es Birkat Al Mouz, conocido por sus grandes plantaciones de palmeras que surten de dátiles a toda la región. Aquí también es posible visitar las ruinas de Harat Burj Al Maqaseen, un antiguo poblado de estilo yemení en un estado de conservación no demasiado bueno, pero que permite ver un gran ejemplo de lo que fueron los típicos poblados de casas de adobe en la región arábiga.
También aquí vale la pena acercarse hasta el Falaj Al Khatmain, un gran canal que forma parte del sistema de aflajs del que os hablaba unas líneas más arriba.

Hace falta adentrarse un poco más en las montañas para llegar a Al Hamra, con varias zonas de casas de adobe que se encuentran entre las casas más antiguas de Omán.
Si sigues carretera arriba, una serpenteante carretera conduce hasta varios miradores desde los que se obtienen unas fabulosas vistas de Al Hamra, pero lo mejor está al final, cuando se llega hasta la siguiente parada de esta ruta, Misfat al Abriyeen, uno de los pueblos más bonitos que ver en Omán.
Estéticamente, la pequeña aldea de Misfat Al Abriyeen es una delicia, situado en una colina con varias terrazas y sobre uno enorme palmeral, luce bonitas casas de adobe levantadas sobre gigantescas rocas, adaptándose al abrupto terreno de mil maneras.
Por último, una parada que nos quedó pendiente fue en la aldea de Balid Sayt, todavía más remota y adentro en los montañas, la imagen parecía evocadora, pero el tiempo se nos echó encima.
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Cuidado, para visitar Misfat Al Abriyeen es obligatorio vestir adecuadamente, cubriendo rodillas y hombros. Nadie te dirá nada, pero verás carteles avisando de esto en cada esquina y es una cuestión de respeto, así que…¡nada de pantalón corto!
13. Algunas ciudades históricas de Omán
En nuestra ruta entre el desierto de Wahiba Sands y la ciudad de Nizwa, macamos varias paradas en el camino, con el ánimo de conocer algunas ciudades históricas de Omán.
La primera fue la localidad de Ibra, estirada a lo largo de un río seco y que luce bonitas casas que recuerdan que este fue uno de los centros neurálgicos del comercio de toda la región.
Su zoco es todavía hoy un hervidero en el que destaca particularmente la zona dedicada a las frutas y verduras, el producto más popular de Ibra.

Poco después paramos en Sinaw, algo más grande que la anterior y cuyo zoco se mantiene frenético desde primera hora de la mañana hasta las 11, para ir bajando su actividad a medida que se acercan las horas más calurosas.
El gran recinto central separa por especies de animales, frutas, verduras y pescado, donde el olor hubiese podido resultar insoportable si no fuese por la mascarilla que nos recuerda que seguimos con la amenaza del covid.
Más lejos, a las afueras de Mascate, la población de Seeb es uno de los puertos pesqueros más importantes de Omán y aunque cuando la visitamos parece una especie de ciudad fantasma, deja entrever su importancia con las obras de su nuevo corniche, que conectará los extremos de la ciudad.

La ciudad costera de Kalhat (o Qalhat) es la última parada camino a Ras Al Jinz, una bonita ciudad pesquera que antaño fue la envidia de toda la región. Por aquí pasaban mercancías de todo el mundo con destino a Asia Central y su importancia como puerto comercial entre Occidente y Oriente le han servido para que la UNESCO la reconociese como Patrimonio Mundial.
La ruta podría ser infinita, pues son multitud las ciudades históricas que ver en Omán, pero el viaje no da para más y muchas quedan en el tintero.
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14. Bucear en las islas Al Dimaniyat
Si eres aficionado al submarinismo, otra de las cosas imprescindibles que hacer en Omán es bucear en las islas Dimaniyat, uno de los parajes naturales más bonitos del país.
En el puerto Al Mouj de Mascate hay varios centros de buceo que organizan las salidas a las islas, a 45 minutos en barco. Suelen salir a las 8:30 am y volver a las 2-3pm e incluyen la comida y dos inmersiones en las que la diversión está asegurada.
El tiburón ballena es la estrella entre agosto y octubre, cuando las probabilidades de verlos en las aguas de este pequeño archipiélago son bastante altas, pero si viajas fuera de estos meses, no te va a defraudar.

Rayas, peces payaso, peces globo, peces león, peces ballesta (me encantan, por cierto), tortugas marinas de varias especies y otro de los grandes protagonistas de las aguas de Dimaniyat, el tiburón leopardo o tiburón cebra, de dimensiones inferiores al tiburón ballena, pero también imponente, con más de 3 metros de longitud y cuyo avistamiento suele estar prácticamente asegurado.
Nuestra experiencia buceando en Omán fue extraordinaria, incluso en temporada baja como fuimos (noviembre), ambas inmersiones fueron muy productivas y toparnos con dos tiburones leopardo fue algo que se quedará grabado para siempre en mi retina (o en mis gafas de buceo).
Si no buceas, también puedes optar por una excursión de snorkel o una salida en barco desde Mascate para hacer avistamiento de delfines, residentes habituales en las aguas omanís.
Que paisajes y que país. No se como estará el tema del visado para entrar pero es un lugar muy atractivo.
Muchas gracias por compartir estos parajes.
Pues justo tengo un artículo sobre como tramitar el visado, jeje. La verdad es que es sencillo y el pais compensa con creces ese pequeño trámite.
Para estancias de menos de 14 días, no es necesario visado a día de hoy si tienes pasaporte español.
Hola Eva, así es, la información está actualizada en el artículo de ‘Como solicitar el visado para Omán’ y en la Guía de viaje del país. ¡Un saludo y gracias!
Hola. ¿Existe transporte público en Omán? Si no, ¿se puede alquilar una bicicleta? ¿Son caros los taxis?
Hola
Hay transporte público, por supuesto. El problema es que es lento. Por otro lado están los taxis, hay taxis compartidos que puedes utilizar, pero desconozco los precios, aunque no creo que sean muy caros.
Sobre las bicicletas, no lo sé, la verdad.
Un saludo!
Hola! El castillo de Rustaq está cerrado por obras y cuando lo abran, en uno o dos meses, la entrada costará 6 OMR.
El fuerte de Nahkal cuesta 3 para extranjeros y 1 para omanís.
Buen artículo!
¡Hola! Muchas gracias por la información, siempre se agradece tener precios y actualizacones recientes de las visitas. =)