Restos de un castillo, coquetas calles adoquinadas y hasta un barrio independiente de la propia ciudad. No te pierdas todo lo que hay que ver en Vilna (Vilnius) si vas a pasar un día en la capital de Lituania, una de las ciudades más bonitas de los países Bálticos.
Durante mi visita a Vilna, me conquistó su ambiente bohemio y su elegancia, no en vano, su centro histórico ha sido declarado patrimonio de la Humanidad. La capital lituana superó mis expectativas y conocer su historia completó una jornada fascinante.
Índice
Qué ver en Vilna (Vilnius): ¡20 visitas imprescindibles!
Vilna fue uno de los últimos bastiones paganos de Europa, sin embargo, hoy es una de las ciudades con mayor número de iglesias por habitante. Este contraste habla del carácter abierto de la ciudad, que hoy muestra una cara juvenil y cautivadora.
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Catedral de Vilna
La mayor construcción religiosa de Vilna es a la vez un edificio singular y poco común.
Se encuentra al final de la Avenida Gedimino y rápidamente destaca su fachada neoclásica de color blanco impoluto y grandes columnas.
Justo al lado, la inmensa torre que se levanta es el campanario. Sorprende ver que está separada del edificio principal, algo poco habitual. Tiene una altura de más de 50 metros y se puede subir para admirar las vistas por 5 euros.

Respecto a su historia, la Catedral de Vilna se levantó sobre las ruinas de antiguos templos paganos en el año 1251, aunque poco queda de aquel edificio original.
Tras varias restauraciones, la imagen que hoy vemos es la de la última reforma del siglo XVI. Por su parte, la torre del campanario data del siglo XIII y su misión original fue defensiva. No fue hasta el siglo XVI que asumió las funciones de campanario de la catedral.
Puedes visitar el interior de la catedral de Vilna gratis y ver los restos del patrón de Lituania, San Camisiro.
Si quieres, también es posible visitar las catacumbas, el tesoro y la cripta, donde yacen los restos de varios personajes importantes del país, aunque en este caso hay que organizar una visita guiada y pagar la entrada correspondiente. Puedes ver los horarios y precios actualizados en la página de la catedral.
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Torre de Gediminas
Esta imponente torre en lo alto de una colina cerca del centro de Vilna, es uno de los símbolos de la capital.
Formaba parte de la antigua fortaleza encargada de defender la ciudad de Vilnius, una gran construcción de la que hoy tan solo queda esta torre de ladrillo rojo con forma octogonal.

En su interior puedes visitar un pequeño museo sobre la historia del castillo y subir a la parte más alta de la torre, desde donde se domina la capital lituana y se tienen unas vistas increíbles. El precio son 5 euros y los horarios puedes consultarlos en la página oficial de los museos locales.
Para llegar hasta arriba puedes hacerlo a pie en una subida de unos 10-15 minutos o tomar el pintoresco funicular que te lleva hasta arriba (1 euro el trayecto).
Una vez arriba, la imagen es fabulosa. Posiblemente sean las mejores vistas panorámicas que ver en Vilna, así que ni lo dudes.
Calles Pilies y Didžioji, las dos calles más animadas que ver en Vilna
Vilna tiene un centro histórico lleno de vida y hay varias calles que lo cruzan y que tienen mucho ambiente.
Entre todas ellas, destacan dos por encima de todas, la Calle Pilies, que es la más larga de Vilna. Está plagada de cafés, restaurantes y tiendas en los que turistas y locales conviven a cualquier hora.

La segunda es la calle Didžioji, otro de los centros neurálgicos de la capital y donde los restaurantes con estilo se mezclan con fachadas barrocas y edificios monumentales.
Ambas son peatonales, por lo que son ideales para salir a pasear y empaparse de la cotidianidad lituana. El fin de semana todo el mundo acaba aquí, en alguno de sus restaurantes, tomando un helado o disfrutando de una terraza.
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Iglesia de San Casimiro
Vilna es una ciudad con muchas iglesias, pero una de las más importantes es la Iglesia de San Casimiro.
Se trata del patrón de la ciudad, de ahí su relevancia, y se encuentra en pleno corazón de Vilnius.
Su fachada es una maravilla. Tiene color rosado y estilo barroco, culminada por una bonita cúpula que parece una especie de corona real.
La historia de esta iglesia ha sido bastante turbulenta, ya que fue devastada en varias ocasiones por las llamas y tuvo que ser restaurada en numerosas ocasiones.
Una de las mayores curiosidades que envuelven a la Iglesia de San Casimiro es que los soviéticos la convirtieron en un museo al ateísmo. Sus funciones eclesiásticas volvieron con la caída de la URSS.
Puerta de la Aurora
Esta bonita puerta formaba parte de la antigua muralla defensiva y es la única que queda en pie en la actualidad.
La muralla que rodeaba Vilna tiene hasta 8 puertas de entrada, aunque la Puerta de la Aurora era una de las principales.

Hoy en día, su fachada azulada luce bellísima en la parte alta de la ciudad y a través de ella se accede a la calle Didžioji, donde empieza el movimiento.
No te olvides de visitar la parte interior de la Puerta de la Aurora, donde hay una pequeña capilla con una figura de la virgen. También desde aquí hay buenas vistas, no pierdas la ocasión porque entrar es gratis.
ℹ️ Puedes encontrar mucha información extra en la página oficial de la Turismo, donde hablan desde temas culturales hasta gastronómicos.
Plaza del Ayuntamiento
Esta gigantesca plaza abierta es otro de los puntos calientes y visitarla es una de las cosas más entretenidas que hacer en Vilna.
Es un espacio enorme, lleno de terrazas y pequeños puestos de comida que están presididos por el gran edificio del que era el Ayuntamiento (Vilniaus Rotušė).

En la actualidad, el majestuoso edificio sirve como oficina de turismo de Vilna y centro de exposiciones, por lo que se puede acceder a su interior.
El día que visitamos la capital hacía un sol radiante, por lo que todo invitaba a quedarse en una de esas terrazas disfrutando de una cerveza bien fría. ¡Como para no enamorarse de Vilna!
República independiente de Uzupis, el lugar más curioso que ver en Vilna
La primera vez que leí sobre la República de Uzupis me quedé sin palabras, alucinado por completo. Me pareció una de las mayores curiosidades de Lituania y no dudé en su visita.
Se trata de un barrio junto al río que atraviesa Vilna y que se proclamó independiente de la capital lituana el 1 de abril de 1997.
Tiene constitución, presidente, himno y hasta un ejército formado por 7 soldados. ¡Es de locos!
En él habitan desde entonces artistas locales y bohemios de la ciudad, que han encontrado en Uzupis su pequeño rincón.

La Plaza Tíbet con sus banderas de colores y la preciosa librería Keistoteka, donde se amontonan los libros antiguos, son dos paradas ineludibles.
Hay que llegar, eso sí, a la calle Paupio, donde se encuentra una de las cosas más extravagantes que ver en Vilna. Aquí podrás ver en uno de sus muros, la Constitución de la República de Uzupis.
Este documento, por llamarlo de alguna manera, está traducido a más de 20 idiomas y tiene algunos artículos de lo más curioso.
La República de Uzupis es una cosa curiosísima, pásate por allí y tómate un café en alguna terraza mientras degustas el sabor a libertad.
Colina de las 3 Cruces, una de las vistas más increíbles que ver en Vilna
Tras la Torre de Gediminas se observa una colina de tonos verdes en la que se alzan tres enormes cruces blancas. Es la Colina de las 3 Cruces, uno de los mejores miradores de la Vilna.
Estas cruces se instalaron aquí en 1916 sustituyendo a las antiguas cruces de madera, aunque lo más curioso es su historia.
La leyenda cuenta que un grupo de monjes franciscanos llegaron a Vilnius con la misión de evangelizar a la población pagana.

El recibimiento no fue el esperado y acabaron todos asesinados en esta colina y colgados en cruces para lanzarlos río abajo. No se andaban con tonterías estos paganos.
Este suceso es el origen de las actuales cruces, que rinden memoria a los monjes.
Años más tarde, bajo el gobierno soviético, estas cruces fueron demolidas, pero con la independencia de Lituania estas volvieron a colocarse aquí.
Para llegar hasta aquí solo tendrás que salvar una subida con 250 escalones. Las vistas merecen la pena, te lo aseguro.
🚗 ALQUILER DE COCHE EN VILNA
Alquilar un coche en Lituania es muy barato y te da libertad para visitar algunos lugares a las afueras de la ciudad. Esta opción es ideal si vas a hacer un road trip por el país o si es una escapada de varios días y quieres hacer excursiones fuera de Vilna.
Para el alquiler de coche utilizamos el comparador de DiscoverCars, con el que encontramos siempre los mejores precios. Puedes ver tú mismo los precios de alquiler de coche en Lituania. A nosotros nos costó menos de 15 euros al día y el coche estaba completamente nuevo.
Vijokliai Beer Garden
Antiguamente, este bar en la parte alta de Vilna era una visita que nadie olvidada, ya que aquí se encontraba el mítico mural de Trump y Putin en el que el presidente americano lanzaba humo en la boca del ruso a modo de coqueteo. Aquí le tienen menos aprecio a Putin del que le tienen en Belgrado.
Ese mural hoy ya no existe e incluso la réplica que había dentro del bar, que busqué como loco, me dijeron que la habían quitado.

Sin embargo, hay algunos murales de street art muy chulos en la zona, incluido el enorme mural tras el bar y también es un sitio genial para comer y beber una cerveza un poco más tranquilo, lejos del movimiento del centro histórico.
A mí fue un sitio que me encantó y además, tenían un montón de opciones vegetarianas en el menú.
Las iglesias más singulares que ver en Vilna
Ya os decía al principio de este artículo que Vilna es una de las ciudades europeas con más iglesias por habitante. Y esto tiene relevancia porque la capital lituana fue la resistencia pagana.
Hoy conviven varias corrientes y se han erigido iglesias de todo tipo, como la preciosa Iglesia de Santa Ana, que fue la que más me gustó. No tiene mucho mérito teniendo en cuenta que la deslumbrante fachada de ladrillo rojo, que se mantiene intacta desde hace más de cinco siglos, conquistó al mismísimo Napoleón, que quiso llevársela consigo.

Justo al lado se encuentra la Iglesia de San Francisco de Asís, de arquitectura gótica y a la que puedes acceder para ver su interior.
Tampoco puedes perderte la Iglesia de San Pedro y San Pablo, cuyo bonito exterior queda rápidamente eclipsado por su bonito interior.

Menos conocidas, pero muy bonitas, están la Iglesia ortodoxa de St. Paraskeva, una pequeña iglesia en el centro de Vilna y la Catedral ortodoxa de Theotokos, la más importante de Lituania de esta corriente.
Vilnius está repleta de iglesias y puede que descubras otras diferentes. Déjate cautivar por sus coloridas fachadas y sus bonitas cúpulas, que hasta hace poco no estaban aquí.
Museo de las víctimas del Genocidio
Si solo tienes que ver un museo en Vilna, ese debe ser el Museo de las víctimas del Genocidio, un recuerdo de la masacre que vivieron en la capital lituana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Lituania estuvo dominada por los soviéticos y estos hicieron auténticos estragos. Asesinatos, exilios en Siberia y toturas fueron el pan de cada día hasta el año 1991, cuando el país por fin se libró del dominio soviético y se convirtió en un estado independiente.
El museo se ubica en la que fue la antigua sede de la Gestapo y de la KGB, por lo que la visita es todavía más interesante si cabe.
La entrada cuesta 4€ y se puede visitar de miércoles a sábado de 10:00 a 18:00 y los domingos de 10:00 a 17:00. Cierra los lunes y martes. Puedes ver toda la información en la página oficial del museo.
Avenida Gediminas
Tiendas modernas, restaurantes y edificios reseñables flanquean la Avenida Gediminas, la más grande de Vilna.
Su nombre se lo debe al que fuera líder del Gran Ducado de Lituania entre 1316 y 1341, cuyo territorio dominado fue uno de los mayores del planeta.

Hoy son centenares de personas, coches y patinetes los que controlan esta enorme avenida, cuyo final llega en la Catedral de Vilna.
Por el camino, edificios pintorescos como el Teatro Nacional o el Parlamento de Lituania no acompañan en un agradable paseo.
Universidad de Vilna
La Universidad de Vilnius es la más antigua de los países bálticos y la puedes encontrar en pleno corazón de la capital.
Para entrar hay que pagar una entrada simbólica de 1,5 euros. A cambio, en su interior puedes ver algunos edificios importantes, como la Iglesia de San Juan, el Patio del Observatorio, la curiosa facultad de filología, donde hay unos murales coloridos y muy pintorescos o el Patio Mayor.
En total hay 13 patios y varios edificios alrededor de los mismos, que puedes visitar en un pequeño paseo.
¡INFO!
Si estás preparando tu viaje a Vilna, no te pierdas los consejos para llegar al centro de Vilna desde el aeropuerto. ¡Hay muchas opciones!
Barrio judío
El antiguo barrio judío de Vilna tenía su arteria principal en la calle Stiklių, que parte desde uno de los costados de la Plaza del Ayuntamiento.
La historia de este gueto es uno de esos sucesos tristes que jamás deberían haber ocurrido. Por desgracia ocurrió y no hay nada mejor que visibilizarlo, como han hecho en la capital lituana.
Una placa al inicio de la calle Stiklių recuerda que los nazis asesinaron aquí a más de 40.000 judíos. Los que corrieron mejor suerte, fueron sometidos a trabajos forzosos durante largas temporadas.

Al final del dominio nazi, apenas un 5% de la población judía de Vilnius había sobrevivido al exterminio. Son daros que asustan.
En la actualidad es un barrio animado y lleno de vida, con restaurantes elegantes (y caros), cafeterías y color. A esto se ha sumado la iniciativa #WallsThatRemember, que a través de varios murales de arte callejero ha devuelto a la vida a algunas de las víctimas de aquella matanza. Historias reales que resultan sobrecogedoras pese a verlas tan solo pintadas en muro.
Bastión de Vilna
Además de las puertas de acceso, la Muralla que rodeaba Vilna disponía de varios bastiones que eran claves en la función defensiva de la ciudad.
Uno de ellos es esta construcción de forma semicircular y ladrillo rojo cuyo interior alberga una exposición que narra la historia de este elemento en la ciudad.

Se encuentra en la parte alta de la ciudad y subir hasta aquí vale la pena porque, además, hay una de las mejores panorámicas que ver en Vilna, con el casco histórico a tus pies.
Recorre todo el parque junto al bastión y llega hasta el pequeño mirador llamado “Subačiaus apžvalgos aikštelė”, desde donde hay una muy buena vista del barrio de Uzupis.
Recorre los escenarios de la serie Chernobyl
Una de las curiosidades de Vilna es que la ciudad sirvió como escenario de la famosa serie televisiva Chernobyl.
Si eres fan o has visto la serie, hay varios puntos en la ciudad que probablemente reconozcas. Yo no pude visitarlos todos, pero sí algunos, sobre todo los que se encuentran en el centro de la capital.
El primer escenario que conocí fue el Museo de las Víctimas del Genocidio (del que ya os había hablado antes) y que sirvió para recrear la prisión de la KGB. Yo te recomiendo visitar su interior, aunque te advierto que puede ser impactante.
Otro lugar muy céntrico que puedes visitar es la Facultad de Arquitectura de la Universidad Técnica de Vilnius, cuyo interior sirvió como sala de audiencias para llevar a cabo los procedimientos judiciales que aparecen en la serie.
El tercer punto es el Palacio de Cultura y Deportes del Ministerio del Interior, que aparece en la serie como el restaurante del Hotel Pripette. Un lugar también muy simbólico.
Por último, uno de los que a mí me quedó pendientes fue la visita al Barrio de Fabijoniškės, que representa la ciudad de Pripyat. Los enormes edificios de estilo soviético eran un escenario perfecto y muy similar a Chernobyl.
Este barrio se encuentra a las afueras de Vilna y lo mejor para visitarlo es tomar un Bolt en el centro de la ciudad. La aplicación móvil, que ya usé durante mi viaje a Rumanía, funciona muy bien y te costará apenas 4-5 euros.
Disfruta de la gastronomía lituana
Ya sabes que en cualquier país al que viajo me encanta probar su gastronomía y en Lituania no iba a ser diferente.
En todo el recorrido que ocupan las calles Pilies y Didžioji verás decenas de bares y restaurantes en los que sirven platos tradicionales, igual que en la Plaza del Ayuntamiento o las calles del barrio judío.
A mí me parecieron un poco caros y al final decidimos apartarnos un poco del jaleo. Caminando apenas cinco minutos, encontramos el bar Snekutis, un sitio sencillo que fue un gran acierto. La carta era casi íntegramente de platos lituanos y a muy buen precio (12-15 euros por persona por un entrante, un principal y una cerveza).

Si buscas platos tradicionales, la estrella es la sopa de remolacha, conocida como Šaltibarščiai. Es una sopa fría de color rosa intenso y mezclada con hierbas. ¡Me encantó!
Otro de los platos típicos más famosos son los Cepelinai, una especie de albóndigas de patata ralladas y rellenas de carne, queso o patata. No puedes irte de Vilna sin probar estos dos platos.
Algunos platos tradicionales que probamos en el viaje fueron el Kepta duona, un plato de pan frito que suelen servir como entrante para dipear con alguna salsa, el Bulviniai Blynai, que son unas tortitas de patata, y el Kibinai, unas empanadas normalmente rellenas de carne, aunque a veces el interior es de queso.
De postre, probamos las Grybukai, unas galletas con forma de champiñón y una parte de chocolate. Son muy curiosas.
Por último, puede que lo veas en todos los supermercados y tiendas, el Sakoni, es un pastel tradicional para ocasiones especiales. Es una tarta dulce con el centro hueco y formas puntiagudas que sobresalen.
Disfrutar de la gastronomía lituana es una de las mejores cosas que hacer en Vilna, ya que aquí la oferta de restaurantes es muy grande. ¡Aprovecha y cómete la ciudad!
Disfruta de algunos de los mejores parques que ver en Vilna
Una de las cosas que más me sorprendió de mi visita a Vilna fueron la cantidad de espacios verdes que hay en la ciudad.
Hay parques en cualquier rincón y cuando hace un poco de sol, la gente aprovecha para ir a ellos.
El Parque de Bernardino (Bernardinu parkas), que rodea la Torre de Gediminas, es precioso y está lleno de vida. Hay incluso algún pequeño café para sentarse a tomar algo a la fresca.

El Parque Kalnu o el parque Kudru son otros dos espacios verdes enormes perfectos para relajarse.
El que más me gustó de todos, fue el inmenso espacio a orillas del río Neris, junto al Parque Sakuru, en la orilla opuesta al casco histórico. Hacía un día soleado genial y había un montón de gente estirada en el césped, practicando deporte y paseando. ¡El escenario daba muy buen rollo!
Torre de TV
Con sus 326 metros de altura, la torre de la televisión es la más alta de Lituania y las vistas desde allí son descomunales.
La torre se encuentra a varios kilómetros a las afueras de la ciudad y conforme te aproximas, vas a ir viendo su imagen desde lejos. Es una pasada.
Tiene una silueta esbelta y en la parte alta, la forma esférica se asemeja a la de un ovni, muy parecida a la que hay en Bratislava.

Justo en esa parte circular, que se encuentra a 165 metros de altura, hay un mirador y un restaurante con vistas de 360 grados sobre la capital y los aledaños. Es una de las imágenes más espectaculares que ver en Vilna.
Si vas a pasar un día en Vilna, organiza tu visita al final del mismo, para llegar tranquilamente y ver el atardecer desde allí.El acceso al mirador cuesta 8€ (11 euros los fines de semana) y el restaurante sirve algunos platos típicos lituanos desde 7-8€.
Algunos de los museos que ver en Vilna
La última parada de la ruta por Vilnius es para los amantes de los museos, aunque en este caso puede que haga falta más de un día en la ciudad.
En pleno centro de la ciudad se encuentra el Museo Nacional de Lituania (entrada 2 €), que narra la historia del país desde la Edad Media hasta la actualidad. Además, se encuentra en un edificio histórico y muy bonito, vale la pena, aunque sea pasar a ver sus exteriores.
El Museo de la Banca (gratuito), donde puedes ver monedas, billetes y otros elementos relacionados con la economía nacional o el MO Museum, un espacio para el arte moderno en la ciudad, son dos opciones.
También puedes visitar el Museo del Ferrocarril, un recorrido por la historia ferroviaria de Lituania, aunque como te decía, nosotros no tuvimos tiempo y solo vimos algunos por fuera.
Hay al menos una veintena de museos en la ciudad, harían falta días para conocerlos todos, pero está bien saber todas las opciones por si alguno llama tu atención.
Excursiones de un día desde Vilna
Si estás preparando una escapada a Vilnius o si planeas un viaje más largo por Lituania, una opción interesante puede ser alojarte en la capital y hacer algunas visitas de un día desde ella.
Te voy a hablar de las tres principales visitas del país, que todas pueden hacerse con base en Vilna, ya sea en coche particular o mediante excursiones.

Nosotros decidimos alquilar un coche porque los precios de alquiler de coche en Lituania eran bastante bajos y no nos importaba conducir.
- Excursión al Castillo de Trakai: La joya medieval de Lituania, a media hora de Vilna. Un castillo de ladrillo rojo que es la atracción más visitada del país.
- Tour por Kaunas, Rumsiskes y el Monasterio de Pazaislis: Una excursión para descubrir lugares icónicos de Lituania como el museo al aire libre de Rumsiskes, la coqueta ciudad de Kaunas y el monasterio de Pazaislis, que data del siglo XVII.
- Excursión a la Colina de las Cruces: Un santuario católico que se ha ido forjando con el tiempo, ya que numerosas personas fueron colocando aquí sus cruces. Se calcula que hay más de cien mil cruces en esta colina.
Si quieres más información sobre algunos de estos lugares, puedes leer mis artículos con todo lo que hay que ver en Kaunas y la visita al Castillo de Trakai.
Alojamiento en Vilna
Una de las cosas buenas de Vilna es que no es una ciudad cara y eso permite encontrar buenos sitios donde dormir a un precio razonable.
Dos opciones a buen precio, en el centro y bonitas son las siguientes:
- Hotel Congress: Situado a orillas del río, con buenas vistas y una ubicación inmejorable a dos minutos del centro de Vilna.
- Hotel Moon Garden: En el centro de la ciudad y ubicado en un precioso edificio señorial.
Ambos hoteles son perfectos tanto para una estancia con amigos como en pareja o si viajas solo.
Si te alojas un poco más lejos del centro, los precios bajan drásticamente, aunque es muy cómodo tenerlo todo tan cerca.
Si buscas otro tipo de alojamiento, puedes ver más opciones y comparar precios en Vilnius.
Ahora ya conoces todo para organizar tu visita a Vilna, la capital de Lituania, una ciudad fascinante y llena de vida. ¡Una de las joyas de los Países Bálticos!