Antaño un pueblo de veraneo entre la nobleza catalana, varios siglos después recorremos los sitios más icónicos que ver en Puigcerdá parando la mirada en los bonitos rincones de su casco histórico, su encantador lago o las montañas pirenaicas que rodean la ciudad.
Puigcerdá es también una base ideal para recorrer la encantadora región de la Cerdanya, mezclarse con la naturaleza y disfrutar de un entorno verde y relajado. Y si te animas, yo soy muy fan de visitar Andorra en verano, ¡es un país ideal para una escapada de pocos días!
Índice
Consejos para visitar Puigcerdá
Durante mi primera visita a Puigcerdá me alojé en este hotel súper encantador junto al lago. Es el mejor hotel de la ciudad y encontré un precio genial. Si este no tiene ninguna oferta, en mi anterior visita dormí en alojamiento en el centro de la ciudad que también era muy cómodo.

Puedes llegar a Puigcerdá desde Barcelona por carretera en dos horas. El pueblo está a 160 kilómetros de la ciudad. Si te mueves en coche propio, puedes hacer como yo y planificar una ruta por la Cerdanya.
Si no tienes coche, puedes llegar a Puigcerdá desde Barcelona desde la Estación de autobuses Barcelona Nord. Hay varias compañías que ofrecen el servicio. El trayecto dura unas 3 horas y el precio es de 25-30 euros. Puedes comprar el billete desde esta página de transporte por adelantado.
¡INFO!
La Cerdanya es uno de los mejores lugares de Catalunya para hacer un vuelo en globo. Ver la región desde el aire es una pasada, porque disfrutarás de los Pirineos y los valles cercanos de una forma única.
Puigcerdá, territorio entre fronteras
Antes de adentrarnos en los lugares que ver en Puigcerdá, es importante conocer la historia de esta ciudad y la región, siempre ligada a su ubicación fronteriza.
De hecho, su fundación como ciudad nace precisamente de esa posición, puesto que en el año 1177 el rey Alfonso II de Aragón trasladó la capital de la Cerdanya desde Bourg – Madame al otro lado de la frontera, donde nació Puigcerdà.
A lo largo de los años, Puigcerdá ha sido testigo de numerosos asedios y por supuesto, de la actividad de bandoleros que movían mercancías entre Francia y España a través de las montañas.

Uno de los puntos de inflexión para la localidad pirenaica fue el final de la Guerra de los Treinta Años que enfrentó a varias potencias europeas y el consecuente Tratado de los Pirineos.
El pacto derivó en una división entre la Alta Cerdanya en Francia y la Baja Cerdanya en España. Además, se concretó la cesión por parte de España de hasta 33 localidades que quedaron anexionadas a Francia. Recuerda el curioso caso de Llivia, que está en Francia, pero en este caso pertenece a España.
Más tarde, durante los siglos XIX-XX, Puigcerdá empezó a destacarse como un importante centro turístico entre la burguesía catalana que llegaba desde Barcelona.
Esto duró hasta la Guerra Civil, cuando hubo un gran paréntesis en Puigcerdá, que sufrió graves daños. Por suerte, todo aquello pasó y el turismo fue volviendo poco a poco hasta el día de hoy, en el que Puigcerdá vuelve a ser un importante atractivo turístico gracias a su ubicación entre montañas y un legado histórico digno de conocer.
Qué ver en Puigcerdá, el encanto de la montaña a orillas de un lago
La capital de la Cerdanya es una ciudad deslumbrante y que por momentos parece querer presumir de su noble pasado. Yo he podido visitar varias veces Puigcerdá y es una localidad que me encanta: pequeña, rodeada de montañas y con una cantidad infinita de actividades, tanto en verano como en invierno. Y si tienes ganas, es un buen lugar para empezar a descubrir algunos de los lugares más bonitos que ver en el sur de Francia.
Lago de Puigcerdá, emblema de la ciudad
Este lago en pleno centro de la ciudad fue originalmente un estanque artificial que se creó para el regadío de las tierras de la Cerdanya y la prevención de incendios.
En la actualidad es el lugar más visitado de Puigcerdá, un lugar tranquilo y a la vez lleno de vida donde los turistas y las aves que habitan aquí se mezclan por un día.

El lago está rodeado por el Parque Schierbeck, cuyo nombre rinde homenaje al diplomático danés que residió en la ciudad. Es una delicia pasear por el parque rodeado de árboles, patos, cisnes y hasta cormoranes mientras al fondo, se vislumbran las montañas de los Pirineos y sus picos nevados.
Conocer el legado modernista que ver en Puigcerdá
El modernismo, movimiento artístico y cultural que revolucionó Europa entre los siglos XIX – XX, llegó también a Puigcerdá dejando su huella en algunos rincones de la ciudad.
Muchos asocian el modernismo únicamente con Barcelona y no les falta parte de razón, puesto que la ciudad fue el origen de todo. De hecho, la revolución industrial de la época y la nueva clase pudiente surgida de esta fueron los que llevaron el modernismo hasta Puigcerdá.

Se pueden ver numerosas casas señoriales y mansiones de aquella época, pero no solo eso. Puigcerdá está llena de detalles modernistas y perderse por su casco antiguo en busca de ellos es una experiencia apasionante.
Recorre el centro histórico de Puigcerdá y la vibrante Plaza de los Héroes
Nada mejor que caminar sin un rumbo fijo por el centro de la ciudad, parando en tiendas de montaña, chocolaterías o ambas cosas.
Desde la Plaza de los Héroes, donde un obelisco de mármol rojo que recuerda a los que murieron defendiendo Puigcerdà durante las Guerras Carlistas y que hoy es el epicentro de la ciudad, parte la calle Mayor, donde el movimiento es incesante.

Muy cerca encontrarás el bonito Ayuntamiento, un edificio singular de estilo gótico que se encuentra en la Casa Deulofeu, del siglo XIII.
Si sigues paseando, encontrarás restos de la muralla medieval, detalles modernistas y pequeños comercios locales a los que será difícil resistir.
Campanario de la iglesia de Santa María, el lugar con más historia que ver en Puigcerdá
En la plaza de Santa María encontrarás este enorme campanario que sobresale en el paisaje de la ciudad. Es uno de los lugares más importantes que ver en Puigcerdá y su historia lo demuestra.
Este campanario perteneció a una enorme iglesia gótica de Santa María, del siglo XII. Esta fue arrasada en los inicios de la Guerra Civil en 1936 y solo quedó en pie la torre de más de 30 metros de altura.

Es posible acceder al interior y subir para admirar unas sensacionales vistas de Puigcerdá y toda la Cerdanya.
Teatro Casino Ceretà, un lugar emblemático que ver en Puigcerdá
Está obra de arte arquitectónica data del año 1893, cuando se construyó como centro de ocio para la burguesía catalana que llegaba a veranear a la ciudad.
En la actualidad, en el interior de este edificio icónico de color rojo, todavía se proyectan películas y se representan obras teatrales. Es un lugar con aroma a pasado, una de las joyas que ver en Puigcerdá. Si tienes suerte y puedes presenciar algún evento (yo no he podido en mis tres visitas), puede ser una gran experiencia.

Antiguo Hospital de la Villa
Estamos ante otro lugar que guarda siglos de historia entre sus muros y es que el antiguo hospital de Puigcerdá fue documentado ya en el siglo XII.
En sus orígenes, además de un importante centro médico de la región, fue también un refugio para los más desfavorecidos: enfermos, pobres y peregrinos encontraban aquí un lugar donde ser atendidos en plena Edad Media.
Más cerca de nuestros tiempos, durante la Guerra Civil también fue uno de los edificios más dañados. Por suerte se mantuvo en pie y sirve como testimonio de aquel pasado solidario de la Villa.
El mirador de Puigcerdà
Si bajas por Calle Mayor encontrarás en un momento una callejuela que se desvía hacia la Plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra este magnífico mirador panorámico.
Lo mejor, a parte de que se puede ver gran parte de la comarca y las montañas de la sierra del Cadí, es que el mirador está orientado al oeste, por lo que es un lugar ideal para ver el atardecer.

Puente de Sant Martí
Ligeramente a las afueras de la ciudad, en la carretera que une Puigcerdá con Guils de Cerdanya, se puede visitar un puente del siglo XIV al que se llega en un corto trayecto de unos minutos en coche.
El Pont de Sant Miquel cruza el curso del Río Aravó y se observan dos arcos de medio punto de estilo gótico sobre una base romana.
Antiguamente era uno de los accesos a la ciudad desde la montaña y era el punto donde se cobraba el derecho de paso sobre personas, animales y mercancías. Hoy ha quedado enclavado entre poblaciones y es un bonito recuerdo del pasado.
Camí dels Enamorats, un bonito rincón natural que ver en Puigcerdá
Suena tan evocador este nombre que resulta casi imposible no acercarse a ver de qué se trata. Muy hábil el responsable de marketing de este sendero de Puigcerdá.
Es una ruta que sale desde el centro de la ciudad (en la plaza Dionís Puig) y que transcurre por un camino llano entre arboledas. Son unos 4 kilómetros y concluye en la pequeña iglesia de Sant Jaume de Rigolisa, del siglo XVIII.

Una curiosidad que gustará a los amantes de la lectura es que el Camí dels Enamorats aparece en el libro «El Juego del Ángel», de Carlos Ruiz Zafón. Si lo has leído, ¿recordabas este dato?
Museu Cerdà, una ruta etnográfica por Puigcerdá
Gran parte de la historia y tradiciones de la comarca están recogidas en este interesante museo en el centro de Puigcerdá.
El museo se encuentra en un antiguo convento carmelita del siglo XIX y tiene varias exposiciones permanentes y otras itinerantes.
Entre las más destacadas, se puede ver la evolución en materia de trabajo y relaciones en la comarca, un viaje a los orígenes más profundos de la Cerdanya.
Puedes mirar los precios y horarios en la página oficial del Museo Cerdà.
Otros edificios históricos que ver en Puigcerdà
La ruta por la capital de la Cerdanya no acaba aquí, ya que hay otros edificios interesantes que ver en Puigcerdá. Puede que no tengan la relevancia histórica de los mencionados anteriormente, pero si tienes tiempo, vale la pena visitarlos.

Por un lado, la Capilla de Nuestra Señora de Gracia, un pequeño templo del siglo XV que a finales del siglo XVIII fue atacada y prácticamente destruida por los franceses.
En el centro de la localidad, el Convento Sant Domènec se construyó como sede de la Orden Mendicante de Santo Domingo a finales del siglo XIII. Más tarde este convento sustituyó las funciones de la parroquia de Santa María tras el incendió que destruyó a esta que dejó a salvo tan solo su campanario.

Allí mismo, en el Paseo 10 de abril se instala el mercado semanal. Es un animado punto de encuentro donde podrás comprar un montón de productos típicos, con especial mención a los quesos de la comarca y a la miel de la Cerdanya.
Por último, un lugar con cierto interés que también puedes ver en Puigcerdá es la Plaza Cabrinetty, en homenaje al militar español que brilló en las guerras carlistas.
Dónde comer en Puigcerdà: entre platos típicos y chocolate caliente
Todo viaje debe dejar espacio para la gastronomía y la que encontramos en la Cerdanya es deliciosa, por eso voy a recomendarte algunos sitios donde comer en Puigcerdá.
En el centro de la ciudad hay decenas de restaurantes, creperías y bares más informales. Para todos los gustos y presupuestos.
Uno de mis preferidos es la Taverna del Call, un restaurante de cocina tradicional que sirve algunos de los mejores platos típicos de Catalunya. El trinxat, un plato a base de patata y col, es el plato más famoso de la Cerdanya, no te puedes ir sin probarlo. Además, aquí hacen también una sopa de cebolla que está súper rica y sirve para calentar el cuerpo del frío de los Pirineos.

Otro buen sitio donde comer en Puigcerdá se encuentra en realidad a las afueras de la ciudad. Es la Formatgeria de Llivia, una antigua fábrica de quesos donde cocinan de maravilla. Es uno de esos restaurantes donde quieres probarlo todo, pero te recomiendo sus fondues (la de queso de primero y la de chocolate como postre). ¡Verás que maravilla y qué atracón! Eso sí, te aconsejo reservar el día antes al menos.
Por último, una de las actividades clásicas en Puigcerdá es tomar un chocolate caliente. Uno de los mejores sitios es Xocolates Pirineus. Con tanto frío, viene de maravilla para el cuerpo, os lo aseguro.