Si hay una ciudad bonita en los países bálticos, esa es sin duda la capital de Estonia, como vas a comprobar en este artículo con los mejores lugares que ver en Tallin, una de las ciudades que más me ha gustado en mis último viajes por Europa.
Sus colores, mezclados con los aires medievales y un ambiente relajado, hacen que visitar Tallin fuese la culminación perfecta de mi viaje por los países bálticos. La ruta por la ciudad me permitió acabar con el mejor sabor de boca posible.
Índice
Qué ver en Tallin, la encantadora capital de Estonia
Cualquier viaje por Estonia o incluso por los países bálticos, debe pasar ineludiblemente por Tallin, una ciudad que ha sido declarada Patriminio de la Humanidad por la UNESCO y que te va a conquistar. ¡Descubre los lugares más interesantes que visitar en Tallin con esta lista que he preparado!
¡CONSEJO VIAJERO!
🛏️ Pasé cuatro noches en Tallin alojado en este hotel bien de precio y cerca del centro. Desde allí visité la ciudad e hice varias excursiones cercanas a la capital.
ℹ️ Uno de los días hice este Free Tour por Tallin que me descubrió un montón de cosas. Otra opción interesante es hacer una visita guiada para conocer todo su pasado con un guía local (ideal si viajais en grupo).
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🙂 Si prefieres no conducir, también es fácil moverse desde la capital mediante algunas excursiones que no son demasiado caras. Yo hice esta visita a una cascada famosa cerca de la capital y esta otra excursión a un parque natural que me encantó.
Plaza del Ayuntamiento
La primera parada nos conduce hasta el corazón de la ciudad vieja (Raekoja plats), un lugar que ha sido testigo de siglos de historia y que hoy luce colorida y elegante.

Durante la Edad Media esta plaza albergaba un bullicioso mercado donde los comerciantes ofrecían sus productos. Hoy en día, conserva esa energía, especialmente en verano, cuando las terrazas de los bares y restaurantes llenan el espacio, invitando a los visitantes a sentarse y disfrutar del ambiente relajado. Me sorprendió el silencio de la ciudad, pese a haber bastante gente aquel día.
Lo que hace única a esta plaza son sus coloridas fachadas, reminiscencias de los tiempos en que los mercaderes de la Liga Hanseática dominaban el comercio en el Báltico. Cada edificio cuenta una historia, aunque el que se lleva el protagonismo es el majestuoso Ayuntamiento.
Ayuntamiento de Tallin
En un costado de la plaza se alza imponente el Tallinna Raekoda o Ayuntamiento de Tallin, una construcción de estilo gótico erigida entre 1402 y 1404 y que luce una enorme torre de 64 metros de altura.
Si miras hacia arriba, verás que el campanario está adornado con una veleta (del siglo XVI) donde se observa un soldado con una bandera; representa al “Viejo Thomas”, un soldado estonio del que la leyenda resalta su valor.

La fachada tiene otros detalles, como las gárgolas con forma de cabeza de dragón, que me parecieron muy curiosas.
Allí mismo está el restaurante Draakon, muy popular entre los turistas que visitan Tallin por sus platos tradicionales y sus buenos precios.
Colina de Toompea
En el mismo centro histórico de Tallin se levanta una gran colina Toompea, uno de los símbolos locales, ya que se dice que aquí está enterrado Kalev, personaje clave en la mitología estonia.
Más allá de la leyenda, lo que sí es cierto es que aquí se asentaron los primeros residentes de Tallin y que más tarde, los daneses levantaron aquí una fortaleza.

En la ruta por la colina puedes ver algunos de los sitios más interesantes que ver en Tallin, como el castillo de Toompea, la Catedral de Santa María y la Catedral de Alejandro Nevski, además de varios miradores sensacionales. ¡Pero de todos estos sitios voy a hablarte más adelante!
Castillo de Toompea
Si avanzamos hasta lo alto de la colina Toompea, allí se encuentra el castillo de Tallin, sede del poder ejecutivo estonio durante mucho tiempo y actualmente la del Parlamento estonio.
Se construyó en 1229 y te aconsejo parar atención en la gran torre Pikk Hermann, cuya leyenda cuenta que el país que coloque la bandera en lo alto de la misma, será dueño de Estonia.
Catedral de Alejandro Nevski, el emblema ortodoxo que ver en Tallin
Esta es una de las principales joyas arquitectónicas que ver en Tallin y ma podrás encontrar en lo alto de la colina Toompea, junto al castillo.
Se trata de una gran iglesia ortodoxa construida entre 1894 y 1900, durante el reinado del zar Nicolás II, cuando Estonia todavía formaba parte del Imperio ruso antes de su independencia.

Además, la catedral está dedicada a Alejandro Nevski, héroe nacional ruso que en 1242 ganó la Batalla del Hielo en el Lago Peipus, en la región de Setomaa.
Aunque en el pasado fue vista como un símbolo de la dominación rusa, la ciudad ha superado esa etapa y hoy en día es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y nadie reniega de esta espléndida construcción.
Catedral de Santa María de Tallin
Todavía en la colina de Toompea, llegamos a la Catedral de Santa María, un templo luterano que también tiene un tamaño enorme.
Es conocida por su gran cúpula (de hecho, también se la llama Iglesia de la Cúpula) y su construcción data del siglo XIII por los daneses. Se dice que es la iglesia más antigua que ver en Tallin.
Justo al lado también hay un mirador hacia la parte nueva de la ciudad, aunque las vistas buenas son las que te voy a mostrar en el siguiente apartado.
Miradores de Kohtuotsa y Patkuli, dos vistas espectaculares que ver en Tallin
Siguiendo la ruta por la colina, los pasos conducen hacia dos miradores que permiten tener una perspectiva fabulosa del casco histórico de Tallin.
El primero es el mirador de Kohtuotsa, que ofrece una bonita panorámica de la ciudad con la Iglesia de San Nicolás a la derecha, muy cerca del mismo.

El segundo, y mi preferido, es el mirador de Patkuli, que ofrece las que para mi son las mejores vistas panorámicas que ver en Tallin. Desde aquí tendrás a tus pies el casco histórico, una gran vista de las murallas y sus numerosas torres y, al fondo, el Golfo de Finlandia, con Helsinki apenas a un centenar de kilómetros de distancia.
Museo Kiek in de Kök
Ubicado en la antigua torre de artillería de la ciudad, este museo llama la atención, primero de todo, por su nombre, que significa “mirar a las cocinas” y que parece que su origen radica en los soldados que hacían guardia en la torre y que se asomaban desde lo alto para ver las cocinas que había en la parte baja de la ciudad.
El museo es interesante y además permite acceder a otras torres cercanas y a los bastiones de la muralla de Tallin. Durante el recorrido va brindando unas excelentes vistas de la ciudad.

Jardines del Rey Danés
El entorno y el color intenso hacen de estos jardines un lugar encantador y muy fotogénico. Poder ver un espacio así junto a la enorme muralla de la ciudad lo convierten en un sitio muy especial.
La leyenda dice que aquí fue donde los daneses izaron la bandera por primera ve de la mano del rey danés Valdemar II en 1219. Sea o no cierto, hoy es un lugar cargado de historia, ideal para pasear y disfrutar de unas vistas fabulosas del centro de Tallin.

Túneles del Bastión de Tallin
A través del Museo Kiek in de Kök podrás acceder a una serie de túneles de los siglos XVII – XVIII, cuando los suecos construyeron todo el sistema defensivo de la ciudad.
Todo el entramado de túneles se encuentra bajo la colina de Toompea y durante la Segunda Guerra Mundial fueron utilizados como refugios antiaéreos.
Al final de los túneles puedes visitar el museo de la Piedra Tallada, donde hay colección de inscripciones y relieves en piedra de diferentes periodos. Una vez allí, hay que deshacer los pasos para salir por donde entraste.
Pasea por algunos lugares pintorescos que ver en el centro histórico de Tallin
El aroma medieval del casco antiguo de Tallin es indudable a primera vista, pero hay algunos puntos donde este encanto resalta todavía más.
El primero de ellos es el Pasaje de Katarina (o Pasaje de Santa Catalina), un lugar que parece haberse detenido en el tiempo. Esta callejuela adoquinada y abovedada recorre una parte del muro de un antiguo convento dominico. ¡Es un lugar súper fotogénico!

Otro pasaje con mucho encanto es el Pasaje Saiakang, junto a la antigua farmacia. Es una calle estrecha, dicen que es la más pequeña de Tallin, y con mucho color.
Si sigues paseando por el centro histórico, tampoco dejes de pasar por la Calle Pikk, posiblemente la más colorida que ver en Tallin. Encontrarás fachadas de colores diversos y edificios históricos. Y al final, la curiosa Torre de Margarita la Gorda, una torre medieval denominada así por su forma.
Museo de la KGB
Tallin tiene varios lugares que recuerdan su pasado comunista y este pequeño museo es uno de los más interesantes, porque aquí estaba la antigua sede de la KGB durante la dominación rusa.
Justo había llegado tras conocer la ciudad de Narva, ubicada en la frontera con Rusia y donde se respira un clima tenso que se ha acentuado en los últimos años. Por lo tanto, conocer el museo de la KGB fue dar un paso más en los lazos estonios con Rusia.
El museo es muy pequeño y lo más curioso es que se encuentra en una habitación del Hotel Viru que comenzó a utilizarse en los setenta por la KGB y que tras la caída de la URSS decidió mantenerse intacta. Podrás ver instrumentos de espionaje y algunos tablones informativos sobre lo que se hacía aquí. Me recordó a mi visita a Tirana, la capital de Albania, donde también hay varios lugares similares, pero relacionados con la antigua Yugoslavia.
Las torres y murallas defensivas que ver en Tallin
Paseando por el casco histórico de Tallin, irás topando cada poco con pedazos de muralla y torres defensivas que están muy bien conservadas. No me extraña que muchos consideren este como uno de los centros medievales mejor conservados y más bonitos de Europa.
Estas murallas defensivas se empezaron a construir en el siglo XIII y fueron ampliadas durante el siglo XIV. El resultado es un total de 2 kilómetros de muralla original y 35 torres de vigilancia, de las que se conservan 25. La imagen es muy bonita, sobre todo cuando la ves desde alguno de los miradores de Toompea, desde donde se ven sobresaliendo todos los tejados rojos en el horizonte.

Hay algunos tramos de muralla donde es posible caminar pagando entrada. No está mal, pero lo realmente bonito de las murallas es verlas desde fuera, la perspectiva es mucho mejor.
Además, las murallas de Tallin tenían seis puertas de acceso. La más importante era la Puerta Viru, todavía presente y de la que os hablo a continuación.
Puerta Viru
Llegamos por fin a la puerta más famosa de Tallin, la Puerta Viru, que recibe majestuosa a muchos de los viajeros que entran al casco histórico.
Fue construida en el siglo XIV y formada parte del sistema amurallado de la ciudad. Todavía se conservan sus dos grandes torres medievales, la imagen, que por cierto fue una de las primeras que tuve al visitar Tallin, es francamente bonita.

Hoy mantiene su simbolismo y te recibe con un pequeño paseo peatonal lleno de floristerías previo que da paso al centro.
La Farmacia del Ayuntamiento, un lugar único que ver en Tallin
Uno de los lugares más curiosos que ver en Tallin es una farmacia. Sí, una farmacia, pero no una cualquiera. Porque se trata de la farmacia más antigua de Europa.
Se conoce como Raeapteek y la puedes encontrar en la Plaza del Ayuntamiento. De hecho, ha estado exactamente en el mismo edificio desde el siglo XV (los primeros documentos que la mencionan son de 1422).

Durante la dominación soviética fue nacionalizada por los rusos, pero con la caída de la URSS fue recuperada y restaurada para darle el aspecto que tiene actualmente.
Puedes aprovechar para comprar algún medicamente y visitar su planta principal o hacer una visita guiada por todas sus instalaciones.
Iglesia de San Nicolás
En pleno casco histórico se alza la torre de esta enorme iglesia construida en el siglo XIII, incluso antes que las murallas de la ciudad.
Este dato es importante, porque si te fijas, se pueden ver elementos defensivos en la propia iglesia, como rejas y algunos pasillos ocultos.

La torre mide 105 metros de altura y se puede ver prácticamente desde cualquier punto del centro, aunque no ha sido fácil que resistiese los ataques que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial y que la dejaron fuertemente dañada.
En la actualidad es posible visitarla, puesto que en su interior alberga un museo.
La casa de los Cabezas Negras
Si has leído sobre mi visita a Riga recordarás que también hay una casa de idéntico nombre que perteneció a la misma hermandad.
Fue construida durante el siglo XV por orden de la sociedad medieval de comerciantes solteros y extranjeros, conocido como Cabezas Negras.

En este caso la puedes encontrar en la colorida calle Pikk y es menos vistosa que su vecina letona, pero vale la pena detenerse ante ella para ver su fachada renacentista del siglo XVII. Por cierto, también puedes leer más sobre lo mejor que ver en Letonia para planificar tu viaje.
Iglesia de San Olaf
Si todavía no te has cansado de iglesias, voy a presentarte otra de las más interesantes que ver en Tallin, la iglesia de San Olaf.
La iglesia data del siglo XII, está dedicada al rey Olaf II de Noruega y destaca por su monumental torre de 124 metros de altura. Una torre que, por cierto, llegó a medir 160 metros, un hito que durante el siglo XVI la convirtió en el edificio más alto del mundo.
Es posible subir a dicha torre para disfrutar de unas vistas sensacionales de la ciudad.
Gran Gremio de Tallin
Resguardado junta a un callejón, este curioso edificio gótico de tonos amarillos albergó el gremio de comerciantes más importante de la capital estonia.
Yo no tuve la oportunidad de visitar su interior porque estaba cerrado, pero es interesante saber que tras el uso original, pasó a ser utilizado para fiestas o incluso juicios durante años.
En la actualidad alberga un museo de historia donde se exponen varias colecciones de la familia que construyó el edificio.
Museo de Historia de Estonia
Situado a las afueras de la ciudad, junto al paseo que recorre la costa de Tallin, llegué en un patinete eléctrico de Bolt (que están por toda la ciudad), hasta este interesante museo.

Debo reconocer que ni siquiera visité su interior, que seguro que es interesante, pero yo no llegué hasta allí para eso. Lo hice para ver la exposición de estatuas soviéticas que tienen en uno de los jardines traseros.
Han recuperado estatuas y bustos de todas partes de Estonia y es brutal estar frente a ellas. Lenin, Stalin o Malenkov tienen aquí un pequeño espacio para el recuerdo de que Estonia un día estuvo bajo el dominio de la Unión Soviética. Por cierto, la entrada a esta zona es gratuita.
Iglesia del Espíritu Santo
Todavía quedan más iglesias, pero es que cada una tiene su historia y algunas me parecen muy interesantes.
Esta se encuentra cerca de la Plaza del Ayuntamiento y fue construida en el siglo XIV como casa para curar dar cobijo a los más desfavorecidos de la ciudad.

Lo más interesante de esta iglesia es que aquí, el pastor Johann Koell dio los primeros sermones utilizando el estonio como idioma y más tarde publicaría el catecismo, que fue el primero libro en estonio de toda la historia.
En su exterior destaca su enorme torre octogonal y el reloj de madera del siglo XVII, mientras que en el interior puedes ver el púlpito del siglo XVI, uno de los más antiguos de Europa.
Palacio Kadriorg
Ligeramente a las afueras de la ciudad, se puede llegar hasta este ostentoso palacio en un paseo de 30 minutos para visitar los jardines y su interior. También puedes llegar en tranvía o incluso en los famosos patinetes de Bolt.
Su construcción data de 1718 y la concepción original de este palacio fue el de una residencia de descanso siguiendo el estilo del Palacio de Versalles, en Francia. Entre sus ilustres habitantes tuvo al zar Pedro el Grande.

Más tarde, en 1930, se utilizó como palacio presidencial hasta que en 1946-1991 albergó el Museo de Arte de Estonia. Finalmente, desde el año 2000 reabrió sus puertas como el Museo de Arte Kadriorg, con una importante colección de arte antiguo ruso.
A mi me pareció un espacio bonito, con grandes espacios verdes y muy relajante. Aquí se detiene el bullicio (que tampoco es demasiado) de la ciudad y por eso siempre lo aconsejo como uno de los lugares que ver en Tallin para ver otra cara de la ciudad.
Casa de Pedro el Grande
Al lado del palacio, el zar Pedro I adquirió esta pequeña casa en 1714 para alojarse en sus visitas a la ciudad de Tallin.
Y quizás os estéis preguntado, ¿por qué esta casa tan pequeña? Pues él pensó lo mismo y cuatro años más tarde empezó a construir el Palacio Kadriorg, una residencia un poco más grande que esa casita.

Lo mejor de esta parte de la ciudad es su ubicación, porque permitía ver a los barcos que cruzaban el golfo de Finlandia durante la Gran Guerra del Norte y de esta manera tener controlados a sus enemigos.
Monumento al Russalka
Si bajas por los jardines de Kadriorg hasta el mar, encontrarás una enorme escultura de bronce que recuerda el hundimiento del buque de guerra ruso Russalka. Una gran tormenta sorprendió al barco y se llevó por delante la vida de 177 personas en 1893.
La estatua representa un ángel con una cruz ortodoxa apuntando hacia el lugar del naufragio, en pleno mar Báltico. Por cierto, Russalka en ruso es como se conoce a las sirenas.
Linnahall, un lugar inquietante que ver en Tallin
Siguiendo la senda comunista en la ciudad, uno de los lugares más sorprendentes que ver en Tallin es esta gran construcción hoy abandonada y de dimensiones mastodónticas.
Se trata de un enorme complejo que incluye un auditorio con capacidad para 4.200 personas, helipuerto, locales, galerías subterráneas y un montón de salas. El tamaño es enorme. Es que es hasta difícil de imaginártelo.
Se siguió utilizando hasta el año 2010 para diversos eventos, sin embargo, acabó cayendo en desuso y su estado hoy es bastante pobre.
Es uno de los símbolos más vistosos de la ocupación soviética de Estonia que todavía se puede ver en Tallin. Además, recientemente fue el escenario de la grabación de la película de Hollywood «Tenet«, una superproducción que, por cierto, vale la pena ver.
Otros lugares interesantes que ver en Tallin
Después de la larga lista de lugares que te he mencionado, voy a darte algunos sitios que son menos importantes o quedan más alejados, pero que también vale la pena si dispones de tiempo.
Uno de estos lugares es el Museo Kumu, uno de los más novedosos de Tallin, aunque en este caso, yo no tuve tiempo de visitarlo.
Otra visita no muy frecuente y con mucho interés es la Torre de Televisión, el edificio más alto de Estonia con sus más de 300 metros. Te aconsejo comprar la entrada online si vas a visitarla.

Muy cerca puedes ver la playa de Pirita. Sobre todo en los meses de verano, es un lugar donde se reúnen los locales para pasar el día y darse un baño. Si vas en estas fechas, no te olvides el bañador.
También puedes acercarte al Barrio de Rotermanni, uno de los barrios más modernos de Tallin. Aquí encontrarás restaurantes de moda, cafeterías y tiendas con unos aires muy distintos a los de la parte medieval de la capital.
Otro de esos barrios interesantes y que han cambiado su estilo recientemente es el barrio de Kalamaja, antiguo enclave de pescadores y hoy más lleno de hipsters que de pescado.
Qué ver en los alrededores de Tallin
Si la capital de Estonia te ha gustado, lo cierto es que en los alrededores de Tallin hay también varios lugares alucinantes. Además, están todos muy cerca y se pueden visitar en una excursión de medio día o de un día.
– Prisión sumergida de Rummu: Seguramente este lugar fue el que más me impactó de todo el viaje. Se trata de una antigua prisión soviética que quedó abandonada y una parte de de ella sumergida bajo el agua de un lago. Se pueden visitar sus instalaciones y tener una vista como la que ves en la foto de abajo.
– Cascada de Jagala: Es la más importante de Estonia y está en un paraje natural muy bonito. En verano te puedes bañar. Bueno, en invierno también, pero no creo que quieras.
– Parque Nacional Lahemaa: Es el parque nacional más importante de Estonia y está lleno de senderos entre bosques y lagos. Los paisajes son preciosos, pero cuidado que hay osos en Estonia.
– Excursión de un día a Helsinki: Las capitales de Estonia y Finlandia están apenas a unos kilómetros de distancia por mar. Puedes tomar el primer ferry por la mañana y volver con el de la tarde, pasando todo el día en Helsinki. Yo compré el billete online a muy buen precio.

Dónde comer en Tallin
Tallin tiene una gran oferta gastronómica, tanto a nivel de presupuesto como a nivel de sabores y cocinas.
La mayoría de lugares donde pude comer fueron en el centro histórico, donde hay varios restaurantes modernos y algunos lugares para tomar una cerveza local bien fría.
- Samsa Family Bakers: Un restaurante uzbeko con varios platos tradicionales. El burek de espinacas, que me recordó a uno que comí en Belgrado, estaba delicioso.
- Estonian Burger Factory: un look moderno y una carta con varias hamburguesas e ingredientes originales. Tienen alguna buena opción vegetariana y vegana.
He querido huir de los clásicos resaurantes Draken y Olde Hansa porque, aunque sirven buena comida, están cada vez más orientados al turismo. Ni la comida es ya tan buena, ni son demasiado baratos.

Por otro lado, descubrí dos buenos sitios para disfrutar de una cerveza, aunque muy diferentes entre si. El primero, el Levist Väljas, un local en un subterráneo con buen ambiente y donde encontré la cerveza más barata de la ciudad. El segundo es el Hell Hunt, un local más moderno y bonito con una selección de cervezas de todo tipo.
Cómo ir del aeropuerto al centro de Tallin
Lo más probable es que llegues a Tallin a través de su aeropuerto internacional, por lo que te voy a describir todas las opciones para llegar hasta el centro de la ciudad:
Para llegar desde el aeropuerto de Tallin al centro de la ciudad, tienes varias opciones cómodas y asequibles:
- Autobús (Línea 2): Sale cada 15 minutos y tarda aproximadamente 20-25 minutos en llegar al centro. Cuesta 2 euros. Es una opción económica y muy sencilla. Puedes comprar los billetes directamente en el autobús en efectivo o con tarjeta.
- Tranvía (Línea 4): Tiene una frecuencia muy alta y tarda unos 15-20 minutos en llegar al centro de Tallin. Cuesta 2 euros. La parada está justo en la salida del aeropuerto y te deja en la Puerta Viru.
- Traslado privado: Disponible las 24 horas del día. Es la opción más rápida y cómoda. Tarda unos 10-15 minutos en dejarte en el centro. ¿Lo mejor? Que te deja en la puerta de tu hotel. Cuesta unos 10-15 euros por persona y puedes reservarlo aquí.
- Taxi: También está disponible las 24 horas fuera de la terminal. Otra opción rápida y cómoda. El precio es idéntico al de un traslado privado, en caso de duda, yo prefiero dejarlo ya reservado y con precio cerrado.
- Aplicaciones de transporte (Bolt): Alternativas de transporte privado que son más económicas que los taxis tradicionales. Necesitas tener descargada la aplicación en tu móvil. Cuesta entre 12-15 euros por vehículo. Funcionan de maravilla en Tallin.