Si hay un lugar en Panamá lleno de historia, sin duda ese es Portobelo, una pequeña localidad costera donde todo lo que hay que ver es fruto de ser testigo de batallas, objetivo de piratas y defensas aguerridas de un pequeño puerto que se erigió clave en tiempos pasados.
Portobelo alberga hoy un patrimonio histórico que bien merece una visita y sus magníficos fuertes en ruinas, sus calles destartaladas o su extraordinaria aduana dotan hoy a este puerto de Panamá de una decadente belleza que evoca tiempos tan duros como gloriosos.
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Portobelo, historia de riqueza y piratería
Este pequeño país centroamericano, famoso por el gran Canal de Panamá, esconde un rincón mágico en su costa y muchos nos sorprendemos cuando descubrimos lo que el viajero tiene que ver en Portobelo, pues se trata un auténtico puerto pirata en Panamá porque, aunque hoy lo que se ve es una pequeña y tranquila bahía, Portobelo fue testigo en 1502 del desembarco de Colón en su cuarto viaje a las Américas que, tras descubrir el lugar y debido a su belleza, lo decidió bautizar como «Puerto Bello«, origen de su actual nombre.
Tras este descubrimiento, Portobelo en Panamá se convirtió en uno de los enclaves comerciales más importantes de América. El oro procedente de Perú llegaba a la costa del Pacífico y se trasladaba a través del Camino de Cruces a la costa atlántica, al otro costado del istmo hasta Portobelo, desde donde salía en galeras con destino a España.
Ese oro, como era de esperar, acabó llamando la atención de los grandes navegantes. Francis Drake, en un intento de saqueo de la ciudad, acabó muriendo de disentería en Portobelo. Otros como Henry Morgan tuvieron más éxito e incluso el afamado oficial inglés Edward Vernon la consiguió capturar en el siglo XVIII, un hito que se celebró en el país hasta el punto de dar nombre a una de sus calles más famosas, la Portobelo Road. ¿Sabías que este era el origen del nombre de esta calle británica?

Qué ver en Portobelo, un puerto con decadente belleza caribeña en Panamá
Portobelo, en Panamá, fue un hervidero rebosante de historia que podrás descubrir, en primer lugar en su antigua Aduana, un bonito edificio construido en 1630 que actualmente alberga el museo de la ciudad y que repasa todos aquellos hitos que antaño vivió.

Sin embargo, hoy nos encontramos con una bahía sin demasiada actividad, absorbida por una espesa y abrumadora vegetación y que vive a ritmo caribeño, en la que se hace imprescindible alzar la vista para observar como las fortificaciones españolas, hoy prácticamente en ruinas, se situaban en puntos estratégicos que convertían a Portobelo en un enclave casi impenetrable. Este conjunto de fortificaciones (Fuerte de San Jerónimo, castillo de Santigo, la Batería Santiago y el Fuerte de San Fernando), junto al Fuerte San Lorenzo fueron declarados como uno de los lugares Patrimonio de la Humanidad en Panamá hace casi cuatro décadas.

No podíamos irnos de Portobelo sin subir la empinada calle que llevaba hasta el Capitán Jack’s, un local aparentemente destartalado pero con cerveza fría y unas vistas privilegiadas sobre las casas de tonos vistosos que conforman las calles de la pequeña Portobelo. Desde aquí también vemos la silueta de su iglesia, con el Mar Caribe y un frondoso verde como telón de fondo.

Nos dirigimos hacia la Iglesia de San Juan de Dios, a la que nos dirigimos tras el descanso y en cuyo interior encontramos el Cristo Negro, la figura de un cristo de tez oscura al que el pueblo panameño rinde culto y venera una vez al año durante el mes de octubre.
No hay mucho más que ver en Portobelo y después de callejear y acercarnos a las ruinas de algunas de sus fortificaciones intentando imaginar cómo sería aquello varios siglos atrás, volvemos a nuestro vehículo para recorrer el camino de vuelta hasta Ciudad de Panamá.

Cómo llegar a Portobelo
Se puede hacer la visita a Portobelo en una escapada de un día desde Ciudad de Panamá, a unos 120 km. de distancia en carreteras bastante buenas, que nosotros recorrimos con nuestro coche de alquiler.
Si organizáis una visita de un día, podéis hacer una una parada en el extraordinario y modesto Restaurante Los Cañones, donde se puede disfrutar de pescado y marisco fresco con vistas de auténtico ensueño a precio de comida rápida occidental y acabar el día descansando en la bonita playa La Angosta, 13 km. después del restaurante y ya de camino a la capital.
Portobelo y la sabrosísima gastronomía panameña son muy atractivos, pero si te apetece, también puedes leer más sobre algunos de los mejores destinos del Caribe.