Después de un inolvidable viaje por las Antillas Menores, no me cabe la menor duda de que más pronto que tarde volveré a esta parte del mundo, que me pareció atractiva y salvaje por igual, pese a que poco a poco van llegando cada vez más viajeros de la mano, por ejemplo, de algún crucero que hace una ruta por las Antillas Menores.
Nuestro viaje fue durante el mes de septiembre y no pudo ir mejor; el clima, el ambiente y la ausencia de turismo en esta época del año hizo de esta parte del Caribe, todavía muy desconocida para nosotros, sea ya uno de nuestros grandes recuerdos viajeros. Eso sí, ¿por qué no hacerlo mediante un crucero por las Antillas Menores y descubrir los mejores rincones con la comodidad que brinda este tipo de viajes por el Caribe?
Índice
Las mejores escalas en un crucero por las Antillas Menores
Ahí van las que, para mí, son algunas de las escalas imprescindibles si te decides por esta opción, la del crucero por las Antillas, en la que disfrutarás de todos los encantos del Caribe concentrados en un solo viaje.
Fort-de-France (Martinica)
Todavía recuerdo que llegué conociendo poco o nada sobre Martinica, una isla que, en realidad, pertenece a Francia y es uno de sus territorios de ultramar, pero que tardé muy poco en descubrir que estaba en un lugar sin igual.
La silueta del gran Monte Pelée está presente en todas partes y su nefasta fama se puede ver en la pequeña población de Saint Pierre, que todavía conserva algunas de las ruinas dejadas tras la erupción del volcán en 1902 y que arrasó con la ciudad. Desde allí tendrás unas de las mejores vistas del Monte Pelée.
Para los amantes de las caminatas, puedes subir a la cima del Monte Pelée o una alternativa algo más ligera es recorrer alguna de las rutas de la Península de la Caravelle, cuyas vistas son sensacionales.
También puede ser que llegues a Martinica en busca de playas paradisíacas y en ese caso, estás en el sitio correcto.
Aunque hay una larga lista de playas de arena fina y agua cristalina, la playa Grande Anse des Salines parece sacada de una postal, mientras que la playa de la Couleuvre, más salvaje, es una verdadera maravilla, aunque se encuentra algo más alejada.
Si quieres, puedes conocer los mejores lugares para visitar en la isla y la experiencia completa de mi viaje a Martinica.
Pointe-à-Pitre (Isla de Guadalupe)
Las posibilidades en la isla de Guadalupe son casi infinitas y una vez allí, la escala se te va a hacer tan corta que no vas a querer irte de la isla.
De nuevo es un volcán el que se lleva la imagen impactante de la isla, el Volcán La Sufriere, un bonito cono que acompaña el paisaje de Guadalupe, pero si buscar alguna playa de ensueño, tampoco quedarás defraudado con playas como la de Saint Anne, pequeña, tranquila y con un agua color turquesa que enamora.
Para quienes prefieran salir a caminar, la ruta por Les Chutes du Carbet lleva a través de senderos a tres impresionantes cascadas rodeadas del verde selvático de la isla.
Para acabar, si prefieres tener un día tranquilo y pausado, puedes quedarte en la capital Pointe-à-Pitre y visitar el Memorial ACTe, un gran museo en memoria de los miles de esclavos que murieron en la zona. De hecho, el ACTe es uno de los museos más importantes del mundo dedicados a la esclavitud y te sorprenderá ver la magnitud del edificio y de su interior.
Puedes leer mis dos artículos sobre la isla:
- Qué ver y hacer en la isla de Guadalupe
- Las mejores playas de la isla de Guadalupe, el paraíso francés en las Antillas
Roseau (Dominica)
Dominica es una de las islas más salvajes y llenas de naturaleza de las Antillas Menores y solo por eso, ya vale la pena la parada si estás de crucero por la zona.
Entre sus encantos cuenta con el Lago Hirviente, parte del Parque Nacional Morne Trois Pitons, las imponentes cataratas de Trafalgar (muy cerca de Roseau, donde para el crucero justamente), la garganta Ti Tou o la pintoresca Piscina Esmeralda.
Si buscar algo de historia y saber un poco sobre los orígenes de la isla de Dominica, puedes acercarte al Fuerte Shirley o al Centro Cultural Old Mill, cuyas instalaciones, como te imaginarás, están en un viejo molino en el que se producía azúcar y ron.
Philipsburg (Saint Marteen)
En realidad, la isla de San Martin todavía está compartida por Francia y Holanda y de ahí que la encuentres escrita de varias maneras (Saint Maarten para los neerlandeses o St. Martin para los franceses) y eso ya convierte la visita en una escala peculiar.
Nacionales de estos países se juntan aquí durante el verano en playas como Orient Bay, Long Bay o Happy Bay, dos bonitos parajes de aguas cristalinas, pero ninguna de ellas comparables al espectáculo que se puede presenciar en la archifamosa Maho Beach, donde sus aguas turquesas y arena fina son solo un complemento para el espectáculo que se vive en ella, que ve como los aviones que llegan a la isla pasan a escasos metros de altura sobre las cabezas de la gente para aterrizar unos pocos metros delante en el aeropuerto. Seguro que habrás visto bastantes vídeos de ella e incluso tienen una cámara retransmitiendo las 24 horas todo lo que sucede allí.
Si eres más urbanita, puedes pasar el día paseando por las calles de las capitales francesa y holandesa de la isla, Marigot y Philipsburg, pintorescas y que mezclan estilos del viejo continente y caribeño.
Basseterre (San Cristobal y Nieves)
La parada del crucero se realiza en Basseterre, capital del país y una bonita población en la que todavía se puede ver su pasado colonial.
Pero lo mejor de la isla está por llegar y se encuentra en lugares como Mattingley Heights, Calypson Bay o Nisbet Beach, una de las playas más populares y bonitas de la isla.
Algunos de estos cruceros por las Antillas Menores incluyen otras paradas en diferentes islas como Antigua y Barbuda o las Islas Vírgenes Británicas o Americanas, que seguramente tengo el mismo o más encanto que estas, pero que todavía no son tan populares, por eso lo mejor es escoger el que más llame tu atención en función del itinerario en alguna página de reserva de cruceros (yo suelo buscar en crucerosplus) y disfrutar de una de las mejores zonas del planeta con todas las comodidades que se tienen a bordo.
Bonus track: Rebuscando entre los cruceros que existen, hay algunos que realmente llaman mucho la atención como son los de la vuelta al mundo, que van desde 110 días hasta 150 días a bordo y haciendo paradas en lugares tan fabulosos como Panamá, Costa Rica, México, Hawaii, Samoa Americana, Nueva Zelanda, la bonita isla de Bali, Singapur, Sri Lanka, el cruce del canal de Suez en Egipto y varios puertos europeos, como Grecia o Italia. ¡Daría lo que fuese por subirme a uno de estos!
Otros destinos del Caribe para un viaje al paraíso
Si bien es cierto que un crucero por las Antillas franceses aglutina un gran número de atractivos, el Caribe es un destino extenso y que permite infinidad de itinerarios, para cualquier gusto y bolsillo, porque no nos vamos a engañas, eso de subirse a un barco y hacer vida a bordo no está hecho para todo el mundo.
Pero que no seas el más ferviente aficionado a los cruceros no significa que el Caribe no esté preparado para ofrecerte experiencias extraordinarias, como la que puede ofrecer la Riviera Maya, un destino con una mezcla fascinante de cultura y playas como pocos en el planeta.
Complejos mayas como Chichén Itzá, las ruinas de Tulum o la gran pirámide de Cobá son algunos de los sitios arqueológicos más famosos, mientras que si buscas playas, islas como Holbox, Cozumel o Isla Mujeres te darán todo lo que esperas.

El otro destino estrella es la República Dominicana, que permite al viajero combinar playas de ensueño con magníficas experiencias de ecoturismo en parajes como Samaná, donde se pueve ver en todo su esplendos la fauna y flora local.
Si buscas playas de postal en República Dominicana, tu sitio es Punta Cana y porqué no, podrías disfrutar durante unos días de uno de esos viajes de «pulserita» todo incluido en preciosos complejos hoteleros que ofrecen cualquier comodidad que puedas imaginar.
Opciones más alternativas, pero no por eso peores, son destinos como Belice, también con un enorme legado maya que se puede ver en sitios arqueológicos como Caracol o Lamanai, a la vez que encantadoras islas como Cayo Caulker, un pequeño paraíso en aguas caribeñas, Panamá, donde parajes como Portobelo esconden grandes sorpresas y es posible bañarse en las magníficas aguas turquesas de Bocas del Toro o Costa Rica, destino famoso por el turismo de naturaleza, pero con bonitos sitios en el Caribe que se puede descubrir en una ruta por el país, como las costas de Puerto Viejo de Talamanca.
*Algunas imágenes de este artículo han sido seleccionadas de un banco de imágenes