Narva se encuentra ubicaba en la frontera entre Estonia y Rusia, dos realidades muy distintas que tratamos de entender visitando la propia ciudad. De ahí este artículo en el que te contaré mi experiencia, consejos y todo lo que ver en Narva, una ciudad única en Estonia.
Llegamos aquí tras el intento de hacernos declinar la opción por parte de la encargada de la oficina turismo de Setomaa, quien trató de asustarnos con el mal carácter de los rusos. Pero lo teníamos claro, este era uno de los lugares más interesantes que ver en Estonia y no iban a amedrentarnos. De hecho, nada mejor que algo así para motivarnos a visitar Narva. Al día siguiente pusimos rumbo hacia el norte de Estonia para ver todo lo que pasa allí con nuestros propios ojo.
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Índice
Narva, la última frontera entre la Unión Europea y Rusia
Narva, situada en el noreste del país, en la frontera entre Estonia y Rusia, es una ciudad con una historia profundamente influenciada por la geopolítica de Europa del Este. Tras dedicar varios días a visitar la región de Setoma, también fronteriza, subíamos el listón y nos dirigíamos hacia Narva.
Fundada en el siglo XIII, la ciudad ha sido históricamente disputada por varias potencias, incluyendo Suecia, Rusia y por supuesto Estonia de la mano de la Unión Europea. Su ubicación estratégica a orillas del río Narva, que ejerce de frontera natural entre Estonia y Rusia, la ha convertido en un punto clave a lo largo de los siglos. Y por supuesto, también en el presente.

Narva fue parte del Imperio Sueco en el siglo XVII hasta que en 1721, Rusia anexó a Narva a su territorio tras la derrota sueca. La ciudad se convirtió en aquel momento en parte del Imperio Ruso, que la mantuvo bajo su control m hasta el siglo XX.
Después de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, Estonia declaró su independencia en 1918, y Narva pasó a formar parte del nuevo estado estonio. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, Narva fue ocupada primero por las fuerzas soviéticas y luego por los nazis. La ciudad fue devastada en la guerra y en 1944 fue nuevamente incorporada a la Unión Soviética.
Durante este periodo la política de repoblación soviética trajo a muchos rusos a Estonia, especialmente a ciudades como Narva, con el fin de «russificar» las regiones.
Una vez cayó la URSSS y se produjo la independencia de Estonia en 1991, Narva pasó de nuevo a Estonia.

Todos estos movimientos y su singular situación geográfica han tenido como consecuencia que la población de Narva es mayoritariamente de origen ruso. Hasta el 90% de los habitantes de Narva son rusos. Algo parecido pasa en la ciudad letona de Daugavpils, una de las más interesantes que ver en Letonia.
En la actualidad, este hecho es fruto de tensiones entre Estonia y Rusia. Por un lado, los rusos defienden a sus compatriotas, que se sienten marginados ante las políticas del gobierno estonio para eliminar el ruso de la ciudad, mientras que los estonios temen un ataque ruso.

En los últimos años, Narva ha sido objeto de un mayor interés por parte de la OTAN y la Unión Europea, que ven la ciudad como un posible punto de conflicto en caso de una escalada del conflicto entre Rusia y Occidente.
Qué ver en Narva, una ciudad rusa de Estonia
Después de conocer lo que envuelve a Narva y su compleja situación, voy a hablarte sobre los mejores lugares que ver en Narva, una ciudad cuya historia no nos debe hacer olvidar que también tiene importantes atractivos.
Algunos viajeros hacen esta visita en un día desde Tallin y no es mala opción porque no está demasiado lejos. Sea como sea, no dudes en meterla en tu itinerario por los países bálticos.
Castillo de Narva (Castillo de Hermann)
El Castillo de Narva es el símbolo más destacado de la ciudad, una fortaleza medieval del siglo XIII que se alza junto al río Narva, justo frente a la fortaleza de Ivangorod en Rusia.
Desde sus torres, se obtiene una vista impresionante de ambos lados de la frontera. Además, el castillo alberga un museo que narra la historia de la ciudad, con exposiciones que van desde la Edad Media hasta la era soviética. Es ideal para conocer el pasado histórico de la región y comprender su importancia estratégica.

En el recinto podrás ver varias banderas estonias, de la Unión Europea y hasta de la OTAN; todas mirando hacia territorio ruso.
Fortaleza de Ivangorod
La fortaleza de Ivangorod está situada justo al otro lado del río Narva en Rusia, es una impresionante construcción medieval que se alza como un guardián frente a la ciudad estonia de Narva.
Fue construida en 1492 por el zar Iván III y fue un bastión ruso destinado a contrarrestar el poder sueco y la influencia de la fortaleza estonia, situada en la orilla opuesta. Este escenario dual de fortalezas enfrentadas, separadas por el estrecho río, es uno de los paisajes fronterizos más simbólicos de Europa.

Desde el Castillo de Narva, las vistas hacia la fortaleza de Ivangorod son espectaculares, con la bandera estonia enfrentada a ma rusa y ofreciendo una visión de las antiguas rivalidades entre ambas potencias.
Paseo por el río Narva
El paseo a lo largo del río Narva es perfecto para disfrutar de una vista única de las dos fortalezas rivales: el Castillo de Narva en Estonia y el de Ivangorod en Rusia.
Este paseo ofrece una atmósfera tranquila, ideal para relajarse mientras se contempla el contraste entre ambos países a ambos lados del río. ¡Yo sigo alucinando con las vistas!

Catedral de la Resurrección
Esta imponente iglesia ortodoxa rusa, construida en 1896, es uno de los principales símbolos del legado ruso en la ciudad.
Su arquitectura neobizantina, con formidables cúpulas y una fachada de ladrillo rojo, destaca en el centro de la ciudad como la iglesia más bonita que ver en Narva.

Es posible visitar el interior y además, justo cuando yo pude visitar Narva había una misa ortodoxa. Solo me acerqué y le eché un ojo, pero lo cierto es que el contraste con el resto del país es muy grande.
Museo de Narva
Situado dentro del Castillo de Narva, este museo ofrece una visión detallada de la historia de la ciudad, con exposiciones que cubren desde la época medieval hasta la Segunda Guerra Mundial y la era soviética.
Es un excelente lugar para comprender el pasado multicultural y las influencias políticas que han moldeado la ciudad de Narva.

Plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats)
Esta plaza histórica alberga el edificio del Ayuntamiento, un bonito ejemplo de la arquitectura barroca estonia.
Aunque la ciudad sufrió grandes daños durante la Segunda Guerra Mundial, esta plaza conserva su encanto y es un buen lugar para sentarse y disfrutar de la atmósfera local.
Catedral de Alejandro
La Catedral de Alejandro, construida a finales del siglo XIX, es un impresionante ejemplo de arquitectura neoclásica en Estonia.
Dedicada al zar Alejandro II, esta catedral luterana fue erigida para servir a la creciente población industrial de la ciudad durante la era de Kreenholm, una enorme fábrica de la que os hablaré más adelante.

Tiene una torre que se eleva a más de 60 metros y domina el horizonte de Narva. Aunque es posible subir a la torre de la catedral para disfrutar de las vistas panorámicas, particularmente creo que no vale la pena.
Visita a la frontera estonia-rusa
Narva es uno de los pocos lugares donde se puede ver de cerca una frontera entre la Unión Europea y Rusia.
El puente que cruza el río Narva conecta ambas naciones y es un lugar fascinante para observar el ir y venir de personas.

En la entrada del control fronterizo, el día que yo fui había una cola inmensa con centenares de personas esperando su turno para cruzar al lado ruso. Una imagen de las más impactantes que ver en Narva.
Fábrica de Kreenholm
Este inmenso edificio de ladrillo es un testimonio de la era industrial que transformó la ciudad en el siglo XIX.
Fundada en 1857, esta colosal fábrica textil fue una de las más grandes de Europa, empleando a miles de trabajadores (más de 10.000 en su mejor momento) produciendo textiles de alta calidad para mercados de todo el mundo.

Aunque la producción cesó en 2010, la fábrica de Kreenholm sigue siendo un lugar fascinante. Por desgracia, el día que visité Narva estaba cerrada porque estaban rodando una película y tuve que conformarme con la vista desde fuera.
Actualmente, el complejo acoge eventos culturales, festivales y visitas guiadas que permiten explorar el vasto complejo y aprender sobre la vida de los obreros que alguna vez dependieron de su funcionamiento.
Cómo llegar a Narva
Llegar a Narva desde otros puntos de Estonia es bastante sencillo gracias a las conexiones en transporte público y carretera. Estas son las principales formas de hacerlo:
Llegar a Narva en coche
Desde Tallin la distancia entre la capital y Narva es de 210 km y se tarda aproximadamente 2 horas y 30 minutos por la carretera principal E20.
Si llegas desde Tartu la distancia es de 165 km y el viaje toma alrededor de 2 horas y 30 minutos.
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Como llegar a Narva en tren
El tren es una de las opciones más cómodas y económicas para viajar a Narva.
El viaje dura alrededor de 2 horas y 30 minutos desde Tallin y tiene un precio aproximado de 10-15 €. Hay varios trenes al día que parten desde la estación central de Tallin (Balti Jaam). Puedes ver los horarios y precios en la pagina de los ferrocarriles de Estonia.
Llegar a Narva en autobús
Es muy fácil llegar a Narva en bus desde ciudades como Tallin o Tartu.
Los autobuses directos desde la estación de autobuses de Tallin tardan unas 3 horas y algo similar desde Tartu.
Los billetes cuestan entre 12-15 € y hay autobuses saliendo cada hora, tanto de compañías locales como internacionales. La más popular en Estonia es Lux Express, que funciona de maravilla.