Tras años sin visitar la ciudad, pisar de nuevo Gijón me trajo buenos recuerdos y a la vez, me permitió ver como ha cambiado una ciudad que hoy percibo mucho más moderna y animada. Además, esta segunda visita me permitió conocer La Laboral de Gijón, una obra maestra imponente que obvié hace años y cuyo descubrimiento me ha fascinado.
La Laboral es una obra llena de historia y que guarda secretos en cada rincón. Se trata de uno de esos edificios que explican el carácter de Gijón y ante el que uno se siente diminuto, no solo por su tamaño, sino también por el lugar que ocupa en la historia.
Índice
La Laboral de Gijón: orígenes de un proyecto que jamás concluyó
Los continuos accidentes en las minas asturianas, que durante años dejaron infinidad de víctimas en la región, fueron el origen, en el año 1945, de los primeros proyectos donde aparecía la posibilidad de construir un lugar que alojase a los niños y niñas huérfanas de aquellas familias mineras.
Poco más tarde, un gravísimo accidente en una mina de Aller en 1946, dio el impulso definitivo a una idea que empezaría a coger forma.

Este proyecto que hoy se conoce como La Laboral, se concibió inicialmente como un orfanato minero. Tendría una capacidad para 1.000 niños con la idea era acogerlos y formarlos en diferentes oficios y ámbitos. Una pequeña ciudad pensada para proteger a todos esos menores afectados por una realidad que golpeaba a Asturias en aquel momento. Aquella fue la semilla de la Universidad Laboral de Gijón.
Las obras de La Laboral empezaron a mediados de 1946, pese a que de manera oficial, la fecha que se indica como inicio de la construcción fue la del 1 de abril de 1948 (luego os hablaré sobre esto).
Las primeras edificaciones empezaron a aparecer en el complejo ideado por el arquitecto Luis Moya. La residencia, talleres, instalaciones deportivas, iglesia y hasta algunos espacios para el cultivo formaban parte de La Laboral, una especie de pequeña ciudad dentro de la propia Gijón.
De orfanato a Universidad Laboral de Gijón: una transformación polémica
Aquella primera idea de La Laboral de Gijón dio un giro inesperado (o no tanto), cuando el ministro franquista José Antonio Girón, encargado de supervisar el proyecto desde sus inicios, cambió de planes. Es ahí cuando se establecen claramente los primeros lazos entre el franquismo y La Laboral, un pasado del que muchos reniegan.
Previamente, las obras, cuyo inicio oficioso sería en 1946, dieron el pistoletazo de salida oficial el 1 de abril de 1948 (¿os acordáis de lo que os decía unos párrafos más arriba?). Esa fecha es muy importante para el franquismo, puesto que ese mismo día, aunque del año 1939, Franco dio por concluida la Guerra Civil Española firmando el último parte de la misma. En él anunciaba que el Ejército Rojo ya estaba cautivo y totalmente desarmado.
En el año 1951, el ministro Girón tomó la decisión de transformar el orfanato en la Universidad Laboral de Gijón, un modelo instaurado en otros lugares, aunque jamás de esta magnitud.

Estas universidades laborales se encargaban de educar en base a cinco pilares: la religión, educación física y deportes, formación cultural y estética, magisterio de costumbres y el Espíritu Nacional. Parece obvio que la misión de la Universidad Laboral no era únicamente la de formar a la clase trabajadora, sino también la de adoctrinarla en base a los valores franquistas
Sin embargo, las disputas internas acabaron con el ministro Girón destituido en 1957 y el proyecto de La Laboral de Gijón guardado al fondo de un cajón.
Esto supuso un frenazo en la construcción de la Universidad Laboral de Gijón y, de hecho, algunas obras quedaron inconclusas.
Para ese momento, pese al frenazo, la construcción de La Laboral ya estaba muy avanzada y lista para funcionar. La Universidad Laboral recibió a su primera promoción de alumnos en 1955. A esta inauguración ni siquiera asistió Franco, que de alguna manera renegaba de este proyecto, uno de los más simbólicos de Girón.

La historia estrecha lazos entre La Laboral de Gijón y el franquismo. Algunos símbolos que todavía permanecen entre sus muros, elementos arquitectónicos y decisiones ligadas a este penoso régimen son características suficientes para que se asocie La Laboral a un emblema franquista.
Sin embargo, son muchos los que niegan tajantemente esa relación y realzan el valor arquitectónico e histórico de La Laboral mucho más allá del régimen franquista.
Mi pregunta es, una obra creada durante un periodo de tiempo que coincide con un sistema político concreto como es, en este caso el franquismo, ¿significa siempre que esta construcción representa a esa ideología?
La Laboral: un gigante en el olvido
Desde su primera promoción en el año 1955 y durante 26 años, pasaron miles de alumnos por la Laboral de Gijón.
Sin embargo, la caída del régimen franquista supuso que, a partir de los años 80, la Laboral fuese poco a poco quedando en el olvido. Eso inició un proceso de deterioro que puso en peligro a esta faraónica obra.
En un inicio pasó a estar controlado por la Administración Pública, que convirtió a la Laboral en el mayor instituto de España, con capacidad para más de 3.000 alumnos.

Pero el desgaste era patente y el riesgo de la Laboral se había convertido en una posibilidad real. Ante esta situación, el Principado de Asturias la compró en 2001 e inició un proceso de rehabilitación.
La reacción llegó a tiempo. El Principado estableció una recuperación de la Laboral de Gijón en base a tres pilares: el ocio, el museístico y el universitario.
Ese nuevo proyecto y usos, convirtió el antiguo orfanato y universidad en «Laboral Ciudad de la Cultura«, un inmenso espacio multidisciplinar que se ha ganado el corazón de Gijón.
Valor histórico y arquitectónico de la Laboral de Gijón
El valor arquitectónico de la Laboral es indudable y para poner en perspectiva su importancia, resulta impactante descubrir que la Laboral es el edificio civil más grande de España. En mi artículo sobre las curiosidades de Gijón, hablo de este dato tan singular.

Son más de 270.000 metros cuadrados que aglutinan edificios de gran valor. Desde su inmenso patio central hasta la torre, que con sus 117,60 metros de altura se levanta imponente en el complejo. Aunque sin duda, una de las construcciones más imponentes en el interior de la Laboral es su iglesia de planta elíptica, la más grande del mundo de este estilo.
Este conjunto de elementos de gran valor fue declarado en 2016 como Bien de Interés Cultural de Asturias, en la categoría de monumento. Más tarde ha sido incluido en la lista de candidatos para ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Esto último ha despertado opiniones contrarias debido a su pasado ligado a la dictadura franquista, sin embargo, quienes abogan por su inclusión, defienden que su valor arquitectónico e histórico es indudable, más allá de ideologías coincidentes en el tiempo. Sea como sea, la Laboral es desde hace tiempo un símbolo de Gijón que debería separarse de un pasado controvertido.
La Laboral en la actualidad
En el año 2007 abrió sus puertas la Laboral, esta vez como Laboral Ciudad de la Cultura. Una nueva cara, una nueva era, para uno de los edificios más simbólicos de Gijón.
Desde ese momento se han ido abriendo nuevos espacios y la Laboral ha ido adquiriendo nuevos usos. La Cinemateca, salas de convenciones y espacios singulares como la Sala de Pinturas o la bonita Biblioteca, forman parte de un conjunto patrimonial de gran valor.

Muchos gijoneses consideran que recuperar la Laboral ha sido un acierto rotundo. Hoy ocupa un espacio importante entre las atracciones turísticas de Gijón y es capaz por sí sola de atraer a viajeros de todas partes.
El espacio es inmenso y probablemente está infrautilizado, sin embargo, siguen abriéndose puertas en la Laboral. Hay espacio para nuevos proyectos que expriman el potencial de un lugar de gran simbolismo e importancia en Gijón.
¿SABÍAS QUÉ…?
Uno de los servicios previstos que debía incorporarse al complejo de la Laboral era el primer gran hotel de cinco estrellas de Gijón. Por desgracia, este nunca llegó a construirse.
Visitar La Laboral de Gijón: experiencia y consejos
Personalmente, estar frente a La Laboral de Gijón me resultaba muy satisfactorio. Por fin podía dar vida a todas aquellas historias que había leído sobre este gigante.
Después de pasar por las taquillas para unirme a la visita guiada (tiene un precio de 7€ e incluye la subida a la Torre Mirador), vuelvo hacia la puerta y me sitúo frente a ella. Es inmensa, de un tamaño desproporcionado. Si yo me he sentido diminuto, no me imagino cómo debía sentirse un niño al pasar bajo aquellos inmensos arcos de piedra.

Los primeros pasos nos dirigen hacia la Plaza Central. Sus dimensiones impresionan y tenemos la suerte de estar en ella completamente solos. Esto hace que todavía parezca más grande.
La guía (que, por cierto, conoce la Laboral como la palma de su mano) nos cuenta detalles de la fachada, de la iglesia que tenemos justo delante y de la construcción que hay a nuestras espaldas, la que hacía las funciones de «ayuntamiento» de aquella gran ciudad.

Yo deambulo embobado ante la grandeza de todos sus muros antes de adentrarnos en el interior de la Laboral. Estar en las entrañas de la Laboral es hacer un viaje a la historia de Gijón y de España.
Recorremos algunas salas y llegamos al teatro. Donde antes recogían diplomas los jóvenes graduados, hoy actúan artistas de todo tipo en un escenario renovado y muy bonito.
Más tarde llegamos a la Sala de Pinturas, uno de esos espacios singulares de los que presume la Laboral. No es para menos, las paredes de esta sala hablan por si solas.

Volvemos al exterior y nos detenemos ante la iglesia. Está en obras y no podemos entrar, pero su estructura impresiona. La figura de un santo sin cabeza llama mi atención y la guía nos cuenta que un rayo la decapitó hace años.
Desde aquí accedemos a la Torre Mirador, uno de los símbolos de la Laboral de Gijón y momento cumbre de la visita. Mide 130 metros de altura, aunque el mirador se sitúa a 73 metros, que no es poco.
Desde arriba, el edificio de la Laboral es casi inabarcable con la mirada. Y las vistas de Gijón son impresionantes. Todo parece diminuto desde aquella inmensa torre, incluso el edificio más grande de España queda empequeñecido frente a la vista de pájaro que brinda la torre de la Laboral.