Salimos de Ashgabat y recorremos los 20 kilómetros que separan la capital de Turkmenistán de Nisa, antigua capital de Partia y uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Turkmenistán.
La ciudad fortaleza de Nisa se encuentra enclavada a los pies de la cordillera Kopet Dag, la más importante de Turkmenistán. Desde allí, siglos atrás, el Imperio Parto controlaba la región y caminar hoy por sus vestigios es una clase magistral de historia.
Una visita de este tipo era la antesala perfecta a lo que quedaba por delante y es que, unos días más tarde íbamos a visitar el Pozo de Darvaza, la gran atracción de Turkmenistán. Qué mejor manera de abrir boca que con unas ruinas en mitad del desierto.
Breve historia de los partos, un imperio poderoso
El Imperio Parto (o Partia) hace referencia al territorio controlado por los partos desde el siglo III a.C. hasta el III d.C., cuando este empezó a entrar en decadencia.
Se encontraban principalmente en la región de Asia Central y su fundación viene como consecuencia del alzamiento contra el monarca impuesto por Alejandro Magno.

Los partos alcanzaron su esplendor alrededor del siglo I a.C. y para hacernos a la idea de la importancia y magnitud del imperio, fueron los grandes rivales del Imperio Romano en las rutas comerciales que conectaban Asia con Europa. En ese periodo, Nisa, en la actual Turkmenistán, fue la capital y principal fortín.
Después de varias guerras entre partos y romanos, pese a que Partia consiguió vencer algunas batallas, salió muy debilitada. Esto supuso el principio de una decadencia que acabó eliminándolos del mapa en el siglo III d.C.
Además, la otra parte de la historia también cuenta que Partia estuvo presente en las primeras operaciones comerciales de la Ruta de la Seda.

Lo que nos queda claro a estas alturas es que, la ciudad de Nisa es de suma importancia y está considerada una de las más antiguas de Asia Central.
¡CONSEJO VIAJERO!
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Nisa, vestigios de Partia en Turkmenistán
Nuestra ruta por Turkmenistán llegaba a Nisa tras un corto trayecto desde Ashgabat hasta el pequeño pueblo de Bagir, punto de entrada al yacimiento.

Después de pagar la entrada, nos recibe un primer mirador elevado que ofrece vistas directas a la fortaleza de Old Nisa. Esa imagen y la explicación de nuestro guía ese día son el mejor comienzo posible para visitar el complejo y hacerse la idea de la importancia del mismo.
Damos los primeros pasos a través de una especie de pasarela que conduce directamente hasta la fortaleza parta. En sus inicios se la conoció como Mithradatkirt o fortaleza de Mitridates, un nombre que se lo debe a Mitrídates I de Partia, que controló a los partos entre 171 a 138 a. C.

Posteriormente, Nisa creció y multiplicó sus fuerzas, consolidándose rápidamente como un importante centro comercial y cultural entre Oriente y Occidente.
El complejo de Old Nisa (Antigua Nisa) ocupa actualmente un total de 14 hectáreas y aparentemente no se encuentra en el mejor estado de conservación, aunque debo decir que está mejor de lo que esperaba.
Se encuentra sobre una colina, siempre en busca de esa ventaja que dan las posiciones elevadas. La imagen, conforme me acercaba, era cada vez más evocadora. El entorno, rodeado de montañas, invita a imaginar cómo pudo ser un ataque del imperio romano en aquellos tiempos. Nisa no solo consiguió resistir varios envites romanos, sino que venció en algunos de ellos, lo que puso en jaque a aquel poderoso rival.

Desde fuera ya podrás ver las murallas, que junto a las 43 torres que rodeaban la ciudad de Nisa (Turkmenistán), formaban un efectivo sistema defensivo. En el interior aguardaban varios palacio y templos partos que confiaban su suerte a ellas.
El interior de Old Nisa, la fortaleza que asustó a los romanos
Esta ciudad fortaleza estuvo habitada desde el siglo III a. C. y está considerada una de las ciudades más antiguas de Asia Central. Recorrer los pasillos de Nisa es emocionante y además, es probable que la tengas para ti solo. Algo positivo de la negativa del gobierno turcomano al turismo es que los pocos que conseguimos entrar, podemos disfrutar de lugares como Nisa en la intimidad.

La visita, de la mano de un guía local, nos descubre todos los rincones y secretos de Nisa. Aquí se han encontrado numerosos elementos que ayudan a conocer la cultura parta.
Una de las partes mejor conservadas son las columnas y paredes de lo que probablemente fue un templo decorado con varios reyes partos. De nuevo, en un ejercicio de imaginación, me traslado decenas de siglos atrás para revivir la historia.

A esta parte se llega a través de un pasillo circular de 17 metros de diámetro y donde se distinguen varios estilos arquitectónicos. Los partos eran famosos por sus dotes para la construcción, con grandes habilidades para levantar estructuras únicas y una tecnología única en aquel momento.
En este pasillo, sin ir más lejos, el guía nos ayuda a distinguir elementos helenísticos, romanos y de oriente medio. Una mezcla fabulosa que demuestra que Nisa fue capaz de tomar lo mejor de todas las civilizaciones que la rodeaban.
Después de recorrer todas las estancias, pasillos y rincones, los últimos momentos de la visita a Nisa los aprovecho para acercarme a un pequeño montículo cercano que me permite tener una última imagen inspiradora de la fortaleza. Ahí estaba Nisa, capital del imperio Parto y uno de los grandes tesoros de Turkmenistán.

Tras las últimas excavaciones salieron a la luz otros elementos, como el tesoro del rey, con numerosas estatuas de mármol, piezas de marfil y algunos manuscritos en arameo.
La importancia del descubrimiento, junto con la historia que rodea a Nisa, sirvió para que la UNESCO lo reconociese como Patrimonio de la Humanidad en el año 2007 junto con el complejo de Nueva Nisa, que se encuentra cerca del mismo, pero del que todavía queda mucho por saber, aunque se presume que podría ser un asentamiento donde vivían los nobles partos.