De camino a Windhoek decidimos parar en una granja que leímos que tenía leopardos y guepardos, la Zelda Guest Farm, cerca de Gobabis, a unos 200 km. de la capital.
Allí pasamos la mayor parte del día tranquilamente, conociendo el lugar y esperando a que llegase la tarde, cuando te llevaban a ver a los felinos, que por cierto son una pasada. No es lo mismo que verlos y descubrirlos tú mismo en medio de la nada o en mitad de una carretera, pero vale la pena tanto verlos como escuchar la explicación de uno de los dueños de la granja.
Por la noche nos pegamos una merecida cena en el restaurante, donde comimos springbok y kudu entre otras cosas.