Botswana es conocida sobretodo, por ser el país de los elefantes, y el mejor sitio para disfrutar de ellos quizás sea el Parque Nacional de Chobe, situado cerca de la localidad de Kasane, lugar ideal para hacer base antes de adentrarse en él (el Waterlily Hotel es un buen sitio para pasar la noche y su propietario charrúa os dará una cálida acogida), y a pocos kilómetros de la frontera con Namibia, Zambia y Zimbabwe.
Cómo casi siempre, existen varias opciones de internarse y conocer el parque, pero en esta ocasión el Chobe tiene la peculiaridad de tener dos puntos muy bien diferenciados y que merecen su tiempo. El riverfront, o lo que es lo mismo, la costa que bordea el río Chobe, y el propio parque, es decir, el interior del mismo. Para el riverfront, lo mejor es alquilar un barco y dedicarle las horas de la tarde y la bajada del sol, en las que casi todos los animales bajan al río a hidratarse aprovechando que el calor ya no es tan sofocante, mientras que para el interior del parque, lo mejor es dedicarle las primeras horas de la mañana, a ser posible salir incluso siendo aún siendo de noche para ver los primeros rayos de sol y la mayor actividad de casi toda la fauna y en particular de los depredadores. Pero el Chobe tiene algo más; la región de Savuti, muy en el interior del parque y a la que se necesitan varias horas para llegar en transporte propio, es el punto intermedio en el que se puede hacer un impás para seguir al día siguiente hasta el Delta del Okavango y posiblemente sea el punto del parque en la que se concentra el mayor número de depredadores.
Nosotros decidimos hacer las dos primeras opciones y dejar el área de Savuti para los valientes. Sin mapas, sin GPS y con la cantidad de agua que había en la zona, recorrer la distancia que separa Kasane de Savuti por esos caminos era cuanto menos una aventura en la que las probabilidades de que saliese cruz machacaban a las opciones optimistas y nosotros ya veníamos de un accidente de tráfico en uno de esos caminos en el norte del país.
Así, dedicamos varios días al parque; con safaris matutinos en los que vimos manadas de búfalos e infinidad de leonas partiendo hacia la cacería e incluso algún puku, y por supuesto muchos elefantes. En esta ocasión se nos escapó el leopardo. Una de las tardes alquilamos un billete en uno de los barcos disponibles en el Waterlily Hotel para disfrutar del espectáculo del riverfront del Chobe, del que tan bien nos habían hablado y que pudimos confirmar que es indescriptible, no es que cumpla, es que supera con creces las expectativas que cualquier visitante pueda hacerse. Centenares de elefantes descendiendo hacia el río, decenas de hipopótamos y búfalos, jirafas, etc. La fauna que se puede llegar a ver en el río a las últimas horas de la tarde es un espectáculo difícil de olvidar y de igualar.
¡Info! Si planeas un viaje a este paraíso africano, te recomiendo mi artículo con los 8 lugares imprescindibles que ver en Botswana.