Puedo asegurar que llegar a St. Lucia sin alojamiento y justo antes de empezar un puente nacional no fue la mejor idea de nuestro viaje a Sudáfrica. Costó sudor y casi sangre encontrar alojamiento para las dos noches que, de manera improvisada y tras la insistencia del dueño de la guesthouse de Hluhluwe queríamos pasar en la bpequeña ciudad que da entrada al iSimangaliso Wetland Park (Patrimonio de la Humanidad). Al final, tras varias horas de búsqueda y aunque en dos sitios diferentes, conseguimos alojamiento para las dos noches que queríamos pasar allí.
St. Lucia es una población pequeña, con un puñado de alojamientos, bares, restaurantes, tiendas y hasta alguna lavandería dispersas por su calle principal. Pero lo que realmente atrae a miles de turistas locales a esta diminuta población costera son sus playas, el parque de iSimangaliso y la leyenda (parece que cierta) de que algunos hipopótamos caminan por sus calles cuando cae la noche. Con esto, por cierto hay que tener bastante cautela, ya que estos animales de varias toneladas son los que más muertes causan en África.
Descartadas las playas y la excursión nocturna para intentar ver a los hipopótamos callejeros, nos quedaba el mayor reclamo de la ciudad (para nosotros el único): el iSimangaliso Wetland Park, que posee infinidad de récords a los que acogerse si quieres convencer a alguien para que te acompañe. Es el mayor estuario de África, posee el mayor bosque de dunas del mundo y alberga también la mayor población de hipopótamos de todo el África Austral, además de poseer cinco ecosistemas diferentes que convierten a este parque en uno de los más preciados del mundo.
Se accede desde una carretera cercana a St. Lucia y el objetivo de toda jornada en el interior del parque debe ser llegar a Cape Vidal dando rodeos por las pistas contiguas a la carretera principal en busca de fauna, disfrutar de su hermosa playa (en verano debe ser una maravilla), mezclarte con las decenas de monos que te acosan y con algo de suerte ver a algunos de los Big Five. Si te gusta la acampada, hay un camping justo al llegar a Cape Vidal en el que se puede disfrutar del entorno durante varios días.
Las «prisas» de un viaje de este tamaño nos impedían pasar noche allí, pero si que pudimos ver a varios rinocerontes blancos, algunos búfalos y sobretodo, a un leopardo al final de la jornada (el único de todo el viaje!!) y que casi nos impide llegar antes del cierre de puertas del parque. Disfrutamos del momento como niños; prismáticos en mano y a golpe de cámara para inmortalizar la escena; uno de los felinos más esquivos del planeta parado ante nuestros ojos, observándonos cuidadosamente y abandonando su posición en la colina lentamente para apartarse de nuestras acosadoras miradas.
Por la noche entramos al parque en un safari nocturno que organiza el dueño de la «Hornbill Guesthouse», recomendado por varias personas en algunos foros y desde hoy recomendado por nosotros mismos. Es la única manera de acceder cuando cae el sol al interior del parque y no puede haber mejor opción que esta. El dueño (no recuerdo su nombre) es a la vez conductor y guía, y no solo posee unos conocimientos exagerados sobre la zona, además tiene una vista que asusta, capaz de mostrarnos camaleones a varias decenas de metros de distancia. Una experiencia más que recomendable para conocer a fondo el fascinante iSimangaliso Wetland Park!!