Cruzamos la entrada a la Roça Agostinho Neto, una humilde puerta flanqueada por dos columnas con la bandera de Santo Tomé y Príncipe, y unos metros adelante nos espera ya Ricardo, que se presenta sonriente como Richi incluso antes de que bajemos del coche.
Por delante nos esperaba la visita a unas de las roças más interesantes de Santo Tomé y Príncipe, no en vano, Agostinho Neto es historia viva de la isla junto con roças como Monte Café o la chocolatera Roça Diogo Vaz.
¡CONSEJO! ¿Planeando tu viaje? No pierdas ningún detalle ni te olvides de nada con esta guía para viajar a Santo Tomé y Príncipe.
Historia y orígenes de la Roça Agostinho Neto
Fundada en 1865, la Roça Agostinho Neto es una de las más antiguas y grandes del país, pero su nombre no fue siempre este.

Originalmente, esta roça se conocía como Rio do Ouro (de hecho, todavía algunos la denominan así), pero en 1979, poco después de la muerte del Primer Presidente y Héroe Nacional de Angola, Agostinho Neto, se cambió su nombre como recuerdo a una de las figuras más importantes en la independencia saotomense.
SABÍAS QUE…? El apoyo activo de Angola para que Santo Tomé y Príncipe se separase de Portugal dio sus frutos un 12 de julio de 1975, curiosamente unos meses antes de que lo hiciese la propia Angola. Todo esto y un montón de datos más te lo cuento en mi artículo con algunas de las curiosidades sobre Santo Tomé y Príncipe.
Además de su importancia en la producción de cacao, la Roça Agostinho Neto tuvo gran relevancia gracias a su hospital, que hoy es una de las imágenes más impactantes de las islas.
Aquel hospital vio nacer a miles de santotomenses, principalmente en la década de 1980, ya que en aquella época estaba especializado en servicios de parto.

Más tarde, en los años 90, el hospital funcionó como centro hospitalario de la región en un proyecto que fue financiado por Portugal y que concluyó a finales de década.
Tras esto, el edificio se abandonó y fue deteriorándose poco a poco hasta quedar completamente en ruinas en una imagen que, hoy en día, es evocadora.
Visita a la Roça Agostinho Neto
Aunque me resisto, ya que la imagen del hospital al final de la avenida me ha cautivado, le damos la espalda y vamos hacia la zona noble de la Roça. Este era uno de los motivos por los que viajamos a Santo Tomé y Príncipe, por lo que conocer esta comunidad resultó fascinante.
Hay varias casas en la zona dedicada a la administración de la comunidad, entre las que se encuentra una inmensa y ajardinada, es la del patrón, que desde aquí veía cómodamente el devenir de una plantación que fue de las más prolíficas en la producción de cacao de todo Santo Tomé y Príncipe.

Además de cacao, también de producía copra, bananas y algo de café, aunque en menores cantidades.
Me impacta ver la gran casa del patrón, pero todavía me impresiona más saber que construyó otro enorme edificio a unos metros y los conectó mediante túneles subterráneos para que nadie supiese cuando estaba y cuando no.
Tampoco me deja indiferente saber que en aquella casa en la que vivía una única unidad familiar, hoy conviven 80 familias.


De hecho, son más de 1300 personas las que viven en toda la Roça Agostinho Neto, uno de los lugares más espectaculares e impactantes que ver en Santo Tomé y Príncipe.
Tan importante fue para el país que Agostinho Neto apareció detrás de los antiguos billetes de 5.000 Dobras hasta 2018.
Ahora sí, recorremos la enorme avenida que nos conduce al hospital, cuya imagen se va aclarando conforme nos acercamos. Aunque se percibe desde la lejanía, al estar frente a él, observamos que, efectivamente, edificio está prácticamente en ruinas.

El abandono y deterioro fue en aumento hasta que una parte del hospital se derrumbó en 2014. Pese a eso, siguen viviendo algunas familias allí dentro.
Sobrepasamos la imaginaria puerta de entrada y topamos, junto a las escaleras, con una tabla de multiplicar pintada en pared. Es para los niños, nos dice Richi. Esos niños que, por cierto, de vez en cuando nos abordan al cántico de “doce-doce”.


Justo al lado, hay una pequeña iglesia para la comunidad, aunque las vistas se desvían a las chabolas cercanas.

Puede parecer obvio, pero lo mejor es visitar la Roça Agostinho Neto acompañado para evitar la presión que hacen a la conciencia esos niños y conocer todos sus rincones e historias.

¡INFO! Los guías de Agostinho Neto no cobran por la visita e insisten en que no tiene coste alguno, aunque puedes dejar algo para la comunidad. Nosotros dejamos la misma cantidad que nos cobraron en otras roças.
Nos quedaba una última parada: la bonita cascada que forma parte de la Roça Agostinho Neto y a la que se puede llegar caminando o en coche.

El camino parte desde la casa del patrón y tardamos unos 5 minutos (caminando son 30 minutos) en llegar hasta un pequeño paraje lleno de plantas de cacao en el que aparece, de repente, una caudalosa cascada de 20 metros de altura.
Sin duda, el colofón perfecto a nuestra visita a la Roça Agostinho Neto, de la que nos vamos, de nuevo, con muchas lecciones en la mochila.
Buenas!
Como pudiste contactar con el guía Richi? Puedes facilitarme el contacto por favor?
Te puedes desenvolver facilmente en español e inglés por todo el pais?
Gracias de antemano!