Dicen que es una de las joyas de los Balcanes. Pueblos medievales, playas prístinas, montañas de vértigo y una historia fascinante. Suena bien, ¿verdad? Te aseguro que son muchos los atractivos de este pequeño país y por eso he reunido en una lista todos los imprescindibles que ver en Montenegro, para que tú mismo descubras sus bondades.
La evolución turística de Montenegro ha sido similar a la de otros países balcánicos como Albania, Kosovo o incluso Serbia (Belgrado es una de mis ciudades preferidas del continente). En los últimos años, sus playas atraen cientos de turistas, pero son sus montañas las que ponen la guinda para los amantes de los lugares remotos y hermosos.
✅ Debes saber que en Montenegro no es válida la Tarjeta Sanitaria Europea y necesitarás un buen seguro de viaje. Yo utilicé la póliza tranquilidad de Heymondo que puedes contratar con descuento. Es la que uso habitualmente y responden de maravilla.

Índice
Qué ver en Montenegro: una ruta entre el mar y la montaña
Empieza lo bueno. Si has leído el post con mi ruta de 10 días en Montenegro ya sabrás que fue un viaje bastante completo. De ahí ha salido esta lista que personalmente diría que tiene un poco de todo, de mar y montaña o de lugares famosos y otros que no lo son tanto.
⭐ Para la ruta alquilé un coche en el aeropuerto de Dubrovnik muy bien de precio que encontré en este buscador. Me parece la mejor manera de desplazarte en Montenegro si quieres aprovechar los días.
🤓 Si estás preparando tu viaje, te aconsejo leer mi guía para viajar a Montenegro donde te cuento absolutamente todos los detalles que necesitas saber.
Kotor, la ciudad que da nombre a la bahía más bonita de los Balcanes
Todo el mundo conoce Montenegro por la bahía de Kotor, una de las imágenes más apabullantes del continente. Y afirmo que me pareció tan espectacular en vivo como cuando la veía en fotos semanas antes del viaje.
Kotor se ubica al final de la bahía, de la que muchos dicen que es el fiordo más meridional de Europa. La realidad es que pese a sus dimensiones mastodónticas, no se trata de un fiordo puesto que su origen no es glaciar, sino que se formó por la sumersión de un antiguo cañón fluvial del río Bokelj. Vamos, que en realidad es una ría y no un fiordo. Una ría de 28 kilómetros de profundidad y más de 100 km de costa, pero una ría (gigante) en definitiva.
Lo que es indiscutible es que Kotor es la ciudad más bonita que ver en Montenegro. Su casco antiguo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y vale la pena detenerse en iconos como la Catedral de San Trifón, la iglesia de Santa Maria de la Salud o la Plaza de Armas.

Para los más atrevidos, hay que subir hasta lo alto del Castillo de San Giovanni, desde donde se tienen unas vistas memorables de la bahía de Kotor. Una foto imprescindible y una imagen que no olvidarás. (Un truco: solo es posible en verano, pero si subes después de las 20:00h la taquilla está abierto y no cobran entrada).
😴 Kotor es una locura de gente y tráfico, así que decidí alojarme en un apartamento a 20 minutos a pie de la ciudad con aparcamiento privado y unas vistas al mar de escándalo. Lo del aparcamiento no es una tontería, porque es un quebradero de cabeza. Fue una de las mejores decisiones del viaje y te aconsejo buscar algo parecido.
🍽️ El restaurante Platanus, a las afueras de Kotor, ofrece comida tradicional a buen precio y buenas opciones vegetarianas (tienen una hamburguesa veggie muy rica).
Sveti Stefan, puro glamour en la costa montenegrina
Si uno busca «que ver en Montenegro» antes de viajar al país, una de las primeras imágenes con la que se topará es la de esta icónica isla que cada año lidera la lista de los sitios más fotografiados del país.
No me extraña, porque realmente Sveti Stefan es una delicia visual. Pura perfección para la vista. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y tanta belleza topa con la realidad de este islote, que no es otra que al tratarse de una propiedad privada el acceso sencillamente no está permitido.

Vale la pena conocer su historia, puesto que fue un antiguo pueblo pesquero. Más tarde, durante la época dorada de Yugoslavia, fue un refugio para celebridades y figuras políticas. De ahí a resort de lujo.
Sí que puedes bajar hasta su playa para tumbarte al sol o darte un baño en las cristalinas aguas del Adriático y disfrutar de las vistas desde otra perspectiva.
Perast y su herencia veneciana
La belleza de Perast es indiscutible. Sus campanarios con vistas al mar, palacios señoriales y pequeñas casas de piedra han convertido a este pequeño pueblo de 350 habitantes (y miles de turistas) en una de las paradas más bonitas de la bahía de Kotor.
Su época de esplendor llegó bajo el dominio de la República de Venecia entre los siglo XVII-XVIII. En aquel momento fue un importante puerto comercial y florecieron las construcciones de los nobles que competían por tener la más ostentosa.

El resultado de aquella competición lo disfrutamos nosotros y bien agradecidos. Eso sí, suele haber bastantes turistas, por lo que yo opté por una visita rápida y me fui a comer a otro sitio más tranquilo (y barato).
Ten en cuenta que no es posible entrar a Perast con el coche. Tendrás que dejarlo en uno de los aparcamientos de pago que hay a la entrada al pueblo y entrar a pie.
Las islas de San Jorge y Nuestra Señora de las Rocas
Habrás visto que frente a Perast hay dos islas pequeñas de las que van y vienen embarcaciones continuamente. Son la isla de San Jorge (Sveti Dorde) y la de Nuestra Señora de las Rocas (Gospa Od Skrpjela), una de las excursiones más famosas que hacer en Montenegro.
Yo reservé esta excursión para visitar ambas islas por la mañana. La primera parada fue en la isla de San Jorge, donde hay un monasterio benedictino del siglo XII. Después de allí fuimos a la otra isla, donde hay una iglesia barroca del siglo XVII con bonitos frescos en su interior. También mola bastante ver la perspectiva de Perast desde las islas.

Precisamente, su nombre «Nuestra Señora de las Rocas» no es casualidad y proviene de una historia curiosa: la isla la fueron creando lo habitantes de Perast lanzando piedra a piedra en el punto donde encontraron una imagen de la Virgen. De ahí nació la Fasinada, una procesión en la que cada 22 de julio siguen lanzando rocas al agua. A este paso van a crear otra isla nueva.
Mausoleo de Njegos, descanso eterno en pleno Parque Nacional Lovcen
En lo más alto del monte Lovćen, a 1.660 metros de altura, se encuentra el Mausoleo de Njegoš, uno de los lugares más alucinantes que ver en Montenegro, que rinde homenaje a Petar II Petrović-Njegoš, líder montenegrino del siglo XIX.
El monumento tiene dos partes. La primera es el mausoleo propiamente, una enorme estructura de mármol donde descansan los restos del héroe nacional. Tras esta, se accede a la plataforma panorámica que domina las cumbres del Parque Nacional Lovćen.

Las vistas desde el mirador son un espectáculo y en días claros como el que tuve se llegan a ver las aguas de Kotor y hasta la costa de Albania. Eso sí, para llegar hasta allí tendrás que subir 461 escalones que te dejan sin aliento.
El lago Skadar y la carretera panorámica más bonita que ver en Montenegro
Si hablamos de vistas épicas, un desvío a la izquierda poco después de pasar por Virpazar conduce hasta la ruta escénica que atraviesa el Lago Skadar.
Es un camino estrecho y serpenteante que en cada curva ofrece una panorámica diferente del lago. Por cierto, el Lago Skadar es el más grande de los Balcanes y lo comparten Montenegro y Albania. Yo ya lo visité desde la ciudad albanesa de Shkoder, sin embargo, verlo desde las alturas en el lado montenegrino reconozco que es mucho más abrumador.

Hay varios miradores por el camino, pero el más espectacular es el de Pavlova strana, que da a un meandro del río Crnojevića. Apunta también este otro punto panorámico que da a otra curva endiablada del río.
A mitad de camino se encuentra la pequeña localidad de Rijeka Crnojevića, un sitio con mucho encanto y bastante historia. Especial mención para su puente medieval del siglo XIX y como dato curioso, aquí se ubicó la primera imprenta de los Balcanes.
Cetinje, la capital histórica de Montenegro
La antigua capital de Montenegro (lo fue hasta 1946) fue una de las grandes sorpresas del viaje. Uno de esos sitios que te conquistan sin saber bien cómo ha pasado.
Cetinje todavía mantiene parte de la esencia de su época dorada, cuando era el corazón cultural y político del país. Aquí, por ejemplo, se conserva la que fuera primera imprenta en cirílico de los Balcanes.

A esos retales históricos se une un presente todavía brillante. La presencia del Palacio Azul, residencia oficial del presidente de Montenegro así lo demuestra. Muy cerca, al final de la encantadora calle Ulica Njegoseva, arteria principal de la ciudad, está el histórico Hotel Gradska Cetinje, un sitio ideal para sentarse y tomar su delicioso café.
Todo esto sin perder de vista el gran atractivo de la ciudad y uno de los lugares más interesantes que ver en Montenegro, el Monasterio de Cetinje, que guarda reliquias sagradas como la mano de San Juan Bautista, pieza capital en el catolicismo ortodoxo.
nosotros comimos en el Restoran Taverna, un restaurante local en el centro de Cetinje. Tiene una carta llena de platos tradicionales y muy buen precio.
Península de Lustica, un rincón salvaje que ver en Montenegro
La costa de Montenegro todavía esconde rincones salvajes y alejados del turismo. La Península de Lustica, sorprende por su estado virgen pese a la relativa cercanía con Kotor.
Dedicamos un día completo a recorrer cada recoveco de este paraje. Desde fortalezas defensivas como la de Kabala, casi escondida por completo entre la maleza, hasta otras más accesibles como el fuerte de Arza. Frente a este último, en un islote se encuentra el Fuerte Mamula, al que solo se puede llegar en una de las barcas que salen desde la costa.

La Península de Lustica también es el hogar de antiguas villas de pescadores como Rose, hoy la localidad más importante. En su costa, por cierto, se puede ver un pecio medio hundido. Allí, frente al mar, puedes comer en el Konoba Aragosta, cuyos precios no se corresponden con las vistas.
La otra localidad interesante es Zanjice, aunque en este caso por la encantadora playa de Arza. Allí había varias caravanas que habían pasado la noche (la acampada está permitida y este es un sitio ideal). Nosotros nos unimos a darnos un baño en aquellas aguas cristalinas a las que no llegan casi ningún turista.
Parque Nacional Durmitor, las montañas más espectaculares que ver en Montenegro
Picos altísimos, lagos glaciares, senderos entre bosques… en el interior montenegrino se encuentra el que, sin duda, es una de las visitas imprescindibles de Montenegro, el Parque Nacional Durmitor.
El fotogénico Lago Negro (Crno jezero) es el lugar más visitado del parque. Imagino que su acceso en coche casi hasta la misma orilla ayuda, pero reconozco que quedé deslumbrado nada más verlo. Cuando empiece a caer el sol, acércate al bar que hay allí mismo y pide un chocolate caliente. Ver el atardecer fresquito con tu taza caliente será el mejor recuerdo de Durmitor.

El parque tiene un sinfín enclaves fabulosos, como el lago Vražje (Vražje jezero) o el puente sobre el rio Tara. Además de un montón de rutas sencillas a bonitos parajes como el Lago Jablan (Jablan Jezero). Puedes leer mi post con todo lo que ver y hacer en el Parque Nacional de Durmitor, donde te doy el nombre del restaurante con mejores vistas de la región.
La base perfecta para explorar Durmitor es Žabljak, una agradable localidad con aires de montaña que tiene muchos alojamientos, infinidad de restaurantes y supermercados. Nosotros pasamos dos noches justo a las afueras del pueblo, en esta cabaña tradicional con vistas a las montañas que nos encantó.

Herceg Novi, un jardin de buganvillas a orillas del Adriático
Poco después de cruzar la frontera con Croacia, paramos en Herceg Novi a pasar la mañana en el que muchos dicen que es el pueblo más bonito de Montenegro.
Se encuentra justo en la entrada a la bahía de Kotor y fue fundada en el siglo XIV. Tras su creación, vio el paso de otomanos y venecianos entre otros, que dejaron su huella en forma de fortalezas como la de Kanli Kula, con unas geniales vistas al Adriático.

Me encantó su centro histórico, con iglesias ortodoxas, pequeñas plazas, casas empedradas y todo lleno de buganvillas. Una explosión de color que fue el inicio perfecto de mi viaje por Montenegro.
Carretera Serpentine, la mejor panorámica que ver en Montenegro
La red de carreteras panorámicas de la que presume Montenegro alcanza en la famosa ‘Serpentine’ la categoría de maravilla.
Son nada menos que una veintena de curvas (muy cerradas) que van subiendo hasta lo más alto de la bahía de Kotor. Cada una va regalando vistas panorámicas a cuál mejor y al final está el pequeño Horizont Bar. Cuándo fui yo estaba en obras (ya ves, qué suerte), pero las vistas desde su bar-mirador, hasta donde me acerqué, me parecieron alucinantes y se ve un atardecer perfecto.

Esta carretera también es uno de los puntos de entrada al Parque Nacional Lovcen, por lo que verás como van apareciendo las primeras montañas.
Parque Nacional de Biogradska Gora y su naturaleza virgen
En el interior de esta reserva natural se encuentra uno de los últimos bosques vírgenes de Europa y eso fue motivación suficiente para acercarnos hasta este parque del interior montenegrino.
El enclave más importante es el Lago Biograd, un paraíso de tonos verdes donde habitan centenares de aves, ciervos y lobos. Pero cuidado porque, aunque en menor medida, también hay lobos y osos.
La mejor manera de visitar el parque es llegar con el coche hasta el aparcamiento a orillas del lago. Una vez allí parte un sendero circular de 3,5 kilómetros que lo rodea por completo. Es muy sencillo y justo al final hay un bar para tomar algo fresco (o caliente, según el día).

A parte de su evidente belleza, me gustó porque es un sitio muy tranquilo, casi sin turistas y que vive a la sombra del PN Durmitor. Sin embargo, no dudaría en hacerle un hueco en vuestra ruta.
😴 Kolasin es la localidad ideal para visitar el PN Biogradska Gora. Nosotros pasamos una noche en este apartamento súper moderno en el centro del pueblo.
🍽️ Apunta el restaurante Vodenica para comer en Kolasin. Es un local con apariencia rústica y comida tradicional a muy buen precio. Ha aparecido mencionado en varias revistas como un sitio perfecto para probar la gastronomía de montaña montenegrina. No te pierdas el Kaçamak.
Risan y sus mosaicos romanos únicos en el mundo
La mayoría de viajeros que llegan a la bahía de Kotor limitan su visita a Perast o la propia Kotor, pero obviar una breve parada en Risan me parece un error.
Los mosaicos que se exhiben en un pequeño pabellón atestiguan el pasado romano de la región, pero sobre todo, entre ellos se encuentra un fabuloso mosaico de Hipnos, el dios del sueño. Su relevancia radica en que se trata de la única representación suya en todo el arte romano mundial. Junto con los mosaicos de Pafos (Chipre) y los de la Villa Romana del Casale en Sicilia, de los que más me han gustado.

Más allá de esta antigua villa romana, cuya visita apenas ocupa media hora y que repito, me parece uno de los lugares más interesantes que ver en Montenegro a nivel histórico, mi consejo es que comas allí mismo porque el ambiente es mucho más relajado que otros pueblos. Yo comí en el bonito restaurante Hipnos, con vistas al mar y buenos platos locales a un precio muy bueno.
Tivat, la ciudad más cool de Montenegro
Antaño un tranquilo pueblo costero que vio cómo creció en importancia como base naval yugoslava, Tivat se ha reinventado y ha emergido como un destino sofisticado tras la aparición de su puerto deportivo, Port Montenegro.
El ambiente sigue siendo calmado y, aunque no vas a ver lugares históricos, sí que podrás pasear entre yates carísimos, tiendas de diseño y restaurantes junto al mar.
Dicho esto, a mi me sorprendió positivamente y aunque disto mucho de tener un yate, me gustó el ambiente porque es bastante tranquilo para pasear junto al mar y tomarse algo con vistas al Adriático.

Descubrí un restaurante con buenas hamburguesas veganas, el Big Bite, y otro local con más glamour y romántico, el Babi – Resto Bar & Wine. Y para acabar, no pudo faltar un helado en la heladería Moritz Eis.
☕ En la «Kafeteria«, un local bastante chulo en pleno Port Montenegro, tienen buenos cafés y combinaciones peculiares para los amantes de esta bebida. No es barato, pero es un buen un capricho para los cafeteros.
Petrovac: playas, un castillo y un curioso alojamiento holístico
Elegí Petrovac como base para visitar esta parte de la costa montenegrina y sus alrededores, con algunas playas bonitas y la propia ciudad de Petrovac como grandes atractivos.
Fui directo a su paseo marítimo, con tanto encanto como turistas. Aún así, la imagen de la fortaleza de Kastio en un extremo es muy bonita, sobre todo cuando el atardecer tiñe de naranja el cielo. En el horizonte se ven los islotes del Katic y Sveta Nedelja.

Puedes aprovechar para disfrutar de ese momento en alguno de los restaurantes junto al mar y luego pasear por sus callejuelas.
Muy cerca de Petrovac me encantó la playa Buljarica, con muy poca gente y rodeada de bosque.
😴 Pasamos dos noches en Petrovac, en un alojamiento holístico con vistas al mar que ofrecía apartamentos a muy buen precio. Además la cena y el desayuno estaban brutales.
Ulcinj, rozando la frontera con Albania
Nos acercamos a la frontera con Albania para llegar a una ciudad que claramente permite ver las huellas otomanas en el país y cuya población ya refleja una importante mezcla de culturas, idiomas y sabores.
Muchos llegan aquí para disfrutar de su enorme playa (Velika Plaža), con más de 12 kilómetros de arena blanca. Es ideal para relajarse, sí, pero a mí lo que me conquistó fue su centro histórico.
De su ciudad vieja (Stari Grad), os cuento que fue construida sobre un acantilado con vistas al mar y que recuerda a un pequeño zoco oriental. Con tanta callejuela, no me extraña que la ciudad tenga fama de haber sido refugio de piratas.
Stari Bar, las ruinas más misteriosas que ver en Montenegro
En lo alto del monte Rumija se encuentra el yacimiento arqueológico de Stari Bar, una ciudad por donde se presume que pasaron romanos, venecianos y otomanos.
El paso de todas estas civilizaciones ha dejado una mezcla curiosa que, pese a estar en ruinas, permite ver una ciudad con antiguas mezquitas, vestigios de iglesias y hasta los restos de un enorme castillo y sus murallas.

Diría que es uno de los sitios más atractivos que ver en Montenegro porque no es algo que se vea demasiado en el país. Además en la entrada del recinto hay algunos cafés para tomar algo con vistas a las ruinas.
Si te gustan los sitios singulares, cerca de aquí puedes visitar el olivo de Mirovica, un árbol inmenso con más de 2.000 años de historia.
Nosotros paseamos un rato también por la nueva Bar, que tiene un puerto agradable. Además encontramos un local vegano para comer, el Mama Nature, que prepara un menú diario de dos platos. Ese día tocó sopa de lentejas y una ensalada súper rica.

Podgorica, la nueva capital de Montenegro
Dicen de Podgorica que es la capital más calurosa de Europa. En mi visita el termómetro marcaba 37 °C en pleno mes de julio y las pintas de antigua ciudad comunista con bloques de cemento hacen el resto. Probablemente pocos incluirían la ciudad en su lista de lugares que ver en Montenegro, pero yo sí que te la voy a recomendar.
Lo cierto es que Podgorica nada tiene que ver con otras capitales balcánicas como Belgrado o Tirana, mucho más modernas. Aquí todo recuerda a cuando la ciudad se llamaba Titogrado en honor al mandatario Tito.

Vale la pena conocer la nueva Catedral de la Resurrección de Cristo y sobre todo, hacer una parada en el antiguo puente otomano. Allí mismo puedes darte un baño en el rio Moraca, que los capitalinos utilizan como playa urbana.
Muy cerca de la ciudad están las Cataratas Nijagara, uno de los mayores saltos de agua de los Balcanes. Aquí también vienen los locales a darse un baño durante el verano.
🍀 Los vegetarianos tienen un buen sitio donde comer en Podgorica. Se trata del Paradise Food, un local que ofrece comidas tradicionales en versión veggie. Son platos ya preparados, pero que están muy buenos. Además es súper barato.
Monasterio de Ostrog, un templo entre las rocas
La imagen de un monasterio incrustado en la rocas llamó mi atención desde el principio. Tenía ciertos parecidos a los monasterios maronitas de Líbano y quise conocer en primera persona el Monasterio de Ostrog, lugar de peregrinaje para los cristianos ortodoxos desde el siglo XVII.
Se encuentra a nada menos que 900 metros de altura y en su interior se conservan las reliquias de San Basilio de Ostrog. De este lugar se dice que es capaz de sanar, aunque ya sabéis que yo soy bastante escéptico conservan estos temas.

El complejo tiene dos partes: el monasterio inferior, rodeado de naturaleza, y el monasterio superior, que es el que está tallado en la roca. No te pierdas las vistas desde arriba, son una pasada.
Niksic, la belleza oculta de lo cotidiano
Quienes me seguís desde hace tiempo sabéis que me gusta incluir en mis viajes algunos lugares menos comunes o fuera de ruta. La idea siempre es conocer algo que me conecte con el país más allá de lo turístico.
No siempre os hablo de ellos, pero sí que he querido mencionaros a Niksic, la segunda ciudad más grande de Montenegro. Y no, lo que me trajo hasta aquí no fue la fábrica de cerveza Niksico, la más popular del país. Ya visité la fábrica de cerveza de Pilsen (la más antigua de Europa) y de momento tuve suficiente.
La ciudad, orgullosa de un pasado que se remonta a tiempos romanos, es conocida actualmente por su ambiente universitario.
La experiencia fue sorprendente porque después de visitar el monumento a los partisanos que murieron en la II Guerra Mundial (Spomenik palim borcima pod Trebjesom), una visita con mucha carga histórica, fuimos a hacer un brunch al Pekara Bistro & Cafe. Está segunda parte es, sin duda, bastante más superficial, pero deja patente las dos caras de la ciudad.
Preguntas frecuentes sobre Montenegro
Es necesario al menos una semana para visitar Montenegro en condiciones. Si dispones de 10 días o dos semanas, es ideal.
La bahía de Kotor es el gran atractivo del país. Además, las playas de Montenegro son su otro gran reclamo: Sveti Stefan, Budva y Petrovac.
Los meses de junio y septiembre son ideales para visitar Montenegro porque las temperaturas son cálidas y hay muy poco turismo.
Kotor es el pueblo más bonito de Montenegro para la mayoría de viajeros. Hay otros como Herceg Novi o Perast que también están en la lista.
No, las carreteras en buen estado, aunque hay algunas en obras y en la costa moverse es lento.
Sí, es completamente seguro. De hecho está considerado uno de los países más seguros de Europa.
Depende de lo que busques. Budva es más fiesta y noche, mientras que Tivat es más glamour y calma. Yo me quedo con Tivat.